CAPITULO 7

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STELLA

Contemplo todo lo que ocurre a mí alrededor, trato de memorizar cada detalle, cada olor, cada color.

Quiero creer que un recuerdo nunca muere, sino que al final se convierte en polvo de estrellas que siempre se mantendrá vivo en cualquier parte del espacio. Porque los mejores recuerdos no siempre se toman con una cámara, a veces esos recuerdos simplemente se guardan en la memoria, también son aquellos que te marcan el corazón y pese a todo siempre estarán contigo; y siempre que los recuerdes te sacaran una sonrisa, una sonrisa verdadera.

La brisa golpea mi rostro y observo como el aire mueve las copas de los árboles, los colores del atardecer se muestran en el cielo, donde algunas aves vuelan.

Un grupo de amigos pasa frente a mi casa, sonríen y se carcajean, me da un poco de nostalgia, cada persona, cada ser que se encuentra aquí, cada auto, cada persona que pasa, tiene su propia historia, puede estar sufriendo y nadie se da cuenta. Es como si todos fuéramos un libro, un libro que nadie sabe en qué momento puede terminar de contarse. Un libro en el que no sabemos qué puesto ocupamos.

En días como este, en donde me siento un poco vulnerable, suelo pensar demasiado las cosas, ponerme reflexiva. Además de que no siempre soy observadora a este punto, además de que recuerdo muchas cosas.

It... Siempre nos queda algo por hacer. Nunca aceptes tu destino si no te gusta, está en tus manos cambiar todo aquello que te causa daño, aún tienes tiempo, para amar, sanar, reír y llorar, disfrutar de los bellos colores que tiene el atardecer, aún tienes tiempo para vivir.

Quizás Abril tenga razón, quizás deba cambiar mi destino, pero aún no sé cómo, aún no estoy segura si de verdad encontraré la manera de olvidarme de todo y aunque las terapias me han ayudado, simplemente no puedo soltar del todo el pasado.

Continúo arreglando mis plantitas. Me gusta la jardinería, recuerdo que cuando nos mudamos aquí me las traje a todas, en ese entonces cada una tenía su nombre. Actualmente no recuerdo sus nombres. Me gusta hablar con ellas, son buenas escuchando, además de que aunque no lo parezca, sé que ellas me escuchan, porque también son seres vivos.

—Eres demasiado tierna.

Giro y observo que Logan está de pie mirándome atento, me sonríe y su par de hoyuelos se hacen presentes, juega con su cabello negro rizado, me levanto, me acerco a él y lo abrazo.

—Me habías asustado.

—Lo siento, pequeña, quería darte una sorpresa —relame sus labios—, ¿Qué tal estuvo la fiesta de Andrea?

—Bien, digo era una fiesta normal.

Una fiesta normal en donde me convencí que el mundo es realmente muy pequeño. Recordar a la fiesta me hace pensar en Xander, ¿qué estará haciendo ahora?

—¡Ey!, ¿a qué se debe esa sonrisa? Paso algo en la fiesta de lo que no me hayas contado.

—¿De qué sonrisa hablas? —Logan es muy intuitivo, sabe qué evitare el tema a propósito—, y créeme no pasó nada interesante.

Me mira analítico, expectante de cualquier gesto o movimiento que pueda delatarme.

El aire sigue siendo algo frío y el atardecer empieza a perder su color, para dar paso a la oscura noche.

—Mencionaste que estuviste con los amigos de Andrea, ¿existe algo que debas confesar?

—Baile con uno de sus amigos —susurre.

<<Además de todo es guapo>>. Quiero decirle, pero no lo hago.

—Me estás diciendo, que mi niña bailo con alguien.

La Herida Del Corazón ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora