Libre de un salto

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- ¡Heddaiciar espera! - una voz femenina corrió hasta donde ella estaba, pero Yoet se interpuso en su camino, la joven abrió los ojos y volteó el rostro hacía su mejor amiga

- No... no voy a permitir que continúe está masacre, mi nombre es Heddaiciar y me declaro inocente - avanzó con prisa los últimos tres pasos y dejó caer su cuerpo desde el acantilado. Todos le miraron sorprendidos ante su acto, ya que el lugar en el que se ubicaban era conocido por haber presenciado varios suicidios durante los últimos diez años de Cantuna - Sus... últimas palabras, ¿las oyeron? - cuestionó uno de los hombres que aún estaba asombrado ante su valentía

- ¡Tu eres la responsable!, ¡voy a destruirte Yoet! ¡voy a combatir en su honor y te voy a hacer abdicar como a ella le hubiese gustado! - protestó Eider a la reina que aún se encontraba de pie muy triunfante, impresionada, mientras que con algo de inseguridad se acercó hasta la punta del acantilado en busca de su sobrina, sin contar con que se había ganado una nueva enemiga en ese mismo momento, la joven de cabello oscuro se acercó rápidamente a esta villana y tomándola del vestido se aseguró de ir con ella cuerpo al mar tal y como había hecho la princesa. Ambas sobrevivieron a la caída, y se encontraron nuevamente una vez estando sus cuerpos en el agua, la desventaja que tenía Yoet era que su vestido (debido a las telas) resultó ponerse más pesado, por lo cual Eider aprovecho las circunstancias y empujó la cabeza de esta reina bajo el agua, procurando hacer que su respiración fuera totalmente imposible; su rival estaba sacudiendo piernas y manos tratando de defenderse y poder salir, pero sus intentos estando resultando de manera inútil, pues el enojo que sentía Eider al pensar que había perdido a su mejor amiga, casi hermana del alma, era más importante para ella que cualquier corona - ¡Nos conocíamos desde niñas! ¡no sabes lo que me has arrebatado! - gritaba Eider con lágrimas en los ojos, hasta que el cuerpo de Yoet finalmente no pudo seguir batallando, y poco a poco se fue alejando con el agua, los guardias apuraron a la punta del acantilado en busca de los cuerpos, del cual sólo pudieron visualizar a la joven de cabello oscuro

- Vamos por ella - ordenó uno de los hombres, sin contar con que al darse la vuelta estaría frente a ellos una enorme fiera de piel oscura listo para hacerlos pedazos. Por debajo de ellos Eider se mantenía a flote preocupada por encontrar el cuerpo de Heddaiciar, hasta que finalmente vio a lo lejos una silueta femenina de cabello blanco que nadaba apresuradamente en dirección a la orilla - ¡Ey! - llamó la joven en voz alta haciendo señas con la mano, y tras ver que no hubo respuesta alguna se propuso alcanzar a la princesa.

Heddaiciar al haber llegado a la orilla del mar dejó caer su cabeza sobre la blanca arena mientras que sus brazos descansaban sobre la misma, cerró los párpados y se puso a recordar el momento en el que saltó del risco y peleó dentro del agua para poder desatar sus manos y así huir, cuando una misteriosa respiración la sacó de sus pensamientos, no era nada más y nada menos que una pantera observándola, la princesa se incorporó cuidadosamente mientras el animal permanecía con la vista sobre ella - ¡Heddaiciar! - llamaba a gritos Eider desde la orilla del mar, en tanto la otra joven volteó con miedo al escucharla

El nombre de una princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora