La teoría del iceberg de Hemingway

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La teoría del iceberg, o teoría de la omisión, es una técnica de escritura planteada por el escritor Ernest Hemingway, la cual se puede resumir en que omitir parte fundamental de la trama, y aun estando fuera del relato, va a ejercer su fuerza sobre este, como la enorme sombra de un iceberg oculto bajo el agua. Esa sombra se llama subtexto.

Para mejor entendimiento, paso a ejemplificar: mi relato trata sobre dos personas que están planeando un asesinato, pero jamás lo voy a mencionar en el mismo relato. Yo como autor sé cuál es el tema central, mis personajes saben cuál es el tema, pero el lector no. Ahora, mi relato inicia con ellos dos en una cafetería hablando sobre este plan y ahí mismo termina, ese es toda la historia: dos futuros asesinos hablando sobre qué harán. El asesinato sucede fuera de cámara, es decir no se lo muestro al lector y tampoco menciono algo sobre un posible homicidio porque están en un lugar público, pero es algo tan importante en la misma historia, que por más que lo omita, y si se hace bien, queda implícito en el relato, el tema queda para que el lector lo interprete.

Esto puede crear en el lector una sensación de querer saber más y dará una relectura al relato, buscando ese subtexto oculto y generando una satisfacción en él mismo cuando termine de entender todo lo que realmente hay en el relato.

Para aplicar bien esta teoría se necesita un trabajo previo de escritura extenso y completo, el autor debe saberlo todo y más, debe tener toda esa información escrita para luego empezar a podar e ir quitando las partes menos relevantes, omitir los temas sobreentendidos y dejar el texto final. El mismo Hemingway decía que de todo lo que escribía, en el relato final que llegaba al lector, solo estaba el 10%, el 90% restante lo podaba del escrito y quedaba como subtexto. Esto último puede ser, en mi humilde opinión, un poco exagerado, sin embargo, la idea general es esa: editar el texto para retirar todo el material sobrante.

Una condición para el uso de esta teoría es confiar en el lector, saber que él hará una lectura crítica y esto a veces puede ser contraproducente porque existen lectores que disfrutan de lecturas no tan complejas, que no necesiten buscar el significado más profundo del relato, eso no es algo malo, son gustos. Eso sí, los lectores que disfruten de textos complejos quedarán encantados y satisfechos.

Otro problema que suele ocurrir, es podar mucho o algo demasiado importante, haciendo del texto no una lectura desafiante sino un mensaje inentendible. Para evitar este problema se puede hacer uso de un lector beta, para saber si no se ha quitado demasiado.

Usaré un propio texto de Hemingway para explicar más: «Vendo zapatos de bebé, sin usar». Analizando más a fondo este breve relato se puede entender una tragedia familiar, donde unos padres perdieron a su neonato y no tienen más opción que vender los zapatitos que nunca llegó a estrenar. Como este hay muchos ejemplos en la bibliografía del autor mencionado, recomiendo leerlos para mayor comprensión de la aplicación de la teoría.

En conclusión: la teoría del iceberg es una forma para ocultar información importante al lector y que este deba usar toda su atención al momento de leer, es quitar todo lo innecesario y dejar en el texto final solo lo que aporta algo. Se debe entender que, al hacer uso de la teoría, se está escribiendo para lectores que disfrutan de ese sentimiento de complicidad con la historia. Debemos tener cuidado de no haber quitado demasiado y al final no se entienda nada, si se tiene dudas con el texto final, siempre se puede hacer uso de un lector beta para estar seguros.

—B.

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