"Todos tenemos a esa persona que nos hizo mil pedazos y nos dijo 'ahora constrúyete'. Yo solo quería cambiar de aires, no necesitar de ti si quiero respirar también."
La oscuridad no estaba en el diccionario de la gran manzana: aun así se tratase de la noche más oscura, las calles de Nueva York siempre estaban iluminadas ante las luces de toda la llamativa infraestructura.
Rojo, azul, amarillo, verde, lila; el príncipe no podía mantener en su mente todos los colores que veía según el auto transitaba esas grandes avenidas, porqué sí, el ojiazul estaba a tan solo unos minutos de pisar su nuevo (pero antiguo) hogar: el penthouse en la quinta avenida que tanto presumía y anhelaba ¿Pero qué había pasado antes? Bien, voy a contártelo:
Louis no se permitió vivir el dolor del supuesto abandono de Harry, el castaño prefirió suprimir todo -excepto el rencor- para así enfocarse en su futuro, El príncipe había descansado todo mayo, descanso que había sido una clara orden del doctor porque, haber estado en coma no significaba haber estado en la gloria de la pereza; ante tal caída, por supuesto que necesitaba reposo. Durante aquel mes en la mansión Campderich... corrección, Tomlinson, Louis estuvo complotando con la pequeña Frank; la ojiverde había viajado a Manhattan a penas a dos días de que el castaño abandonó el hospital. El papel de Frankie era llegar a Rose Ville, presentándose como la mano derecha del ojiazul para que todo estuviese listo en su llegada a primeros de junio. Frank se había encargado desde lo más complicado hasta lo más trivial: como decorar la (gran y futura) oficina del castaño, después de todo ya sabía los gustos de su hermanito a casi cuatro años de conocerlo. El trabajo de diseñadora de interiores de la ojiverde, no terminó ahí, pues también se había encargado de renovar el penthouse del ojiazul, pero sin quitarle su esencia ya que sentía que aquello era muy valioso para el chico ante el recuerdo de Fiorella.
En fin, el príncipe había terminado en Nueva York siendo el dos de junio gracias al invento que le echó a Minerva y a Samuel; la abuela no era la única hábil con las mentiras y las manipulaciones. Louis les había dicho que se tomaría otro mes de vacaciones por aquellos rumbos: "Aún no me siento bien y no es cómo si papá ya no fuera apto para llevar las industrias Campderich. Después de este mes me introduciré por completo a los negocios familiares, solo necesito dedicarme este último descanso" fue la excusa que utilizó, excusa que fue razonable para aquel par.
Así había sido como Louis terminó en ese presente: bajando de ese lujoso auto con ayuda de su chofer neoyorquino, Bruce, hombre que estuvo puntual a la hora de aterrizaje del chico; realmente una buena contratación de Frank. El príncipe iba en compañía de su adoración y cómplice, Bertha. La nana había renunciado a la mansión Campderich, pero no a su niño, jamás lo haría, mientras que Louis le prometió una mejor vida a su lado (asunto que desconocían Minerva y Samuel).
Entonces, el ojiazul se encontraba ahí, entrando a ese nuevo hogar en forma de penthouse, al cual se accedía a través de un ascensor privado que se abría en un grandioso y enorme living con vista a Central Park. El lugar tenía dos pisos y al menos cuatro lujosas habitaciones privadas, todo por un precio de más o menos catorce millones de dólares; un precio que valía lo fascinado que quedó el ojiazul con él, además de que los retoques de Frankie habían ayudado mucho.
—Esto es muy... usted.- Comentó Bertha mientras avanzaba hacia el centro del living.
—Lo sé. Es precioso y me encanta, cómo yo.- Sonrió en el centro de su ego, sustituyendo aquel gesto al separar los labios y parpadear continuamente porque, se encontraba en ese lugar dónde había tenido tantos sueños o, mejor dicho, recuerdos. Estaba en ese sitio dónde vivió los primeros momentos de su vida, en dónde, en algún tiempo, sus padres se amaron y fueron felices. Sin saberlo, se encontró observando hacia esas escaleras blancas con detalles chocolate.
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castle walls ♕ l.s
FanfictionNadie sabe que estoy completamente solo viviendo en este castillo. Dicen que el dinero es libertad, pero me siento atrapado dentro de él. Y mientras me siento en lo más alto de un trono, me pregunto: ¿Cómo es que me siento tan abajo? Estar en la ci...