PROLOGO

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8 DE OCTUBRE DEL 2015

STELLA

—Niños no se peleen —sentenció mi padre.

Miraba a Celeste que le quitaba una paleta a Luca, suele hacerlo enojar con frecuencia, en lo personal a mí me disgusta que lo haga enfadar.

—Celeste por favor, déjalo —a veces no entendía quién era la hermana mayor. Ella parece más una niña pequeña.

—It, sabes que no lo hago a propósito y Luca allá hay otra paleta, puedes comerte esa.

—Peo... yo quieo esa —señalo la mano de Celeste.

Seguirán peleándose, prefiero no meterme en sus discusiones. Al final terminarán perdonándose y dándose un beso. Me giro para contemplar el paisaje. Hoy es mi cumpleaños número doce y estoy muy feliz. Le pedí a mis padres que fuéramos a ver a mi abuela, ya que hacía mucho tiempo que no la vemos. Y ella realiza el mejor pastel de chocolate del planeta.

Ayer por la noche Celeste termino con su novio. Me dolió verla sufrir por alguien que no supo valorarla. Siempre he sido muy apegada a mi hermana. Me acurruque a su lado y la abrace mientras se lamentaba en mi hombro, no mentiré al decir que a mí no se me salieron algunas lágrimas.

Luca seguía llorando por su paleta. Entonces mamá decidió que debería pasarse a su regazo, supongo que es nada más para consolarlo. Cuando él se está atravesando al asiento copiloto, le enseña la lengua a Celeste.

—¿Por qué estás tan callada mi pequeña Zel? —papá me diviso por el retrovisor. Le sonreí.

Mi padre siempre sabe cómo hacerme reír, está para mí cuando más lo necesito, es mi superhéroe y mi mejor amigo. Siempre he sido muy apegada a él. Mientras que, mis hermanos son más inclinados a mamá.

—Por nada. Estoy emocionada por ver a la abuela y a mis primos —miento.

A decir verdad, tenía un mal presentimiento, pero no lo expuse. Podrían ser solo nervios o algo por el estilo.

Regrese la vista a la ventana del auto. Había grandes árboles y algunos edificios lograban visualizarse. Esta carretera nunca me ha gustado, me da un poco de miedo, ya que, por aquí pasan demasiados camiones y ha habido accidentes. Pero es el camino más rápido para llegar a casa de la abuela.

Devolví la vista al interior del auto, cuando escucho fuertes gritos por parte de mi madre y de mi hermana. Luca lloraba y no pude pensar con claridad. Recuerdo que papá trataba de frenar, pero ya era tarde.

●♡♡●

Abro los ojos y mi vista es algo nublada, le echo un vistazo al lugar. Me encuentro en un hospital.

¿Qué hago aquí? Trato de hacer memoria, entonces recuerdo el camión que se ha impactado contra nosotros.

Intento ponerme de pie, quiero saber dónde están mis padres, mis hermanos. Mi mano derecha vendada y siento una leve punzada en ella. En cuanto pongo el pie izquierdo en el suelo noto que no tiene equilibrio.

—Tranquila pequeña, aún no puedes levantarte —el doctor entra por la puerta.

El médico es alto, su cabello es castaño medio obscuro, sus ojos son azules y usa lentes. Tenía un gafe en donde estaba su nombre, pero no alcanzaba a distinguir bien, por la luz del sol que se reflejaba.

—Doctor, su hijo ingreso al hospital, tiene un brazo roto.

—En un momento, voy para allá — el y la enfermera intercambian miradas y después el médico sale dejándome con más dudas que respuestas.

Marie la enfermera me observa afligida. Me analiza con lástima y eso me carcome por dentro. Porque no sé que ha sido de mí, de mi familia y me aterra tanto pensar que algo malo ocurrió con ellos.

Comienzo a tener dificultades para respirar. Mi primer ataque de pánico, así lo llamo la enfermera. Me decía que recordará momentos alegres, yo quería llorar, porque por ahora los recuerdos felices, también son tristes. Se me viene a la cabeza la vez que Abril mi prima se cayó de la cama por andar bailando arriba de ella y eso me hace sentir un poco mejor.

●♡♡●

¿Cómo aceptas que las personas que más amas en esa vida se han ido?

Aquel accidente marcará un antes y un después para mí.

Mi padre tuvo un derrame cerebral del que no pudieron salvarlo; la noticia me cayó como balde de agua fría. Luca mi hermanito, perdió mucha sangre, no pudo salvarse.

Era un niño, que tenía sueños e ilusiones y ahora no podrá cumplirlas, todo por mi culpa. Mamá perdió un pie, tendrá que usar una prótesis. Celeste tuvo fracturas al igual que yo.

Mi madre me observa con odio y despreció, eso me causa sentirme aún más culpable. Me duele, que me mire así. Quisiera decirle que deje de hacerlo, pero en estos momentos no es posible.

Sin ninguna razón, noto la mirada de los presentes sobre mí. ¿Siento culpa? Claro que sí.

Mi hermana ha estado tan distante, creo que está enojada conmigo.

Si tan solo me hubiera esperado al fin de semana. Sin duda es el más horrible cumpleaños del universo.

Existen dos tipos de recuerdos; los buenos y los malos. Los malos te enseñan y torturan al mismo tiempo, tú decides si aprender o seguir sufriendo por ellos. Los buenos recuerdos, en algún punto se volverán nostálgicos, porque reflejan la felicidad que sentiste con ciertas personas que ahora no están.

Mi hermanito era mi ángel. Aquel que podía no entender nada, pero que te dejaba reflexionando, él era puro y de corazón noble.

Me siento responsable por sus partidas.

¿Por qué tenía que nacer ese día?

Debí haber sido yo la que muriera y no ellos.

Me acerco al ataúd de mi padre, antes de que lo pongan metros bajo tierra.

<<Papá, perdóname, sé que nunca fui la mejor hija, mucho menos un ejemplo a seguir, pero te necesito>>

Me dejo caer en la tierra, no me importa el dolor que he sentido en las rodillas, mis lágrimas no paran de salir, pero o quiero que paren, no grito y tampoco sollozo muy fuerte, solo miro a un punto fijo.

Hace rato que mamá se desmayó, la tía Isabel se la llevo, Celeste se fue con ella, así que solo estoy yo. Ahora cuando más necesito un abrazo no hay nada.

Quiero gritar, suplicar que no bajen el ataúd, como si no creyera que él ya no está, pero no poseo fuerza, la voz no me sale; tengo un nudo en la garganta que no me permite hablar, mi cerebro tampoco reacciona de la mejor manera.

Mi tío Aron viene por mí y me levanta, aunque me es imposible porque vuelvo a dejarme caer, es como si mi cuerpo estuviera aquí, pero no mi mente. Me levanto y abrazo a mi tío.

Mi padre solía decir que éramos su universo, sin embargo, ahora se ha destruido, todo tiene un final en esta existencia, y este cosmos ha llegado a él.

Si tan solo hubieran sabido que ustedes eran el motor de mi historia, la razón de mí existir...

Una nueva vida comenzará para mí, pero odio con todo mi ser que sea de esta forma el inicio de mi historia.

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Espero que les guste. 

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IG: alexaclemente26

La Herida Del Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora