behind the mask

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Únicamente era audible el leve ajetreo de su nana por cada rincón de la habitación: ¿A dónde había ido a parar esa famosa grabadora? Para Eiran, en un principio, fue exagerado que, Harry, le pidiera encontrar el dichoso aparatito a la 1:00 pm. Campderich, salía del colegio a las tres, bien pudo haberla buscado media hora antes de que el niño malcriado llegara; gran pensamiento erróneo de la mujer pues, ya eran las tres y quince y, la grabadora, no daba señales de estar en aquella habitación.

-¡Ay, mi niño! ¿Dónde diantres la dejaste?.- Preguntó con el (corto) cabello alborotado y unas cuantas gotas de sudor en la frente. 

-Estoy seguro de que está en la habitación.

-Pues entonces debe de estar en tu estudio, porque aquí en el dormitorio no hay nada.

-¡No, nana! ¡No entres ahí! Es decir, sabes que nunca has sido muy cuidadosa las veces que has entrado... No quisiera que todo terminara en un desastre.- Vaciló las palabras con el fin de no querer ofender a Eiran, aunque, ciertamente, no le resultó tan bien.

-Voy a ser muy cuidadosa, no hay de otra, si juras que el aparato está aquí, debe de estar allí dentro: a menos que quieras que me vaya y quien encuentre la grabadora sea ese joven. Mira que él sí te viene destruyendo todo. 

Styles, rió un poco.

-Él ya ha estado ahí, no te preocupes. Entra y búscala tú, porque creo que, Louis, no es devoto de hacer cosas que otro le ordene y menos yo.

-Bueno, mi niño, voy a echar un vistazo cauteloso, con tu permiso.- Le dijo dulcemente antes de adentrarse en el gigantesco estudio. Eiran, solía ser como la segunda madre de Harry y, bueno, es raro cuando una madre se equivoca respecto a lo que le asegura a su hijo ya que, en efecto, la grabadora estaba en ese lugar, junto a unos pinceles de diferentes tamaños.- ¡La encontré! ¡Si te dije que estaba acá!.- Gritó para que el ojiverde, pudiera escucharla. Styles, distinguió el tono triunfante en su voz.

-Gracias, nana. Ahora sólo queda esperar que, Louis, acepte, de seguro que me avienta la grabadora y ahora sí; termino con ceguera total.- Bromeó en cuanto escuchó los pasos de Eiran dentro del dormitorio. 

-No digas esas cosas, Harry.- Le reprendió antes de darle su sencilla opinión.- No tiene porqué reaccionar de mala manera, a mí me parece que le viene bien. Después de todo, dices que no presenta interés en ser tu amigo; ayudándote con el proyecto pueden perder todo el tiempo que estará viniendo.

-Espero que lo vea de esa manera. Uff... ese niño es toda una incógnita.- Resopló entre tanto se pasaba una mano por el rizado cabello.

-Pues en mi opinión...- La mujer se silenció en segundos.- No, nada, olvídalo, no tengo porqué juzgarlo si no lo conozco.

-No, nana, no te calles, dímelo: ¿Qué opinas de Louis?.- Parpadeó constantemente como si aquella insignificante acción le fuera a devolver la completa vista por arte de magia. 

-Es obvio que, tú no puedes verlo, pero: Esa carita tierna que tiene es destruida de forma vil por su falta de humanidad. Yo pienso que su manera de ser no debe de caer sólo en él, pero aún así; debería de distinguir que, ser así, no lo va a llevar a ningún lado.

-Entonces... sí tiene con qué sustent1ar su ego... digo, no losé... ¿sí está lindo?.

-Te conozco tanto que podría decir que te gusta.- El rostro de Eiran, realizó una mueca divertida que, Harry, imaginó que estaría haciendo a pesar de no verla.

castle walls ♕ l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora