Cansado de perder almas gemelas || Radamanthys x Valentine

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Sinopsis: Valentine es lo único que Radamanthys puede pensar últimamente. ¿Habrá venido la hora de la sinceridad?

Es poco probable que uno de los subordinados entre a la Primera Esfera sin aviso: Radamanthys es tan temido en el ejército del Inframundo que las charlas de los soldados se vuelven un silencio sepulcral cuando aparece. Aún así, le preocupa que algún inoportuno con alguna noticia sin importancia interrumpa. Si alguien tuviera una idea que tras esa uniceja fruncida y aparente insensibilidad, había cosas que le interesaban.

Qué extraño ser que eres

Dios sabe dónde estaría si no me hubieras encontrado

Sentado y completamente solo en la oscuridad

Una tonta foto de pantalla de la juventud

Observa como un frío corazón adolescente se reposará desesperadamente

En un súper pegado humano de prueba

Suspira. Su habitación es amplia y debe ser una de las mejores en el Inframundo después de la del señor Hades y Pandora: el techo es una cúpula en cuya base se hallan pequeñas ventanas. De ellas, se cuela la poca luz de afuera. La cama es grande y ninguna arruga se puede encontrar en las sábanas blancas de lino. Las paredes son de palisandro, así como la gran cómoda, el sillón y la mesa del té.

Para ser sincero, no tendría que salir de la Primera Esfera en lo absoluto. Por algún motivo tenía tantos subordinados a su poder: con llamar a uno bastaba para que cumpliera con todo los deberes. El despacho, adyacente a la habitación, es donde recibe a los visitantes. Nadie entra a su cuarto. O bueno, casi nadie.

Arruga la nariz y la lengua se aprieta contra el interior de la mejilla derecha. Pudo haber llevado a Valentine a los aposentos de Pandora, pues cuenta con un ala destinada al tratamiento de los heridos. No sabe por qué demonios lo llevó a su habitación. Incluso el mismo joven, aunque sumido bajo el veneno de la Aguja Escarlata, no escondió la sorpresa al ver su destino.

¿Qué le pasa? La pregunta hace eco en la cabeza de Radamanthys, pero es ignorada. Permitida que rebote en el vacío de sus pensamientos. No quiere pensar en el por qué de sus acciones, y si es tan imperioso hacerlo, le echara la culpa a esas largas y abundantes pestañas rosas que parecen árboles rodeando el lago dorado de esos iris. Oh, mierda. Está empezando a decir babosadas.

¿Qué diablos sería sin ti? (¿Qué diablos sería sin ti?)

Rostro valiente, habla de forma tan banal, esconde la verdad (Esconde la verdad)

Las piernas de Valentine son largas y estilizadas. Además, el color violeta de la sapuri combina con la cama, en donde está sentado en la esquina. Radamanthys dobla la gasa a la mitad antes de echarle un chorro de agua oxigenada. No debe continuar observándolo. Si hubiera fijado su vista en él para intimidarlo, como suele hacer con el resto de sus subordinados, esa vocecita en su cabeza estaría callada. Sin embargo, no quiere ejercer dominancia sobre él. No quiere hacerlo sentir que está bajo su pulgar, a un paso de ser aplastado. Tampoco lo quiere incomodar. Sino que desea asegurarse que las picaduras sean tratadas. En especial las del abdomen.

La piel está expuesta y es fría. Refrescante. Le recuerda a la única vez que llegó a tocar al santo del Acuario, aunque ese fue un escalofrío que luego le entumeció las piernas. Valentine, en cambio, es como beber una limonada helada mientras uno se aísla de la resolana. Es como la sombra de los árboles que se dibuja en las veredas, donde el viento sopla y seca el sudor. Valentine es una sombrilla que se encuentra en medio de la calle cuando empieza a llover. Valentine siempre está ahí para los desastres.

One shots de Saint SeiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora