Ese mismo año, en una cálida noche mientras el Rey visitaba a su hermana menor, ella sacó en la conversación un tema que él casi siempre estaba evitando tener con varias personas - Arthur, hermano mío, pienso que este reino antes de heredarselo a tu hija, debería de cruzar por mis manos
- Claro que no Yoet, ella estará totalmente lista cuando le otorgué la corona
- Será mucho trabajo y responsabilidad para una adolescente
- Que tu no la tuvieras no significa que con ella va a ser igual - la mujer lo miro llena de odio, porque año tras año había estado tratando de convencer a su padre para que ella fuese la reina, pero ahora el problema era mayor, cuando se trataba de que su hermano le cediera el lugar a alguien en la familia, fuese ella, o su actual sobrina
- Bien, has lo que quieras, de seguro una cara bonita de ojos grises y cabello blanco nos va a llevar a todos al triunfo en la guerra
- Siempre y cuando lleve mi apellido y el nombre que le di junto a mi esposa, eso va a funcionar
- Créeme Arthur, no te lo diría si no estuviese tan segura de que ella, va a ser una gran decepción para ti
- Voy a esperar a verlo con mis propios ojos, y cuando eso ocurra, yo estaré al lado suyo con su madre para ayudarla a levantarse, poco a poco
- Eres tan optimista, y eso me molesta..
- Al enemigo siempre hay que encontrarle su debilidad Yoet, no lo olvides, es por eso que puedo venir a visitarte siempre que yo quiera - esta respuesta hizo enfurecer a la hermana del rey tanto al grado de inflamarle los intestinos mientras buscaba una nueva manera de lograr su objetivo.
Por otro lado parecía que los planes de cierta princesa estaban yendo bien desde hacía tantos años, pero un día, mientras aún tenía los 18, Heddaiciar se despertó como solía hacer cada mañana, peino su cabello y mirándose al espejo dijo: - Hoy voy a lograr todo lo que me proponga, - bajo las escaleras hasta llegar a la gran cocina del reino y saludo a todos los empleados - ¡buenos días! - dijo sonriendo
- Buenos días princesa
- Gracias, aunque... ustedes ya saben que con respecto a lo de ser princesa prefiero ser llamada Leanne
- Esta bien Leanne, el Rey Arthur la estuvo buscando en el jardín hace un rato, ¿volvió a quedarse dormida? - ella asintió sonriendo
- De seguro uno de los guardias le dijo que salí anoche al pueblo y va a estar enfadado
- Yo no creo lo mismo su alteza, su tía Yoet estuvo aquí, y sin ofender pero usted ya sabe que esa mujer es de las malas noticias, siempre - la joven miro uno de los pastelillos sobre la mesa y camino hasta el
- ¿Puedo llevármelo? - pregunto sonriendo
- Adelante dulzura, pero si son para usted
- Muchas gracias, voy a ir un rato al bosque, y si el rey les pregunta ustedes pueden decirle que fui a mi clase de historia y después a música, ¿esta bien? - todos asintieron.
Unas horas más tarde la princesa Heddaiciar cabalgaba por el bosque cantando una canción que ella misma había creado, donde contaba las ventajas de sentirse libre y las desventajas de sentirse sola y triste por ello - ¡Alto ahí!, - era la voz de uno de los guardias del castillo; la princesa no hizo caso y obligo al caballo a ir más deprisa - ¡le dije que se detuviera! - el guardia comenzó a perseguirla, pero la princesa no iba a detenerse; siguió avanzando, solo viendo que los árboles se acercaban más rápido hacía ella en busca de la salida, hasta que empezaron a disparar contra su caballo varias flechas, y ella cayó.
Los guardias del castillo se acercaron, y viendo que se trataba de una dama con caperuza le pidieron decir su nombre, la princesa sabiendo que los guardias iban a intentar chantajearla no quiso hablar - su nombre damisela, ¡ahora!
- Me, me llamo Leanne
- ¿Leanne?, estas son tierras del reino, y no sé conoce su nombre en el castillo, por tanto tendremos que llevarla con nosotros y encerrarla hasta que podamos hacerle un debido juicio
- ¡No!, ¡el Rey me eligió a mi para vigilar este lugar!
- Bien, esto puede solucionarse entonces, porque precisamente el Rey vino con nosotros; Travis dile a su majestad que aquí tenemos a una conocida suya
- En seguida
- Mientras tanto Leanne, puedes ir pensando en una mejor excusa para esta situación. - Heddaiciar clavó las uñas en la tierra sintiéndose atrapada.
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El nombre de una princesa.
FantasyUna princesa acaba de nacer y recibir su nombre, del cual ella no esta muy orgullosa, por tanto decide negarlo ante todo aquel que la vea de frente, solo hasta que su padre, el Rey Arthur la descubre y decide castigarla con un hechizo que haría que...