STELLA
—¿Me veo bien?
Alexandra me pregunta, está demasiado nerviosa, se mira una y otra vez en el espejo.
Hacía tanto tiempo que no la veía así de agitada, pensé que se había ganado la lotería o algo así, pero no esperaba que Arthur la invitara a salir. Lamento que haya sido hoy, ya que, Andy me invito a su cumpleaños y quizás por eso estoy en su casa, pero quería tener a mi mejor amiga aquí; no creo que Logan asista y en caso de que asista ojala no venga acompañado, no quiero simplemente sentarme en las escaleras.
Nunca he sido buena socializando, es verdad que en ocasiones platico con las personas y así, pero no es lo mismo porque muchas veces es más por cortesía, las personas no muestran interés en conocerme, así que yo tampoco.
Hoy compruebo que las hermanas Earl se ven bien con todo lo que se pongan, además de que son idénticas. Cualquiera diría que son gemelas la diferencia es que Andy tiene la cara más alargada y Ale es unos centímetros más alta que su hermana y no se debe al hecho de que Andy usa tacones.
Ale me pide que la acompañe hasta la entrada, Arthur ya llego por ella y estoy feliz de verdad, solo que mi lado egoísta no quiere que me deje sola rodeada de personas que no conozco. Antes de que Ale, se suba en el auto de Arthur se despide con una mano y me lanza un beso.
Aún queda tiempo para que llegue la hora de la fiesta, así que ayudo a Andy, en lo que puedo. Hoy sus padres asistieron a una reunión de negocios o eso tengo entendido.
Siempre me ha gustado el ambiente acogedor que tiene la casa de mi mejor amiga. Cada que estoy aquí me siento segura, protegida, feliz, puedo sentir cariño en el aire. Lo sé, suena demasiado cursi. En casa de mis tíos percibo eso mismo, pero quizás por todo el tiempo que tengo viviendo ahí también me siento encerrada, como si estuviera encarcelada en una celda, no porque haya hecho algo malo, sino para que nada me pase.
La última vez que sentí el ambiente en mi casa fue días antes de que mamá nos abandonara, por un momento pensé que cambiaría pero nunca lo hizo, le agradezco que no se haya llevado a Celeste, porque si no estaría sola en el mundo y aunque no hablamos sé que cuento con ella o al menos es creo.
●♡♡●
Como lo imaginaba. Sola en una fiesta donde no me siento del todo cómoda. Observo a varias personas desde las escaleras, Logan tuvo un compromiso con su madre y no pudo venir. Así que no me quedo otro remedio más que venirme a sentar a las escaleras mientras observo a los presentes. Juego con la pulsera que tengo en la mano, normalmente lo hago cuando considero que no encajo. Es como si de cierta manera me sintiera protegida.
—Stell, ¿Qué haces aquí?
—Logan, no pudo venir —Andy me mira y evito el contacto visual— así que solo me limito a observar.
—Ay niña, ven conmigo —toma mi mano y me hace levantarme del escalón—. Las fiestas no son para sentarse y observar.
—Andy, de verdad, estoy mejor aquí.
—Pamplinas.
Me jalo de la mano, haciendo que la siguiera detrás de ella y lo hice. Siempre había creído que Ale era más sociable, pero no. Sabía que me estaba llevando a su grupo de amigos, eso era más que seguro, tenía miedo. Cuando siento que no encajo en algún lugar, me alejo.
—Chicos, ella es Stell, la mejor amiga de mi hermana y una amiga especial para mí —le dice sonriente a sus amigos, que me sonríen.
—Soy Albert —se presenta el chico que estaba frente a mí —el chico era el hermano gemelo de Arthur, hace un tiempo Ale, me dijo eso.
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La Herida Del Corazón ©
Novela JuvenilY cuando la vida no siempre nos da los regalos que esperamos ¿Qué podemos hacer? Stella una chica dulce, fuerte y amable ha aprendido de la peor manera que la muerte siempre está cerca de ella, para llevarse lo más preciado qué tiene, gracias a eso...