Se rompió una taza

17 3 0
                                    

— Ella es la acompañante de nuestro explorador Abadie — dijo el príncipe mirando a su prometida

— ¿Cuál es su nombre? — las demás personas en el baile salieron al mismo momento que Yoet lo hizo para buscar a su prometido, ahora observaron a Heddaiciar esperando que respondiera a su reina la pregunta, e incluso los músicos guardaron silencio para ver a que se debía el hecho de que la multitud estuviera fuera del salón de baile

— Mi nombre es Heddaiciar Isai

— ¿Cómo la joven de esa leyenda que tanto se cuenta en mi reino?, por favor no me hagas reír; dinos cual es tú verdadero nombre, si acaso eres tan valiente — reto mientras arqueaba una ceja, a la joven princesa le sorprendió el detalle que tuvo su tía Yoet para fingir desconocerla, sin embargo, no la contradijo, porque sabían las dos que era una gran excusa para que Heddaiciar terminará muerta

— Heddaiciar Isai, — repitió con más fuerza — y soy la dueña de este castillo — respondió mirando al príncipe; Yoet dio un leve suspiro poco antes de contestarle algo

— Voy a preguntártelo una última vez y si no nos dices la verdad, irás directo a la prisión fuera del pueblo por impostora y por mentir delante de la reina — la princesa estaba muy asustada ante esta amenaza, pero ideo un plan para demostrar que no estaba mintiendo, ella iba a negar su nombre solo una vez, para que así una parte de su cuerpo se deteriorara y ella pudiera demostrar que de verdad era aquella "leyenda" aún viva

— Mi nombre es, Leanne — dijo finalmente, lo que causo una malvada sonrisa de la reina

— Nos has mentido entonces

— Nunca, realmente soy la princesa, tu misma lo sabes, ¡y puedo demostrarlo!, príncipe Apollon, — lo miró con lágrimas en los ojos — ¡estoy bajo un hechizo que por negar mi nombre una parte de mi cuerpo va a deteriorarse y va a ser muy doloroso!

— Pues ahora mismo — dijo Yoet — nosotros te vemos completa, así que guardias, acompañenla a su nuevo hogar — extendió la mano, tratando de parecer amigable

— Yoet, no estoy de acuerdo con que sea llevada a la cárcel — dijo el príncipe Apollon en cuanto los guardias sujetaron de ambas manos a la chica

— Querido, este es mi reino, yo soy quien pone las ordenes aquí, y hasta que no estemos casados puedo declararte como un enemigo y asesinarte también a ti; — diciendo esto ultimo Yoet le esbozo una dulce sonrisa — dime, ¿dónde esta Abadie?

— Se quedó con una dama de vestido rojo en el salón — respondió Bilal seriamente

— Perfecto, dile que lo veo en el jardín ya mismo — el príncipe miro con lástima a Heddaiciar y ella no quiso hacer lo mismo, ya que estaba muy decepcionada ante la cobardía que el tuvo para enfrentar a la "reina".

Los minutos pasaron — Su majestad, — dijo una voz masculina tras ella — ¿deseaba usted verme aquí mismo? — pregunto Abadie de pie en el enorme jardín trasero del castillo frente a la reina

— Quería pedirte una disculpa por encerar a tu invitada esta noche, aunque supongo que debí de encerrarlos juntos ya que tu la trajiste

— No la conocía, ella no me había dicho cual era su nombre majestad

— ¿Qué le dijiste al principe sobre ella?

— No mucho

— Entonces, ¿qué te dijo él? — interrogó mientras se paseaba lentamente de un lado a otro por el cesped, con las manos tras su espalda

— Nada.

— ¿Así que nada? — Bilal apareció de entre las sombras y golpeo a Abadie con fuerza en la cabeza hasta dejarlo inconsciente sobre el suelo

— Átalo — pidió Yoet — y asegúrate de llevarlo al escondite para que yo pueda encargarme de el.

Fue justo como sucedio, y una vez estando en el escondite secreto del castillo, Yoet formo un hechizo muy fácil, y útil, con el que convirtió a Abadie en un dacnis azul, esperando a que este no pudiera hablar otra vez con el príncipe; sin embargo ella llego a la teoría de que convertir al explorador en un pájaro no era lo suficientemente seguro, así que después de esto lo golpeo repetidas veces contra una de las paredes para que no recordara nada de lo sucedido, y creyendo que ya estaba muerto, arrojo el cuerpo del pequeño animal al jardín por la ventana — ¿No cree que fue demasiado cruel lo que hizo con el explorador del reino? — pregunto Bilal impresionado, ahora con más miedo que nunca

— Por supuesto que no tonto, y con algo de suerte uno de los gatos se lo coma en cuanto lo vea tirado en el césped; ahora dime Bilal, ¿sabes si alguien más venía con Heddaiciar?

El nombre de una princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora