a new royalty member

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Aquel hombre ya era algo mayor de edad, pero era de esos señores que solían ser muy amables y, hasta cierto punto, adorables; como ese estereotipo ideal de abuelo. El doctor Hugues había sido el responsable de llevar el embarazo de la chica (bueno, desde que había llegado a Manhattan). No estaba feliz de darle ese informe al príncipe y al psicólogo, pero era su deber como médico, nunca estuvo de acuerdo en que Frankie callara el alto riesgo de su gestación, pero su ética como profesional lo arrinconó a respetar la decisión de la paciente. Siendo así, Hugues, había terminado por ser el portador de las malas noticias y es que con tantos años al servicio se podría esperar que ya estuviera acostumbrado a decir cosas devastadoras, pero la verdad era que no lo estaba, aquel corazón puro y esa alma noble nunca se pudieron adaptar al hecho de comunicar tragedias que hirieran a los familiares de las personas a su cuidado.

-Ustedes deben de ser los familiares de la señorita Quivera.- Los miró con atención, tomando de a poco en poco valor para hablarles claro.

-Sí, yo soy su primo.- Respondió rápidamente el ojiazul como producto de sus crecientes nervios gracias a la desesperación.

-Somos toda la familia que tiene.- Se unió Bertha, llegando de repente entre tanto se colocaba al lado del castaño.

-¿Cómo está? ¿Y el bebé?.- Se animó a preguntar Styles al saber lo alterados que estaban su novio y la nana.

-Ella... bueno.- Pausó por unos momentos, ajustándose los lentes.- Los dos están vivos, pero solo uno sobrevivirá: esperabamos que sólo saliera uno vivo del parto, pero ambos lo lograron.

-¿Puede ser más franco? Por favor.- Pidió el príncipe en un murmuro, parpadeaba constantemente, una parte de él no quería procesar las palabras del doctor.

-Cuando Frankie vino a mí, contaba con seis meses de embarazo; la joven ya tenía unos antecedentes de sus doctores anteriores en los que se le informaba el alto riesgo de su embarazo. Esta condición, en su caso, se debe a la genética: ella me confirmó que su madre había pasado por lo mismo.- Suspiró pesadamente.

-Pero ella nunca nos lo dijo.- Respingó Bertha.

- La señorita no quería que lo supieran, ella quería que la trataran bien, que la cuidaran, pero en un rango normal. No deseaba la sobreprotección o lástima por su estado.

-Usted debió de haberlo comunicado, estaba sosteniendo la vida de dos personas.- Gruñó el ojiazul con suma molestia reflejada en su expresión.

-Louis, no podía hacer eso, fue la decisión de Frank y, como medico, tuvo que respetarla.- Intervino el rizado.

-Así es.- Aceptó el doctor.- La joven me dijo que, por supuesto iba a preferir la vida del bebé. Al final, sobrevivió, pero está muy delicada.- Trató de ya no atrasar la fuerte noticia.

-Pero ella puede salir adelante, ¿cierto? Ese bebé la necesita.- El príncipe sintió un gran nudo en la garganta.

-No puedo mentirles.- Negó un poco, envuelto en la pena de ver a Tomlinson así; detestaba aquella parte de su trabajo, sobre todo porque el área de maternidad debería de estar llena de sonrisas y alegrías por ser la responsable de traer nuevas gotas de luz a la vida.- La señorita Quivera, difícilmente, pasará la noche.

-Tiene que estar mintiendo, Frank es la chica más fuerte que he conocido, va a salir de esta: ella ama la vida y aún le falta mucho por experimentar al lado del bebé.- Negó. Para entonces, Louis, ya había sentido la acumulación de lagrimas.

-Dios mío.- Musitó la mujer para después cubrirse el rostro, comenzando a llorar sin saberlo. Bertha era extremadamente sensible y aquellos asuntos la ponían peor debido al hecho de que era estéril.

castle walls ♕ l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora