One shots de Saint Seiya

Χρόνια Πολλά || Milo x Camus

Sinopsis: Una bienintencionada fiesta se vuelve rápidamente un desastre.

Le tenían preparada una sorpresa a Milo. Fue Aldebarán el de la iniciativa. Una torta sencilla de chantilly, un par de globos para hacer menos lúgubre al templo elegido y un estéreo que pusiera las canciones del momento. Todos asintieron ya que les gustó la idea, aunque después vinieron las objeciones: a DeathMask le gustaba el chocolate, no el chantilly. Creyeron que sería fácil de solucionar. Cambiaban el sabor y ya estaba. Sugirieron naranja, pero Shura era alérgico a los cítricos. Luego menta, mas Aioria no la aguantaba. De ahí guanábana, aunque no contaban con que muchos eran resistentes a probar cosas nuevas. Shaka se rehusó completamente y también se unió Afrodita. Nada de sabores extraños que no hubiesen probado antes. Mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer.

Después, otros problemas surgieron: elegir el templo fue un dolor de cabeza. Mu ofreció el suyo, pero las armaduras llenaban la sala y un pequeño torbellino rojo era capaz de malograr las decoraciones. Tauro fue la segunda mejor opción. Sin objetos que estorbaran ni niños revoltosos. Sin embargo, tres días antes llegaron los santos de bronce y no tuvieron mejor lugar a ir a parar que la casa del Toro Dorado. Géminis fue descartada porque era un laberinto. Ni los gemelos mismos sabían con seguridad dónde quedaba la sala. Cáncer, Capricornio y Piscis estaban fuera de límites. Los tres sabiendo que tras las fiestas siempre limpiaba el dueño. Aioria se ofreció efusivamente, mas desistió al escuchar "limpiar solo". Shaka se rió cuando le pidieron ser el anfitrión. "¿Cuándo el hombre más cercano a Dios ofrece su templo si no es para alguna motivación divina?" En ese instante, concordaron que Libra siempre era perfecta para festejar —No sin motivo Kanon lo había apodado el motel del Santuario—, pero Dohko deseaba borrar esa mala reputación. Escorpio quedó descartada de ipso facto. Para ese momento, Aldebarán estaba tan desanimado que ni le preguntó a Aioros que estaba en una misión ni a Camus, intuyendo su respuesta.

No obstante, Saori dijo que el festejo podría llevarse a cabo en su recámara. Y aunque Shion casi da el grito al cielo, no pudo hacer más excepto asentir a lo que la diosa decía. A pesar de eso, Tauro supo que pasado el cumpleaños de Milo le esperaba un castigo más grande que el de DeathMask al meterse en el recinto de las santas.

La mayoría esperaban que todo marchara como viento en popa. Aioros traería las decoraciones con Aioria. Tras rogarle miles de veces que lo hiciera, DeathMask convencería a Afrodita para que prestara su estéreo. Se fueron por lo seguro con el pastel y eligieron vainilla. Kanon lo recogería.

Los involucrados prometieron cumplir lo encargado con anticipación. Y aunque eran excelentes guerreros, capaces de correr a la velocidad de la luz; atacar con la fuerza de una estrella; sobrevivir a la muerte y enfrentarse a dioses, no lograban salvarse de la parte más mundana de ellos. Dejaron todo para último minuto.

Mu insistió que hicieran las cosas con tiempo, mas nadie lo escuchó. Aioria le sonreía cuando se lo recordaba, alegando que era un exagerado o sino le rodeaba los hombros con el brazo, diciéndole: "Descuida, Aries, ¿cuándo te he fallado?"

En su defensa, jamás lo había hecho. Por eso cuando se levantó al mediodía el ocho de noviembre, tuvo que salir del Santuario a través de los pasadizos escondidos y así evitar ser atrapado. Aún en su camino a Rodorio, todavía somnoliento y desorientado, se encontró con Aioros siendo Aioros. Ayudando a una anciana cargar con las verduras que vendería ese día, completamente inconsciente de las responsabilidades.

—Y fue así que caí de un barranco-

—¡Hermano! ¡Las decoraciones para el cumpleaños de Milo! ¿Acaso lo has olvidado?