jewel in vitro

604 71 16
                                    


Los primeros instantes de la mañana los había tomado para perfeccionar su imagen, todo tenía que estar perfecto para él siempre, hasta el más mínimo detalle, claro que sí, ser menos que perfecto era inaceptable y repudiable en su... familia.

Con suaves toques de dedo índice y medio, terminaba de darle el acabado perfecto a su cabello. Cabe recalcar que era lacio por naturaleza, pero le encantaba darle movimiento con unas ligeras ondas sobre aquel tupé que caía a mitad de su frente, siempre inclinado hacia la derecha.

"Listo, estás perfecto, al igual que siempre."   Le dijo al propio reflejo. Los insistentes tonos de nuevo mensaje, le evitaron seguir con aquella conversación. Únicamente lo desbloqueó para ignorar cada uno de ellos: perdedores, Louis Campderich no se desvivía por recibir mensajes de "buenos días". ¿Acaso no tenían dignidad? ¿No lograban comprender que sus oportunidades eran cero sobre cien?.

"Trata de entenderlos, Louis. Mírate, eres demasiado bueno para ser real. Es una lastima para ellos que, no te mueras por tener una historia de amor. Claro, por que tú sí usas el cerebro y sabes que, nada es para siempre; que no vale la pena desgastarse por alguien que va a terminar yéndose. Amor, que sentimiento tan imprescindible". Sonrió al espejo mientras retocaba la corbata del uniforme. Finalmente se podía marchar al Guillmore, o, bueno, no exactamente.

Cada mañana se encontraba con Bertha en algún tramo de su camino hacia el auto con el chófer esperando. Era verdad que la mujer se preocupaba demasiado por el chico aunque, éste, no le tomara ni la más mínima relevancia.

Dicho día, la encontró al pie de las escaleras, mirándolo con timidez, como de costumbre.

-Joven Louis, ¿no va a desayunar?.- Inquirió en el momento que lo observó girar hacia la derecha: el lado contrario que lo llevaba hacia el comedor.

-No, nana. Hoy tengo otros planes.- Se limitó a decir al mismo tiempo que la miró por unos segundos.

"Nana" Bertha, sonrió fugazmente, eran extrañas las ocasiones en que la llamaba así.

 -Pero, joven, su padre y abuela le van a llamar la atención. No duden que me pregunten a dónde se fue antes de hora.- Halló el valor para replicar, atravesándosele para evitar que diera un sólo paso más.

-A ver, Bertha, relájate un poco.- Bufó al pasarse una mano por el rostro.- Voy a reunirme con Liam y Jay antes del colegio, tenemos un examen importante en la primera hora y queremos estudiar. Diles eso, no creo que se quejen; es la única de mis actividades que les place escuchar.- Murmuró esquivando a la mujer para continuar con su camino. 

A pesar de que el ojiazul murmuró lo último, la nana pudo escucharlo y con más razón escuchó la discusión que tuvo con Minerva y Samuel la noche anterior. Claro que, no se animaba a consolar al chico, mucho menos a hacer que se desahogara pues, de seguro; solo terminaba siendo humillada con gritos por parte de él.

"Los quiero a las 7:00 en la cafetería que está una calle antes del colegio. No me fallen si saben lo que les conviene."

Fue el mensaje que habían recibido los pobres de Liam y Jay. Ahora, por culpa del capricho del ojiazul, se encontraban bostezando y tallandose los ojos en una de las mesas exteriores del local. 

-No entiendo la necesidad de hacernos levantar temprano el único día que entramos hasta la tercer hora. Mira que si se te perdió el horario no me cuesta nada enviártelo. Nueve treinta, Louis, los miércoles entramos nueve treinta. Entiendo que apenas es la segunda semana del semestre, pero mejora esa memoria.- Comentó Jay, haciendo que, Liam, soltara una risa que quiso retener.

castle walls ♕ l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora