One shots de Saint Seiya

Cuando Noviembre acabe || Seiya x Shun (Capítulo Final)

—Ya sé la respuesta.

Hades estaba en tierra firme cuando Shun emergió del tornado, empezando a descender. Un ventarrón fuerte sopló la túnica de Hades que se alzó hasta las rodillas y algunos mechones sueltos taparon la emoción que vino y se fue tan rápido de su rostro. Hades le dio la espalda, girándose a los cuerpos de Shun y Seiya echados sobre las flores. Sus nudillos apenas se rozaban.

—Ya no hay nada qué contestar —dijo Hades, agachándose hacia los cuerpos. Sin sol radiante ni cielo azul su joroba se hacía más prominente y sus ojeras parecían estar dibujadas con carbón.

A Shun no le gustaron.

Cuando aterrizó, se acercó a Hades y le dijo:

—Estabas en lo correcto.

—Tu ilusión no funcionará esta vez.

—Encontré al bufón —Hades se detuvo—, y lo maté.

—¿Q... qué?

—Ya no hay nada en ese anillo.

Hades se pasó las manos por el cabello y se sentó en el piso, palideciendo tanto que si Shun se hubiera esforzado distinguiría las venas alrededor de sus ojos. La lluvia lo mojó rápido y lo dejó como un gato desprevenido. Shun subió la vista hacia el cielo. Las nubes se apretaban la una con la otra.

Hades habló sin levantar la vista de sus manos.

—Has venido a matarme.

—Eso sería matar a mi otro yo.

—¿Y eso no es lo que hiciste?

—No, el bufón no era nosotros. Sólo una voz y en eso ha vuelto a convertirse.

La lluvia era tanta que pequeños pozos se formaron y el lodo se espesó. Se preguntó si se revolcarían encima de esa suciedad y se imaginó cuánto le pesarían sus brazos cuando la tierra pase de mojada a seca en su piel –pero él ahora era un alma. Verdad.

Shun miró a su cuerpo, tirado encima de las flores. Su cabello cubriendo su cara.

Qué estúpido era todo esto.

Entonces giró hacia Seiya pero-

La espada seguía enterrada en su corazón. Brillante y rojiza. Filosa.

Puso el primer pie en el campo de flores.

—Si el dios de la paz quiere proteger la paz no puede hacerlo sin ser un demonio-

—No lo hagas.

Apenas fue un susurro de Hades, pero había dolor comprimido en cada sílaba. Por qué ahora, le quiso preguntar, por qué Hades era vulnerable tan tarde. Por qué cuando ya no tenían opciones. Por qué cuando ya había hecho tantas cosas horribles para enmascarar el dolor. Por qué cuando se había aferrado a ilusiones. Aún así Shun siguió avanzando.

—Por qué peleo —murmuró—. Eso fue lo primero que me preguntaste cuando llegué aquí. ¿Por altruismo? ¿Para conservar mi imagen frente a los demás?

Hades se levantó e ingresó al campo de flores.

—Si sacas esa espada, te arrebatará algo por arrebatarle a Seiya. Antes tomó tu alma y ahora la tomará tanto a ella como a tu cuerpo.

Shun se arrodilló y tomó a Seiya. Era un peso muerto entre sus manos. Pálido y como dormido. Terminó acomodándolo de tal forma que su cuerpo estaba recostado en el brazo derecho de Shun. Seiya se dejó hacer, como si él mismo hubiera elegido esa posición.

Shun le quitó los cabellos de la frente.

—Si el Shun que ven los demás y el Shun que vive dentro de mí son el mismo, ¿por qué se sienten tan diferentes? ¿Cuál de ellos es el verdadero?