CAPITULO 22

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XANDER

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba una cena. Solo falta Orlando para estar completos al cien por ciento.

Mamá no se había puesto ese vestido morado, desde la última vez que festejamos el cumpleaños de papá en casa. Después de eso se volvió agresivo, días después mamá se enteró que la había engañado con una asistente que él tenía.

Nunca entendí cual es la necesidad de engañar a una mujer que te ama. Mi infancia fue feliz hasta que cumplí ocho, hasta ese entonces admiraba a papá, pero después de que le fue infiel a mamá esa admiración se convirtió en odio.

Es verdad que en el amor no se manda, pero de que sirve formar una familia, casarte, tener hijos, si después de algunos años conocerás a una nueva persona que te haga sentir "amor".
Se que lo de papá y su asistente no era amor, porque después de cierto tiempo se separaron.

—¿Por qué se pelean tanto? —le pregunto a Orlando mientras miramos a hurtadillas por la puerta que se ha quedado un poco abierta.

Los adultos se pelean todo el tiempo, no le veo sentido a eso, a veces peleo con Orlando, pero lo solucionamos, nos abrazamos y todo se soluciona. Los gritos se intensifican y abrazo con fuerza mi Tiger de peluche.

La otra vez que pelearon mamá salió y nos dejó, papá había golpeado la pared con tanta fuerza que hizo que la foto que les tomaron el día que se conocieron cayera al suelo, haciendo que el cristal que la cubría se rompiera.

—Enano, deberíamos cerrar la puerta, es mejor que nos alejemos de ellos.

—No quiero que mamá se vaya y nos deje —sentía que mis ojos se llenaban de lágrimas, con solo pensar que mamá podía irse, tenía miedo y la quería conmigo.

Orlando suspiro y continúo mirando por la puerta, así que lo imite. Observe como papá levanto su mano y sin que me diera tiempo a respirar había golpeado a mamá.

—¡Noooo! —grite lo más fuerte que pude, intentaba abrir la puerta por completo, pero Orlando la sostenía, así que lo empuje a él y salí.

Me puse en medio de ambos, extendí mis dos brazos tratando de cubrir a mamá. Papá me miraba furioso, iba a golpearme a mi también, pero mamá se puso en medio, para así evitar que él me golpeara.

Otro golpe. Lloraba. Tenía miedo, mi super héroe me había fallado, ya no lo admiraba, ahora le tenía miedo.

Mamá nos tomo a Orlando y a mí y nos fuimos a casa de la abuela. Después de eso, no vi a mi padre durante dos semanas.

Volví de mis recuerdos, todo estaba normal, mamá le preguntaba a Itzel algunas cosas sobre la escuela, sobre su familia, Itzel sonreía parecía no preocuparle nada, mamá sonreía. Gema hacía chistes y ellas se reían entre sí, por otro lado, yo parecía estar en un mundo completamente diferente.

—Eres una chica muy linda Itzel, pero ¿cuál de tus dos nombres te gusta más? —pregunta mi madre con curiosidad.

—Bueno todo el mundo me llama Stella o Stell, así que es el que más prefiero.

—Has oído Xander, tú siempre llamas a Stell, por su primer nombre y es el que le disgusta.

Iba a contestar, pero Itzel se adelantó. Por debajo de la mesa apretó un poco mi pierna derecha.

—Xander es de las pocas personas que me llama Itzel, a decir verdad, cuando él me llama así me gusta.

Itzel me miraba, de una manera en que jamás me habían mirado. Sus ojitos son como una explosión, brillaban y era por mí. Me hacía sentir especial la manera en que ella me veía.

La Herida Del Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora