Una de las cosas más usadas en cualquier historia, de cualquier tipo de arte que cuente una historia, son los diálogos; el ser humano es muy comunicativo por naturaleza y los diálogos son la forma en como los personajes transmiten sus pensamientos e ideas a los otros personajes, los diálogos facilitan mucho el avance de la trama. Pero no solo son útiles para la trama, también pueden ayudar a mostrar la personalidad de los personajes y contar muchas cosas de ellos; después de todo, no debemos olvidar que los diálogos son hechos por personas y que estas tienen una forma de pensar y una psicología de fondo, la cual se filtra en la manera de hablar y expresarse.
La regla de oro y base para los diálogos es: no hablamos como escribimos. Es muy importante diferenciar la narración de los diálogos, en la primera podemos embellecer la lectura con metáforas, recursos literarios y prosa, pero el segundo debe ser más realista; nadie habla así: «Vi un rayo caer, su fuerza fue estridente al punto de partir un árbol en dos, sentí en mí interior el poder bruto de la naturaleza y recordé mi insignificancia para el mundo». No, una persona "normal" suele decir algo como: «¡¡Parceeee!! Vi un rayo caer, que susto. Esa cosa partió el palo de aguacates en dos, me dio un susto y todo», ¿Notaron que uno suele repetir palabras cuando habla? Vuelvo y reitero: es muy importante que se sienta la diferencia entre un dialogo y la narración de la historia.
Teniendo claro que una cosa es la narración y otra el dialogo, no lo olviden que es importante, vamos hablar de las cosas que dan personalidad a los diálogos, los factores de nuestro personaje que debemos tener en cuenta al momento de definir la forma en cómo hablará.
Contexto social: la sociedad siempre influirá en el ser individual, nadie escapa a esto, por eso debemos tener en cuenta la sociedad que rodea a nuestro personaje y su trasfondo, porque esto influirá en su forma de hablar; alguien que creció en un hábitat pobre, rodeado en un ambiente poco culto tendrá una particular forma de hablar, usará palabras sencillas, no palabras rebuscadas, incluso podría decir mal algunas palabras, el famoso «haiga»; alguien que vive en un ambiente agresivo y peligroso será más propenso a usar groserías todo el tiempo; alguien que está en un entorno más educado será alguien "mejor hablado", con un léxico más amplio y evitara malas palabras.
Pero no solo el trasfondo influye, las personas no solemos hablar igual todo el tiempo y con todas las personas, les pregunto: ¿ustedes hablan igual con sus padres que con sus amigos? Respuesta general: no. Bien, tengan esto en cuenta; no es lo mismo hablar con el jefe de trabajo que con el señor de la tienda. Cuando el personaje esté con personas de mucha confianza y que no representen una figura de autoridad, será más abierto a filtrar su personalidad por las palabras, hablará más sencillo y hasta más vulgar, con vulgar no me limito a referirme solo groserías; con alguien de confianza, pero que es un figura de autoridad, el personaje evitará el mal vocabulario, pero se seguirá sintiéndose esa confianza, ese trato de tú a tú; con un extraño, la mayoría de personas, usan un lenguaje muy formal, se evita por completo el lenguaje coloquial, o al menos se trata.
Les pongo un ejemplo: las personas mariguaneras que habitan la calle, aquí en Colombia las llamamos: «ñeros», tienen un vocabulario muy vulgar, con los que consideren sus iguales, es decir otros ñeros, suelen tratarse de «guevón, marica, hijueputa, x», pero con extraños, ni siquiera tiene que ser alguien muy adinerado, le suelen decir: «patroncito, jefe, reina, x», algunos hasta se disculpan con la persona cuando se le sale alguna grosería frente a ella, y ni hablar cuando están frente a niños. Incluso estás personas de poco léxico cambian su forma de hablar y dirigirse a otras personas.
El vocabulario depende de lo que se sabe: es absolutamente imposible hablar de algo que no sabemos, ni conocemos, por esto se debe tener en cuenta qué sabe nuestro personaje al momento de hablar, qué palabras conoce dependerá de qué tanto esté expuesto al conocimiento, e incluso el tipo de conocimiento al que esté expuesto influye.
Las profesiones son un base enorme en nuestros vocabularios, los médicos serán más de decir patología en lugar de enfermedad; los dibujantes siempre especificarán el tipo de herramienta, de grafito, HB, carboncillo, otro tipo de personas solo dirán lápiz; para el botánico no es árbol, es roble, totumo, azuceno, vera, x.
Del saber también depende un factor muy importante: la edad por poner un ejemplo de la vida real, justo la semana pasada un niño me preguntó qué significa «rentable», creo que todos los que leen esto pueden dar una definición de la palabra. Los niños no conocerán muchas palabras "inteligentes" y las que conozcan, las presumirán todo el tiempo; los ancianos suelen usar palabras "anticuadas" y no comprender las nuevas que han surgido.
Y para terminar con este punto, también depende de los gustos; alguien que en su vida ha pateado un balón, no sobra lo que es un fuera de lugar, un papá que usa la computadora solo para trabajar no sabe a qué se refiere su hijo cuando dice: «bostear, lag, AFK, meme, x». Por eso los pasatiempos suelen agregar palabras nuevas, que a veces se filtran en las conversaciones, en el léxico del personaje.
Tono de voz: ¡¡¡Los signos de exclamación son importantes!!! ¿Y los de interrogación, también lo serán? Pero ¡¡¿Qué pasa cuando estoy emocionado y preguntando?!! Las personas no suelen tener el mismo tono de voz todo el tiempo, en algunos casos alzaran la voz por una exaltación inicial, para luego volver al habla normal, o en un resumen más sencillo: hablar y gritar son dos verbos diferentes, como el lector lea el tono de voz dependerá de cómo lo escribas. Otra herramienta que pueden usar para darle sentimientos a la voz, son las intervenciones del narrador, salirse del dialogo para volver a la narración y describir ese tono gélido que causa pavor, esa voz resquebrajada, ese tono chillón que causa ternura y molestia o esa voz masculina que retumba hasta en el pecho.
El sentimiento en el tono de voz también puede hacer que el personaje tartamudee, ante situaciones muy impactantes las personas se enredan al hablar, repiten silabas, dicen lo mismo dos veces de seguidas, esto también se debe mostrar con el dialogo: —Me, me, hago entender, o, o sea, ¿sí me entendieron, entendieron o no entendieron? —.
Muletillas: cada persona tiene su forma particular de hablar, aunque ustedes no estén conscientes de ello, tienen muletillas y formas particulares de hablar. Lo ideal sería que cada personaje de nuestra historia tuviera muletillas, frases típicas, expresiones, favoritismo por ciertas palabras o conjugaciones como gerundios, infinitivos, adjetivos de -mente, x, al menos hasta los secundarios, los terciarios no es necesario.
En cuanto al acento, es una combinación de las muletillas y el contexto social, también es algo que les da mucha personalidad a los personajes, les da una identidad e incluso es más fácil que el lector se identifiqué con él y le agarre cariño.
Conclusión: No hablamos como escribimos, espero no se la haya olvidado. Es importante entender el contexto social en el que se desenvuelve el personaje al momento de hablar, y diferenciar con quién está hablando el personaje; su léxico va depender de lo que conoce, de su trabajo, su edad, sus gustos y algunos otros factores que se me escapen en este momento; un tono de voz hace muy dinámico un dialogo, hay que usar los signos de exclamación y las intervenciones del narrador para darle sentimiento; todas las personas tienen su particular forma de hablar, trata de crear muletillas diferentes para todos tus personajes. Y por último y muy importante: no hablamos como escribimos.
—B.
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Teoría
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