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Algunos meses atrás.

Mientras tanto, Jimin se encontraba rodeado de algunos compañeros en una conversación animada. Sin embargo, en su interior, estaba luchando consigo mismo. Se sentía incómodo y confundido por lo que estaba haciendo, pero no podía evitarlo. Desde que se había unido al grupo de Eunwoo y Jongin, se había visto obligado a molestar a Jungkook y a otros chicos que no encajaban en su círculo social. Aunque en el fondo no quería hacerlo, se sentía presionado para seguir adelante y demostrar lealtad a sus "amigos".

Jimin se encontraba atrapado en medio de la ronda que habían formado Eunwoo y sus amigos. A pesar de que no quería estar allí, sabía que no tenía otra opción. Desde que Eunwoo se había convertido en su superior, se había visto obligado a obedecerlo en todo, incluso en cosas que iban en contra de sus principios. Y hoy, el mandato era claro: molestar a Jungkook.

Jimin no podía evitar sentirse incómodo ante la idea de molestar a Jungkook, uno de los pocos compañeros de clase que parecía no odiarlo. Desde hace algún tiempo, había notado que Jungkook parecía cada vez más reservado y solitario, evitando a toda costa las interacciones con sus compañeros. Aunque Jimin no lo entendía del todo, sabía que algo no andaba bien con él.

Eunwoo y sus amigos se reían y bromeaban, sin preocuparse por los sentimientos de los demás. Jimin los observaba con envidia, deseando poder ser uno de ellos, pero al mismo tiempo, sabía que no era así como quería ser tratado. Miraba de reojo al chico sentado en su mesa, frunciendo el ceño al ver cómo se concentraba en su lectura. Trataba de evitar su mirada, como si no quisiera sentirse culpable por lo que estaba a punto de hacer.

Finalmente, Jungkook se levantó para ir al baño, y Jimin sintió su corazón latir con fuerza en su pecho. Sabía que era su oportunidad, y que tendría que hacerlo. Sin embargo, antes de que pudiera poner un pie fuera de la ronda, vio las marcas en los brazos del chico, las mismas que había visto hace años, cuando Eunwoo y Jongin lo atormentaban. Se sintió aún más confundido, como si estuviera atrapado en un círculo vicioso de culpa y obediencia.

¿Cómo podría salir de esta situación? ¿Cómo podría hacer las paces con Jungkook sin poner en riesgo su posición con Eunwoo y su manada? Jimin se sentía cada vez más atrapado, y no sabía cómo resolver este conflicto interno.

Jimin era un joven con una personalidad fría y distante. Había aprendido a mantener una fachada de indiferencia ante los demás, incluso con aquellos a los que en el fondo le importaba. Jungkook era uno de ellos, pero Jimin se negaba a aceptarlo abiertamente. A pesar de que sus acciones hacia el pelinegro parecían ser duras y crueles, su subconsciente le recordaba constantemente lo mucho que le importaba.

Mientras caminaba hacia el baño donde se encontraba Jungkook, su mente divagaba en sus sentimientos. No quería admitirlo, pero ver las marcas en los brazos del menor le dolía profundamente.

"Aquellos brazos no merecen que porten esas marcas y lo sabes a la perfección", pensó Jimin.

Era el subconsciente de Jimin de nuevo, sus pensamientos eran contradictorios y confusos. Por un lado, sabía que no era justo tratar a Jungkook de esa manera, pero por otro, no podía arriesgarse a desobedecer a Eunwoo. Era un juego peligroso, pero uno en el que estaba atrapado sin saber cómo escapar.

—Jeon, ¿qué haces aquí? —preguntó Jimin, tratando de sonar indiferente, aunque en su interior se preguntaba si Jungkook había escuchado su monólogo interno.

—No es un buen día para mí... hoy no, por favor, solo necesito un día de tranquilidad —respondió Jungkook con un tono triste.

Jimin sintió una punzada de culpa al escucharlo, sabía que su comportamiento estaba afectando a Jungkook más de lo que pensaba. Pero no podía mostrar debilidad ante él, no cuando Eunwoo estaba observando todo.

𝐁𝐮𝐥𝐥𝐲  || ➵ 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 [𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora