Este recurso narrativo con nombre bonito es todo lo que está mal en una historia de ficción y la mayor muestra de mediocridad por parte de un escritor. Su nombre se remonta al teatro griego antiguo, es una traducción del griego al latín que significa «el dios [que baja] de la maquina», pues casi al final de la obra introducían a un nuevo actor colgado en una grúa que interpretaba a un dios o ser todo poderoso que resolvía todos los problemas que se habían formado en la trama.
Con este contexto histórico, un Deus Ex Machina es cualquier evento de la trama que resuelve los problemas, pero a través de un elemento externo, que no ha sido mencionado con anterioridad y/o no tenga lógica alguna con respecto a la historia. Estoy haciendo una historia de fantasía medieval genérica y para darle algo de emoción, mato a mi protagonista y le quito piernas, brazos y todos los órganos del lado izquierdo porque ja, ja y para resolverlo, y poder terminar la historia, meto aliens viajadores del tiempo que no solo reviven a mi protagonista, sino que, también lo dotan de miembros y órganos biónicos que lo hacen invencible, mata al malo, rescata la princesa y vivieron felices por siempre. Es un ejemplo algo —bastante— exagerado, pero por ahí es la idea.
Este error suele darse porque el autor no desarrollo bien su trama y llegó a una especie de «callejón sin salida» que no le permite terminar la historia, o, el autor esta frente una situación difícil de resolver en la trama, mas no imposible, pero por pereza y conformismo decide usar la salida fácil se inventa cualquier cosa: ¿El protagonista necesita dinero para pagarle a la mafia? Ja, no te había contado de que él tiene un tío abuelo tercero millonario que lo quería mucho, el cual murió y le heredo la cantidad justa para pagar su deuda. ¿El protagonista no puede vencer al malo malísimo? Ja, no te había contado que en realidad él es un hibrido mitad ser todo poderoso mitad humano y esto le da un «power up» para ganar la batalla final. ¿El protagonista no puede resolver ese caso tan enredado que no tiene pies ni cabezas? Ja, no te había contado de ese vecino chismoso que lo vio todo y justo al final viene a realizar la declaración. Espero haberme hecho entender.
Otros ejemplos son cuando es el azar quien resuelve los problemas, lo cual es muy posible en la vida real, muchos descubrimientos científicos han sido por casualidades que han sabido interpretar las grandes mentes, pero el problema con esto es darle un sustento, una base y que no se vea mal: el protagonista se ganó la lotería para salvar su negocio, pues específica desde el primer momento que él juega la lotería (esto iría muy de la mano con el correcto uso del arma de Chéjov).
¿Y cómo se evita caer en este —inmundo— error? Fácil: dale contexto a las cosas. Primero que nada, debes tener claro tu final, no como va a terminar y qué pasará con los personajes luego de todos los sucesos, sino cómo se hará el desenlace, cómo va a ser el clímax de la historia y cómo se resolverá. Con esto en mente vas a ir construyendo ese desenlace maravilloso, vas a plantear las reglas de tu mundo, de tu historia, y van a ser convergentes con la solución y se debe dar la importancia suficiente a las cosas, en caso de ser algo externo a los personajes o la trama principales (un secundario que no se acuerda ni la madre de él, una fuerza extraña, antigua y desconocida, entre otras), entonces dale una subtrama propia a estos elementos (manejando la sutileza, claro está).
En resumen: planea todo muy bien en tu historia(al menos lo esencial) y cuando estés frente a un «dead end» de la trama, noseas perezoso y encuentra una solución coherente con las reglas de tu historiao añádele profundidad previa a ese elemento.
—B.
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Teoría
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