Para bellum.
El nombre de ese club era lo único que se lo depositaba en la mente. Su abuela, minerva, llevaba ya varios minutos hablándole sobre no recordar con exactitud la hora de aterrizaje de su hijo. Aunque, Louis, no lo sabía, solo veía el movimiento de labios de la mujer. Pensaba en todo lo que había vivido el ultimo mes del verano en aquel lugar nocturno. Muchas experiencias que, le habían dejado en claro lo que era a sus cortos diecisiete años.
-Cual sea la hora en que tu padre vuelva, ya no es correcto que estés despierto a estas horas; ve a dormir, no quiero bajas en el Guillmore por escasez de tus ocho horas de descanso -ordenó la abuela con voz firme, el único tono que Louis le conocía.
El ojiazul reaccionó cuando observó la mirada fija de la mujer sobre él.
-Eh... sí, es hora de que duerma. Buenas noches, abuela -dijo al ponerse de pie. El chico no daba o recibía un gesto mas. No sabía lo que era un beso antes de irse a la cama.
Eran las diez y treinta de la noche y Louis, aún no estaba sumido en sus sueños. Algo inaceptable para las reglas con las que había crecido, normalmente, a tales horas; ya se encontraba durmiendo. En cambio, dicha noche, permanecía sentado en la suavidad de la cama, con la pijama puesta y la mirada perdida en una de las paredes azul cielo de su enorme habitación.
"Sabes que ya no puedes volver ahí, Louis. Fue una diversión de verano. Ve a dormir antes de que te metas en problemas."
Musitó en el momento que giró la cabeza hacia la dirección de un espejo; hablándole a su reflejo.
Pero, demonios. Louis Campderich no sabía lo que era dormir sin antes conseguir lo que quería y, esa noche, su deseo tomaba la forma de ir a bailar al Para bellum con el propósito de besar a un par de chicos más.
Sí, para bellum era un club gay. Sin embargo éste no se encontraba en la zona de clase alta en la que el pequeño castaño vivía: ¿Cómo?, ninguna familia que se respetase iba a permitir tal "insulto" en los alrededores de su "castillo" . Precisamente, era por eso que, Louis, se sentía seguro de ser él mismo ahí. Nadie lo tachaba con mil y un prejuicios , por que era Para bellum, todos eran iguales; solo personas amando. Además, estaba seguro de que por aquellos rumbos nadie lo conocía, nadie sabía que era el hijo del exitoso empresario Samuel Campderich.
La costumbre de no descansar hasta ver cumplidos sus deseos, lo hizo arrojar la pijama lejos, optando por un ouftit adecuado para el club. Louis, aprendió a escapar de las rejas de Minerva y Samuel; siempre esperaba a que todos durmieran, incluso el personal pues, con su estratégica mente, logró obtener una copia de la llave de la puerta de servicio. Lo único que necesitaba para salirse con la suya era: el descuido de todos, dicha llave y suficiente dinero para transportarse, sobornar al tipo que negaba el acceso a menores a Para bellum y para darse sus gustos allá adentro aunque, claro, esa noche no lo haría; ir con resaca a su prestigiado colegio sería una falta imperdonable, tan grande como para ser expulsado.
Esa noche, consiguió un par de besos y caricias de unos cuantos chicos. Le pareció recordar que sus nombres eran Victor, Cesar y Leandro; bah, como si necesitara saber sus nombres para otra ocasión.
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castle walls ♕ l.s
FanfictionNadie sabe que estoy completamente solo viviendo en este castillo. Dicen que el dinero es libertad, pero me siento atrapado dentro de él. Y mientras me siento en lo más alto de un trono, me pregunto: ¿Cómo es que me siento tan abajo? Estar en la ci...