El nombre de una princesa.

Eider y Abadie

— ¡Tía Vanessa! — exclamó Balie interrumpiendome nuevamente, yo aproveche la oportunidad y sorbí un poco de mi taza de café que había preparado durante los últimos diez minutos en que le narraba la historia

— Dime preciosa

— ¿Dónde estaban Abadie y la amiga de la princesa en ese momento?

— Ehm... murieron

— ¿Qué? — preguntó asustada

— No es cierto Balie, solo bromeaba, — respondí entre risas, nuevamente bebí de mi café y retome la inspiración para seguir la historia mientras abrazaba uno de los cojines que teníamos en el sillón de la sala para sentirme más cómoda — a eso iba:

La noche anterior, antes de que Heddaiciar se presentará en aquél acantilado, Abadie el explorador (su bien ya conocido enamorado secreto) había ido en busca de Eider para solicitar su apoyo en un nuevo rescate de la princesa — Déjame ver si entendí, — pronunció la joven de cabello oscuro dejando descansar  sus manos sobre la mesa frente a ellos — liberaron a Heddaiciar, sabiendo que la arrestaron por causa tuya pequeña ave, ¡después la llevaste a vivir una historia de amor con un príncipe que estaba comprometido! ¿y ahora nuevamente esta arrestada y esperas que la rescate solo porque su príncipe está casi muerto?

— Vaya, lo estás tomando mucho peor de lo que yo creía — la muchacha arqueo la ceja

— Te ayudaré, pero una vez que esto termine quiero que tú y Apollon se alejen de ella, solo la están perjudicando

— Sí... yo creo que le dimos algo de emoción a su vida — Eider lo miró con desprecio

— Hombres de Bosward... ridículos

— Si de algo te sirve estoy de acuerdo con ello, — comentó el dacnis claramente sabiendo que el era originario de Cantuna, no de Bosward — y... robé está poción, pertenece a una guarida de la reina que tiene oculta dentro del castillo

— "Daño a colmillos" — leyó la joven en la parte frontal del frasco, apreciando por un momento la sustancia oscura que este contenía en su interior — ¿crees que sea seguro ingerirla?

— No sería la primera vez que pongo a en riesgo mi vida para mantener a salvo la suya — Eider se encogió de hombros

— Entonces hagámoslo — dijo la mujer ya decidida.

Retomando... desde la mañana siguiente cuando Heddaiciar ya estaba frente a la reina se le obligó a caminar de forma que su cuerpo quedará a solo tres pasos de la punta del acantilado, la joven princesa sintió al instante un inmenso mareo mientras veía la enorme distancia que había entre el agua del mar y ella — Muy bien, — dijo Yoet mirando a todos los guardias del castillo que estaban ahí presentes — estamos todos reunidos aquí el día de hoy por un excelente motivo, se te acusa de la desaparición de tu madre, el envenenamiento de tu padre, la revelación de un explorador ante el reino y el dañó inesperado en contra del príncipe Apollon, dinos tu nombre y cuál es tu declaración ante todos estos crímenes miserable mujer — la joven estaba de espaldas hacía estás personas, por lo que apretó los ojos con fuerza evitando ver nuevamente el color del mar bajó sus pies