legacy

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Era como si esos cuatro días hubiesen volado (bueno, tres y medio). Relativamente, tenían que hacerlo pues
ni siquiera se trató de una semana, mucho menos dos; pero Anne y Eiran sintieron como si hubiera durado menos de lo establecido.

En esa tarde de miércoles, ambas mujeres se encontraban despidiendo a su niño y al novio de este: la pareja tampoco tenía muchos ánimos de marcharse, pero a la vez, extrañaban esa vida del Upper East Side a la que ya se habían acostumbrado, también entraban otros factores como Frank y Bertha en el caso del príncipe. En fin, la hora de despedirse había llegado lo quisieran o no.

—Tengo que volver a verlos, ya sea en navidad, año nuevo...

—O en su boda.- Interrumpió Anne a Eiran.

Ante tal comentario, Louis se atragantó con su propia saliva, comenzando a toser, logrando que las mujeres soltaran un par de risas y Styles solo sonriera apenado mientras se acomodaba el cabello.

—Mamá, por favor.- Le dijo mientras aún mantenía esa sonrisita boba.

—Por favor nada, si solo dije algo obvio.

—Yo... uhm, voy a ver si ya viene el auto.- Murmuró Tomlinson con cierta incomodidad, después de todo, ya se había despedido de su suegra y Eiran.

—Me parece que Louis está un poquito asustado con este asunto del matrimonio.- Cruzó los brazos la sonriente Anne.

—Eh... algo así. No lo sé, mamá; recién cumplió 21, creo que, en estos tiempos, a cualquiera le asusta el matrimonio a esa edad.- Se encogió de hombros.

—Ni que tú tuvieras cuarenta, mi niño.- Negó levemente Eiran.

—Obviamente que no, pero últimamente ese tema lo está abrumando y ya no quiero que pase, porque si en algún momento se lo pido: no quiero que me rechace por estar harto.

—Louis nunca podría decirte que no.- Aseguró su madre.- Si Fiorella viviera para ver que nuestros hijos terminaron juntos, no lo podria creer, es decir, ese suele ser un anhelo en las mejores amigas pero casi nunca pasa.

—Siempre he considerado que lo mío con Louis, estaba escrito por el destino; a pesar de tantos problemas, seguimos juntos y mejor que nunca, debe de ser por algo y espero con todo mi ser que ese "algo" sea el que vamos a compartir el resto de nuestras vidas juntos.- Sonrió con un notorio brillo en la mirada como reflejo de todo el amor que tenía hacia el principe.

"¡Hazz, hora de irnos!" escuchó el (no tan lejano) grito del pequeño mar.

—Es tiempo de que te vayas, cariño.- Mencionó una melancólica Eiran.

—Lo sé, nana, pero ten por seguro que, pronto, nos volveremos a ver.- La abrazó para instantes después, pasar a los brazos de su madre.

—Sigue siendo tan feliz como lo eres ahora, hijo: cuidate mucho y cuida mucho de Louis y lo que tienen que, si lo pierdes, nunca en tu vida lo vas a volver a encontrar.- Le regañó en un disfraz de consejo.

—Sé que he sido un imbécil con él, pero ya no más. Lo amo, mamá y lo que menos quiero es dejar de tenerlo a mi lado; no soportaría estar en esa situación otra vez.

—Te creo, cariño.- Le besó la mejilla, soltandolo a los segundos para permitirle marcharse.














10:17 p.m.

El príncipe y el psicólogo tenían que continuar con su vida en Manhattan, una vida que no estaba ni a la mitad de lo que en realidad iba a ser.

castle walls ♕ l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora