Capítulo. 27

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Quimérica penumbra

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Quimérica penumbra.

Alessandro Valachi.

— Ella solo es bonita, debo admitirlo; sin embargo, no me gusta— me reclino en el asiento esperando respuesta.

Sumiéndome en pensamientos afligidos mientras mi padre lleva a cabo tratos con los Franceses en la misma sala.

— ¿Me lo dices a mí o tratas de convencerte a ti mismo?— Santino me clava la mirada.

La espalda me duele de tanta tensión al que me somete mi padre, la mercancía no ha estado llegando completa y el investigar lo que pasa con lo que desaparece me pone de mal humor.

— Ella es el ejemplo claro de que el bueno siempre es bueno sin importar qué; así le maten en frente a alguien, ella no es mala y en el fondo todos lo saben, por eso todos pasan por sus narices— suelto el humo aflojando un poco la corbata que comienza a apretar lo suficiente.

— No estaría tan seguro— enfoca su vista a mi padre.

Contengo mis ganas de reír porque esa es otra historia.

— Bueno, en su sangre corría lo desgraciado del abuelo— contesto — bien sabes que una vez que naces siendo hijo de un mafioso estás condenado a esta vida y no es opcional.

Debes crecer viendo la manera de forjar alianzas y conspirar para cumplir las expectativas de la familia a la que pertenezcas.

— Los legados deben continuar, Alessandro.

— Nunca me he quejado, yo nací para esto y estoy dispuesto— observo la pintura que cuelga de la pared, donde yacen flores y sus tesoros — de mí depende que esta organización, se vuelva la más fuerte, por algo estoy en la cabecilla.

Debo admitir que una parte de mí no se siente culpable de matar a mi madre, tal vez fue un accidente o tal vez no.

Eso nadie lo sabe.

Y jamás se sabrá.

— Traicionado a tu propio padre, no creo que realmente lo seas— Santino guarda los secretos de mi padre, no he llegado a su precio aún.

Pero todos tenemos un precio y cueste el tiempo que me cuesta lo averiguaré.

— No es mi culpa, si me dirigió hasta su mercancía, la organización necesita una moneda de cambio y yo tengo todo a mi disposición, pero le estoy dando el año— me niega con la cara — es más que suficiente para todos y lo sabes.

𝗭𝗮𝗻𝗻𝘆𝗮 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora