Buscando a Eider

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— ¡Abadie!, — exclamo el futuro rey del castillo en cuanto lo vio llegar, el príncipe tenía una piel clara y el cabello oscuro, al igual que el color café de sus ojos — justo nuestro valiente explorador de quien estábamos hablando, — pronunció alejándose de sus seguidores riendo —dime, ¿qué descubrimientos hiciste hoy?

— Recorrí todo el bosque norte justo como usted me lo pidió — contesto el joven mientras le entregaba al buen hombre una bolsa de papel con el contenido de tierra y algunas plantas dentro

— Que bien, ¿y encontraste algo más que pueda producir riquezas a este tan merecido reino? — preguntó mientras dejaba la bolsa cerca de una ventana

— Había una joven, muy tierna en su manera de hablar con extraños — brillaron sus ojos de tan solo pensarle mientras la describía

— ¿Una joven?, — pregunto el príncipe Apollon sorprendido — ¿pero qué haría una mujer en un bosque tan olvidado y terrible como ese?

— Ni siquiera yo lo se señor, pero puedo decirle que esa doncella es muy diferente a todas las demás personas que haya visto en el reino

— ¿Qué tiene ella de especial?

— Cabello blanco y ojos grises, además en su voz tiene un acento que nunca antes había escuchado, una manera de hablar y decir las cosas que me transmite confianza y tranquilidad

— Y si era tan especial esa joven, quiero preguntarte ¿por qué no la has traído de aquel miserable lugar?

— No quería asustarla, era la primera vez que nos veíamos, así que decidí invitarla al baile, espero que usted pueda conocerla porque además de amigable pienso que igual es inteligente, y sinceramente señor, sin ofender a su futura esposa, pero esta doncella es por mucho más hermosa y humilde — mientras Abadie hablaba, uno de los sirvientes del castillo escuchaba lo que el decía, para ir a contárselo a la actualmente reina Yoet.

— Ha llegado Abadie, — anuncio el sirviente a la reina, pocos segundos después de que terminó de escuchar aquella platica — y estuvo hablando con su prometido acerca de una joven que conoció en el bosque

— ¿Y eso que tiene de malo?

— Abadie ha dicho que es mucho más hermosa que usted, y el príncipe Apollon quiere conocerla

— ¡Ja!, ¿y qué te hace pensar Bilal, que el príncipe Apollon cambiaría a una poderosa y bella reina como yo, por una simple muchachita del bosque?, por lo menos descríbela, — retó —  a ver si es tan hermosa como Abadie lo presume 

— Oí algo mencionar de su cabello blanco y ojos color gris, me parece misteriosa

— Es ella, — pronunció la reina sorprendida, girandose para ocultar su rostro de miedo, abriendo los ojos — Heddaiciar Isai

— ¿Qué?, esa joven Isai es solo una historia su majestad, un cuento para que las niñas del pueblo crean que sus padres pueden castigarles con un hechizo si los desobedecen — agregó Bilal riendo

— No, no es así Bilal, — contestó Yoet bajando cuidadosamente el tono de su voz —yo hice demasiado para poder conseguir este reino que finalmente, y después de tantos años me pertenece; no voy a permitir que nadie me lo quite, así tenga que deshacerme de ella de una vez por todas, y quiero que deje de mencionarse todo acerca de su ridícula vida en mi reino — señaló enojada

Mientras tanto, en el bosque Heddaiciar recolectaba algunas nueces y bayas para llevar al pueblo, ella necesitaba de alguien que le ayudara a conseguir un vestido para asistir al baile, ya que en serio lo deseaba, pero tenía que dar algo a cambio, así que en cuanto junto las nueces y bayas suficientes fue a casa de Eider, una amable amiga suya a quien conoció en la infancia por el pueblo — ¡Heddaiciar!, — exclamó la joven feliz al verla llegar, yendo a brindarle un cálido abrazo; Eider era la única persona a quien la dulce chica podría considerar una amiga leal, por el hecho de que se tenían tanta confianza para contarse cualquier problema la una a la otra, un claro ejemplo estaba en que la dama de cabello oscuro había hablado a la princesa de que ella era la única responsable de ser huérfana de padre, desde que era una adolescente

— Hola,— respondió ella sonriendo en cuanto su fiel amiga le abrió la puerta — he traído estas bayas porque sé que son tus favoritas, y la última vez que nos vimos dijiste que ya no tenías

— Muchas gracias, no fue hace tanto tiempo que te lo dije, aunque no hacía falta que las trajeras justo hoy — añadió contenta mientras dejaba la cesta sobre una humilde mesa de madera que estaba en la sala

— Lo sé, pero necesito tú ayuda; me han invitado a un baile y de verdad, quiero ir

El nombre de una princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora