🖤𝟐𝟗🖤

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Ese día en particular no era muy diferente a los demás, puedo enumerar todos los días del año y ninguno tendrá demasiadas diferencias entre sí, pues siempre ocurría lo mismo y yo cada día era más débil, a nivel mental, como para tener la capacidad de defenderme de lo que los demás hicieran o me dijeran inclusive.

Recuerdo haber escuchado el sonido del timbre resonando por todo el lugar, no podría olvidar ese viernes en específico, salí del salón con unas inmensas ganas de regresar a casa y refugiarme en las cálidas sábanas de mi cama, no quería hablar con nadie, no quería hacer nada... solo quería dormir, si cierro mis ojos puedo sentir, inclusive, ese potente deseo de llegar a un lugar donde me sintiera seguro.

Por esa razón es que, al salir del salón, había desarrollado una costumbre muy sencilla, la cual implicaba ocultarme entre la gente saliendo de sus respectivos salones y así, lograr que ninguno me viera, ya que, al terminar las clases del día, ninguno presta atención a lo que pasa y era el momento perfecto para que Eunwoo y su grupo pudieran... ya sabes, hacerme algo.

Pero ese día la suerte no estuvo a mi lado, porque, entre tanta gente, choqué con Lucas que, al instante en que me vio, comenzó a reír, en aquel entonces recuerdo que era muchísimo más alto que yo, y lo sé... sé qué me dirás ¿Pero cómo te aterraba alguien mucho más alto si en taekwondo has derribado a hombres mucho más altos? Con ellos siempre fue diferente, durante tanto tiempo me hicieron sentir tan miserable que... yo les creí.

Lucas, al encontrarme, me tomó con fuerza del brazo y me dirigió hacia el baño de hombres. Una vez allí, me tiró con fuerza al suelo, no me llevó mucho tiempo distinguir quién estaba frente a mí, al levantar mi mirada supe que Eunwoo estaba ahí riendo como un loco junto a Kai y Chanyeol... sabría lo que ocurriría, ya estaba acostumbrado a que eso sucediera, por supuesto. Al principio, cuando comenzó a actuar de esa manera, me tomó por sorpresa, no entendía qué ocurría con él.

Luego de un suspiro agotado, jaló de mis cabellos y me acercó a él, el miedo no tardó en hacerse presente, cada pizca de mí temblaba ante la idea que Eunwoo me hiciera daño y yo... tan solo tenía catorce años, en aquel entonces, no había pasado mucho tiempo en el que le había confesado cómo me sentía respecto a mi sexualidad y... no fue muy difícil atar cabos.

—Miren a quien me acaban de traer... ¿Puedes creer que, a los maricones como tú, los dan en adopción sus padres porque no los quieren? —No observé sus rostros, simplemente cerré mis ojos y escuché sus risas burlonas mientras que mis lágrimas se hicieron presentes, era imposible retener mi llanto, no solamente por el miedo, sino por el enojo que sentía en ese momento, piénsalo como si lo sintieras tanto... pero no eres capaz de pronunciar alguna palabra y siquiera de poder formar un puño y pegarle a esa persona para defenderte, yo sentía enojo por mi incapacidad para defenderme de los que se aprovechaban de mi debilidad.

Más no respondí nada a lo que dijo, por lo que no tomó mucho para que los golpes comenzaran a llegar, una vez que Eunwoo soltó mis cabellos, me lanzó al suelo y cada uno de los presentes allí comenzó a pisarme y patearme, a reírse de mí, a decir cosas tan horribles que podría nombrarlas todas una por una.

"Maricón de mierda", "Tu papá no te quiere", "Muérete de una buena vez"... cosas como esas.

Un rato después, Eunwoo frenó a sus amigos, como pude intenté pararme, pero era imposible, todo mi cuerpo dolía debido a los golpes que recibí, incluso había comenzado a toser de un modo desesperado, puesto que me costaba demasiado respirar.

Fue entonces, cuando Eunwoo dijo su típica frase de todos los días; Llegas a decir una palabra de esto y yo seré quien se encargará de hacerte pedazos con mis propias manos, marica de mierda.

𝐁𝐮𝐥𝐥𝐲  || ➵ 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧 [𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora