La Herida Del Corazón ©

CAPITULO 32

CELESTE

En ocasiones creemos hacer lo correcto por las personas que amamos, aunque estás no lo vean del mismo modo.

Tenía 16 años cuando mi padre y mi hermano menor murieron. Ese día sentí que mi mundo se desmoronaba, veía a mi hermana sufrir y llorar cada noche, mientras abrazaba a ese perro de peluche que siempre tenía sobre cama y que aún conserva.

Durante todos estos años me he callado muchas cosas, siempre creí que lo hacía por el bien de Stella, desde mi punto de vista siempre fue así, ahora sé que desde su perspectiva fue lo peor que pude hacer.

Hace un par de semanas recibí un mensaje de mi madre, al parecer tendrá un hijo con un irlandés, ¿cómo es que puede volver a ser madre, si a nosotras nos dejó aquí?

Nunca podré entenderla y tampoco quisiera ser como ella, es más no creo tener hijos alguna vez.

Recuerdo que cuando mamá decidió marcharse, le estaba preparando una fiesta a Stella por su cumpleaños, lo que no sabía es que también sería la de su despedida. Ella quería un cambio de aires, quería vivir su duelo sola y alejada de nosotras; meses atrás le habían dicho que tenía trastorno bipolar.

El trastorno bipolar provoca altibajos emocionales, que van desde depresión hasta episodios maniáticos. Las personas con trastorno bipolar, deben estar alejadas del estrés, yo quiero suponer que fue una de las razones por las que nos dejó.

Cuando trate de detenerla, empezó a aventar algunas cosas de la sala, una de ellas fue un jarrón, con el que me dejo una cicatriz en la rodilla. Mamá odiaba tomar su medicina, esa fue la razón, de sus altibajos emocionales, que subían y bajaban constantemente.

Ese día, no solo vi como mamá se iba, si no que también vi a una extraña que amenazó con matarme si es que la seguía, ese día me enteré que mi padre le había sido infiel, y que Stella, no era su hija biológica. La madre de Stella murió en el parto, fue su vida por la de mi hermana.

No quería que mi hermanita sufriera lo que yo sufrí en ese momento, así que me quede callada, para no herirla más de lo que ya estaba.

Stell, llego a casa ebria, no me moleste por eso, no me molesto que Xander se quedará a dormir con ella, después de todo, por ahora es la única persona en la que confía plenamente.

Todos tenemos un talón de Aquiles, creo que ella es el mío, es todo lo que me queda y todo lo que le pasa es como si me lo hicieran a mí también, por mucho tiempo me aleje, porque cargaba con culpa de no haberle contado nada.

Mi psicóloga me recomendaba que le dijera lo más pronto posible sobre esto, pero siempre tuve miedo, quería encontrar el momento adecuado para decirlo, lo intente en varias ocasiones, pero no tuve éxito, nunca lo tuve y termino enterándose por terceras personas y de la peor manera; si yo hubiera sido valiente para mirarla a los ojos y contarle la verdad desde el inicio no estaríamos así.

Yo no quería que ella odiara su cumpleaños más de lo que ya lo hacía, no quería que de nuevo se fuese a dormir llorando porque todos a los que quería se alejaban, quería protegerla del dolor, porque si en mis manos hubiera estado la posibilidad de meterla en una cajita para que nunca nadie la volviera a lastimar lo hubiera hecho.

Espero que algún día pueda perdonarme por no saber ser la hermana que se merece.

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