El inicio de toda obra es algo muy importante, porque es el primer encuentro que tendrá el lector con todo ese nuevo mundo, pero, ¿por dónde debe el autor empezar a contar su historia? ¿Desde dónde se dice: «este es el inicio»? Y llegado el caso ¿Quién dice que debo empezar la historia por el "inicio"? Por esto, existen varias herramientas literarias, abordajes narrativos, que puedes usar según te convenga más. Pero antes de entrar en materia, debemos recordar la estructura de una historia: inicio, donde es la presentación de los personajes; el nudo, ocurre el evento detonante de la trama; y el desenlace, que es la resolución del conflicto.
Ahora sí, vamos con los tres tipos de abordajes narrativos:
Ab ovo: se traduce del latín como: desde el huevo, son las historias que siguen un orden cronológico, la obra comienza con la presentación de los personajes, del mundo, es un día común en la vida de los personajes y todavía no se ha creado un conflicto. Ejemplo cutre: «Erase una vez una princesa que vivía muy feliz con su caballero, bla, bla, bla, los dos se amaban de forma mutua y en secreto, pues les daba vergüenza confesar su amor al otro, bla, bla, bla, el rey, sabía del asunto y creaba situaciones para los dos, pues quería que estuvieran juntos, bla, bla, la reina había muerto, bla, bla, un día que iban a confesar su amor, el malvado dragón que vivía en las profundidades estaba celoso de la felicidad de los humanos, así que un día decidió salir al reino y destruirlo todo». Aquí ya presenté a mis personajes: la princesa, el caballero, el rey, el malo que es el dragón, les di un pequeño trasfondo y permití mostrarle al lector la personalidad de ellos, también dije que la reina estaba muerta, este es el inicio. Ya hora con la salida del dragón inicia el conflicto que es derrotar al dragón y confesar el amor de los dos personajes.
Las ventajas de esto son que el lector se encariña más rápido de los personajes y simpatiza con ellos más fuerte, una desventaja es que el lector se puede aburrir más rápido.
In media res: se traduce del latín como: en medio del asunto. Es empezar la obra ya en la acción, cuando los personajes ya tienen un conflicto para resolver, el detonante ya ha explotado. Desde aquí es normal que hayan analepsis para conocer los personajes o para saber cómo se llegó a este punto de la historia, o directamente seguir desarrollando la trama e ir dando a conocer los personajes al lector en pequeñas escenas tranquilas. Otra cosa a tener en cuenta es que iniciamos en el nudo, todavía debe faltar para la resolución del conflicto, este abordaje narrativo solo se "salta" la presentación. Ejemplo cutre: «Los dos enamorados, la princesa y el caballero, estaban en el baile que organizó el rey, por fin iban a besarse por primera vez, y antes de que sus labios se tocaran, el malvado dragón salió de su sueño y destruyó todo el palacio, iba a matarlo a todos, bla, bla, bla, el caballero se separó de su amada y le gritó que se encontrarían más tarde, por el momento debían huir y buscar refuerzos, bla, bla, bla, el caballero fue rumbo a las montañas a entrenar, la princesa fue con el reino vecino a pedir ayuda y el rey fue hasta la tierra mágica para aprender magia». Aquí ya solté el problema de una y ya planteé cómo van a resolverlo, no le di tiempo al lector de conocer a los personajes, aquí puedo: o devolverme y contar los inicios, decir que los dos protagonistas estaban enamorados desde siempre, señalar la reina muerte, mostrar que el dragón estaba celoso, x; o puedo continuar con la historia y a medida que desarrollo la trama mostrarle al lector los trasfondos de los personajes, decir que el caballero aguante el mortal entrenamiento por su amor, que la princesa debía casarse para tener el ejército, pero no lo hizo porque amaba a su caballero, que el rey recuerda a su esposa muerta cuando lo tientan con magia para revivirla y no tengo que volver a las cosas que hayan pasado antes del baile.
Las ventajas son un inicio rápido, situamos al lector en el punto de partida de la acción, pero sin que conozca a nuestros personajes y no entienda sus sentimientos o situación.
In extrema res: se traduce del latín como: en el extremo del asunto. Son las obras que empiezan por el final, esas historias que el primer capítulo es un copypaste de la mitad del antepenúltimo capítulo y por obligación tienen una analepsis, la libertad radica en ¿hasta dónde lleva la analepsis? Eso queda a decisión del autor. Ejemplo cutre: «El ejército de la princesa socorría a los aldeanos y exterminaban los demonios rezagados, la reina seguía curando a los zombis, no le quedaba mucho tiempo antes de volver a la oscuridad de la muerte, el rey brujo mantenía toda la concentración en sus hechizos de mejora para su hija, su esposa y su, ahora, yerno, y el caballero que cargaba con la enorme espada sagrada, estaba aguantando el fuego del dragón. En el calor de las llamas recordó como todo había cambiado hace solo un año...». En este caso, empecé en la batalla final, en el punto donde se decide si ganaron y vivieron felices por siempre o perdieron y el ejército demoniaco del dragón convirtió a todos en zombis.
La ventaja con este tipo de abordaje es un primer capítulo muy atrapante, lleno de acción y preguntas por todas partes, y esto a su vez, es su desventaja; hay tanto caos que el lector se puede abrumar y no entender nada, no va a sentir las emociones de los personajes, ni celebrara sus logros, porque no los conoce.
Conclusión: puedes empezar una historia por el inicio, el nudo o el desenlace, para eso están los abordajes narrativos, cada uno con sus cualidades y ya es el autor quien decide cómo empezar su obra, según lo que quiera contar y cómo lo quiera contar.
—B.
ESTÁS LEYENDO
Teoría
De TodoSomos un grupo de whatsapp enfocado en practicar y aprender sobre escritura. En este apartado se encuentra toda la teoría que se da en el mismo grupo.