Dedicado a @bebeherger y Anahí Martínez.
Era la segunda semana de agosto; el príncipe estaba a nada de comenzar su segundo semestre, pero primero tenía que comenzar algo que, no supo, en qué momento llegó a tocarle la puerta si parecía estar tan lejano: empezar a inmiscuirse en Rose Ville. Si bien no hacía ni un mes de haber cumplido los dieciocho, pero la voluntad de su madre solo especificaba que tenía que tener la mayoría de edad (en México) para poder adentrarse a la revista, digo, no es que la mujer haya dicho "debe de tener dieciocho años con tantos meses" no, claro que no. Era bien sabido que al ojiazul no le gustaba atrasar las cosas, ni las más simples, mucho menos su iniciación como futuro director de la famosa Rose Ville.
Era hora de poner en marcha el plan... aunque no el más elaborado: Louis planeaba viajar a Nueva York en cuanto terminara la universidad, con la excusa de unas pequeñas vacaciones antes de tomar las industrias Campderich: asunto que nunca llevaría a cabo pues, cuando el chico volviera a México, llegaría a darles a Minerva y Samuel la maravillosa noticia de ser el director de la revista de su madre desde hace varios meses. Lo anteriormente mencionado, lo quería, estaba decidido a conseguirlo y nadie lo iba a detener, nunca había conocido los límites, ¿por qué hacerlo en esa situación? Vaya castigo iban a recibir su padre y abuela.
Sonreía de solo pensarlo.
Volviendo a ese futuro, Louis llevaba toda la semana comunicándose con el buen y leal abogado de su madre: el licenciado Murphy. El mismo, se había encargado de comunicarle todo lo que Fiorella quería para él, la mujer se había hecho la gran ilusión de cómo su hijo continuaría con la revista; o tal vez no era tanto una ilusión, como toda buena madre, siempre creyó a su pequeño ángel capaz de lograr todo lo que se propusiera y no se equivocó, la especialidad del príncipe era triunfar... excepto cuando se trataba de Harry, el amor que el rizado había traído a su vida, en mas de una ocasión lo derrotó aunque eso, ya solo pasaba a ser un mal recuerdo, esperaba no volver a sufrir por haberse enamorado del psicólogo idiota.
Era inevitable que no relacionara a Styles con cada aspecto de su vida, era como si el ojiverde se hubiera instalado en su mente y corazón de forma permanente; que por unos momentos saliera, no le caería nada mal, el príncipe deseaba concentrarse en Rose Ville (así fuera tomando decisiones a distancia) no quería ir ahí en blanco después de terminar sus estudios en la ESLSCA: además de que todo empleado en la revista sabía que, el hijo de Fiorella tarde que temprano llegaría a tomar su lugar como presidente de la revista, Louis prefería temprano -muy temprano- que tarde.
Siendo viernes, el pequeño castaño sabía que Harry no se encontraba tan ocupado en el centro psicoterapéutico o al menos así había sido durante las últimas tres semanas; estaba emocionado por contarle que al fin se había puesto en contacto con todo el asunto de la revista que empezaría a tomar decisiones sobre ella aun y así fuera a la distancia, era como un sueño y sentía que la primera persona que debería de saberlo, era él: Harry, su Harry.
Una, dos, tres, cuatro, cinco... seis, seis veces le llamó, y si, le llamó al solo desear que lo escuchara; no quería que lo viera en fachas previas a irse a la cama pues mientras en París eran las once de la noche en México recién eran las cuatro de la tarde. Al final, se tragó la vanidad, solicitándole una video llamada algunas tres veces, pero nada, Styles siguió sin tomarle ninguna. El príncipe decidió esperar hasta las doce, pues si el rizado estaba ocupado o con el celular lejos, de seguro le enviaría mil y un mensajes llenos de disculpas, sin embargo, no recibió nada, el ojiverde no apareció aquel viernes.
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castle walls ♕ l.s
FanfictionNadie sabe que estoy completamente solo viviendo en este castillo. Dicen que el dinero es libertad, pero me siento atrapado dentro de él. Y mientras me siento en lo más alto de un trono, me pregunto: ¿Cómo es que me siento tan abajo? Estar en la ci...