— Disculpe milady, usted es muy bonita, — dijo uno de los amigos de Michael, — ¿podría yo darle un abrazo?
— Pero claro — la princesa se inclino para estrechar al pequeño niño entre sus brazos, eran ese tipo de momentos los que la hacían sentir especial, haciéndole recordar el cariño de su futuro pueblo y olvidándose por un momento de la soledad, cuando de pronto una voz masculina muy amenazante interrumpió el acto
— ¡Alto ahí!, — el guardia Jacobo fue hasta donde estaba el pequeño, lo tomó del brazo con fuerza y lo alejo de Heddaiciar — ¡aleja tus sucias manos plebeyo!, ¡de la princesa!
— ¿Pero qué es lo que haces? — cuestionó ella con enfado
— ¡Oh!, ahí esta su majestad, — dijo Jacobo dándose la vuelta para recibir la llegada de su rey — ¡este infante mugroso puso las manos sobre uno de los miembros de la familia real, y su ley lo prohíbe si mal no recuerdo, sin excepciones, y más cuando se trata de nuestra querida princesa!, Heddaiciar
— ¿Qué?, — una de las mujeres del pueblo se acercó a ver que estaba pasando — disculpe que interrumpa majestad, pero hay una grave confusión aquí, esta doncella no es la princesa Heddaiciar, yo acabo de conocerla hace un rato en la boutique de mi madrastra, y me ha dicho que su nombre es Leanne
— La misma Leanne que conocimos ayer, ¿o no princesa? — el rey observo a Heddaiciar con enfado, al ver el alboroto que su rebeldía y desobediencia habían provocado, mientras que ella se mantuvo en silencio, sintiendo en su interior algo similar al miedo y un nudo en la garganta
— Esto es todo, — dijo el rey Arthur, — quitenle la vida a este joven de una vez, y tu, hija mía, si no aprendiste por las buenas espero que esto te haga entenderme por las malas
— ¡No!, ¡alto!, — exigió Heddaiciar poniéndose de pie frente a su padre antes de que se fuera — él no tiene la culpa, yo lo abrace, no quiero que por mis errores mueran más seres inocentes, padre, te doy mi vida a cambio de la suya — el rey observó a Heddaiciar de pies a cabeza y negandole tal cambio se marchó del lugar
— Ya oyeron al rey — Jacobo tomó al crío de la camisa y cerrando el puño repartió dos fuertes golpes en el rostro del pequeño
— ¡Dejalo!, ¡para!, ¡lo vas a matar! — gritaba Heddaiciar golpeando con fuerza la espalda del guardia, pero este siguió repartiendo golpes sobre el pequeño niño sin detenerse
Al presenciar esta escena de gritos, sangre y golpes, Michael y sus amigos se alejaron corriendo asustados, con lágrimas en los ojos de ver como estaban asesinando a un ser humano inocente, uno de sus mejores amigos; mientras que la princesa luchaba por rescatarlo, uno de los guardias se acercó a ella y la separó con fuerza de Jacobo, mientras que otro de ellos apuntaba con un arco hacía un pulmón del joven para terminar con su sufrimiento.
Las personas al rededor estaban impactadas, pero nadie más pudo intervenir por el miedo a las consecuencias que recibirían — Veamos si con esto es suficiente su alteza — agregó Jacobo con enfado, tirando el cuerpo del chico al suelo.
Heddaiciar se acercó a el llorando y lo mantuvo entre sus brazos, hasta que otra mujer del pueblo se acercó con gritos y sollozos diciendo: '¡Mi hijo...!, ¡no mi bebé!, ¡por favor devuélvanmelo!, ¡devuélvanmelo..!'.
Al ver la reacción de esta madre hacía la muerte de su hijo Heddaiciar se quitó la caperuza más sencilla qué había tomado esa mañana del armario de su madre y la colocó sobre el cuerpo ensangrentado; las demás personas alrededor solo observaban con compasión y varias más con desentendimiento, pero sin dar importancia a lo que otros estuvieran especulando, la princesa se acerco a la madre e intento darle un abrazo de consuelo; pero esta fue más rápida y la aparto con fuerza de su lado — ¡Eres una asesina!, — grito aún llorando — ¡fuiste tu maldita!, ¡todo fue culpa tuya! — al darse cuenta de que los demás pueblerinos ahora la miraban con enfado y desprecio, Heddaiciar se incorporó del suelo y corrió hasta el castillo llorando, y deteniéndose cada vez que podía a mirar el cielo y a secar sus lágrimas, esperando que todo eso se tratara de nada más y nada menos que una pesadilla.
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El nombre de una princesa.
FantasyUna princesa acaba de nacer y recibir su nombre, del cual ella no esta muy orgullosa, por tanto decide negarlo ante todo aquel que la vea de frente, solo hasta que su padre, el Rey Arthur la descubre y decide castigarla con un hechizo que haría que...