CAPITULO 34

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LA CARTA

Ocultar cosas para no herir a las personas parece ser lo más viable para evitarnos que nos odien, que nos desprecien, pero la verdad tarde o temprano sale a la luz, quizás de la manera más imprevista y menos predecible y cuando sentimos ya estamos contando aquello que nos callamos durante mucho tiempo.

Solo espero tener el valor para un día decirlo de frente y no solo escribirlo, solo que ahora necesito una guía para poder decir todo, sin trabarme y sin sentir un nudo en la garganta que me carcoma con cada palabra pronunciada.

Bien.

Todos conocemos esa sensación de querer aventarnos del acantilado con los ojos cerrados sin ver a ningún lugar, de entregarnos, de entregar nuestros miedos, nuestras heridas, nuestros sueños y metas a alguien que quiera compartir con nosotros la alegría de cada meta o el dolor y la tristeza de cada batalla que se nos presente en el camino.

Cuando somos jóvenes nos gusta experimentar ese sentimiento de querer aventarnos a ese acantilado, quizás en varias ocasiones, solo que con el pasar de las relaciones se vuelve uno para mirar hacia los lados, porque solemos salir lastimados, dejándonos una herida que muy probablemente el tiempo no borre tan fácil.

Eso me paso a mí.

Cuando iba en la universidad conocí a una chica, que era tan bella, poseía esa clase de belleza que te cautiva al instante, tenía muchos lunares en el rostro y en todo el cuerpo, quizás eran su característico principal, siempre sonreía, siempre se miraba radiante.

El día en que nuestras miradas se cruzaron supe que desestabilizaría mi mundo y no tuve miedo de que lo destruyera solo para que fuese feliz, nos enamoramos, lo que yo sentía por ella, fue el sentimiento más intenso que he vivido en mi vida.

A pesar de que aquella chica se mostraba insegura y llena de heridas, nunca demostraba en realidad lo que sentía, hasta que llegue yo, conmigo podía ser realmente quien era, conmigo podía apagarse por completo y aún así seguir brillando, solo que muchas veces, las cosas no terminan bien, los humanos cometemos errores imperdonables y las relaciones se terminan acabando.

Después de ese amor visceral, pareciera que nada vuelve a ser igual, pero no es así, porque siempre llega alguien que te hace escuchar canciones románticas en el aire, te hace volver a sentir esa necesidad de querer aventarte del acantilado, solo que ahora es diferente, porque ya no cierras los ojos, porque ya prestas tú atención a cada detalle, a cada señal.

Volví a enamorarme, volví a sentirme vivo y encontré a la mujer con la que pasaría el resto de mi vida, con la que tuve una hija preciosa; solo que a veces la vida nos pone a prueba y nos trae de vuelta a las personas de nuestro pasado, en mi caso la volvió a poner a ella en mi camino, ya éramos adultos, cada quien tenía una vida, cada quien tenía a sus hijos.

Solo que cuando existe química entre dos o más personas no hay nadie que te haga creer lo contrario, pues la química nunca se va.

Nada de eso justifica el erro que cometía aquella noche, pero lo que me dejo aquella noche, fue algo hermoso y sublime, ha sido el regalo mas hermoso que la vida me dio, mi segunda hija, fue lo que me dejo aquella relación, mi esposa no se merecía que le fuera infiel y por esa razón le deja la opción de volver a ser libre, pero ella decidió quedarse con nuestra hija y aceptar a la mía.

Porque aquella bebé con la que llegue en brazos un día de octubre, ha sido producto del amor, del amor más sincero que he tenido en mi vida, me alegra que haya sido aceptada en la pequeña familia que apenas formaba, solo que, a veces cuando la miro veo a su madre, aquella joven de la que enamore, aquella joven que murió por una complicación en el parto.

Tiene sus ojos, aquellos a los que nunca les descubrí su color real, tiene su mirada y las expresiones de su rostro me hacen recordarla, me hacen verla, como si aún estuviese viva, solo espero que algún día tome el valor suficiente y contarle a mi hija sobre su madre biológica, para así contarle nuestra historia y espero ser el padre que se merece, quiero que confíe en mí, quiero ser su amigo, quiero estar al tanto de sus cosas, quiero ser su héroe que la salve de cualquier temor, porque es lo que Itzel hubiera querido que hiciera por nuestra hija.

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Este ha sido uno de los capítulos donde más me tarde en escribirlo, por todos los sentimientos encontrados que tuve, espero les guste.

Ig:alexaclemente26
Tik tok: aleclemen

La Herida Del Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora