Primer beso

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- Vane, yo siempre he querido ser una princesa - mencionó Balie interrumpiendo mi relato

- Amm... ¿no fui muy clara con las desventajas que tiene el ser de sangre azul? - ella me miro confundida, - ¡okay! - dije dando un fuerte aplauso tras pensar en cual sería un gran ejemplo para darle a mi prima - ¿recuerdas que me dijiste que un niño de tu escuela te parecía lindo?, ¿pues qué crees?, el niño que conoció Heddaiciar jugando en el pueblo un día mientras estaban solos le pregunto:

- ¿Leanne sabes lo que es un beso?

- Sí, un amigo llamado Nick me dijo que es cuando dos personas se quieren y juntan sus labios, pero también me mencionó que yo no debo hacerlo hasta que un día conozca a alguien a quien quiera besar

- ¿Tu me amas? - pregunto el niño frente a ella, manteniendo la vista en sus zapatos

- Yo no sé lo que es eso

- ¡El le dio un beso a ella! - exclamo mi joven prima entusiasmada, interrumpiendo mi narración nuevamente

- Mmm... no, él se acerco con la intención de besarla, pero la princesa Heddaiciar quiso que fuera a cuenta suya y un recuerdo distinto, así fue su primer beso, pero, en cuanto llegó al castillo decidió contárselo a su mejor amigo y adulto de más confianza, Nick, que también era el mejor cocinero que en el pueblo se pudiera nombrar, el fue quien le prohibió hablar del tema con sus padres, ya que podría meterse en grandes líos junto con el niño involucrado, pues no se le permitía a la realeza establecer un contacto físico con las personas que no fueran de la familia, además de que después de esa tarde, Heddaiciar nunca volvió a ver a ese chico las demás veces en que fue al pueblo, pero sin duda ella lo buscó durante varios años

- ¿Entonces a eso te estabas refiriendo con las persventajas de tener sangre azul que dijiste? - asentí riendo

-Se dice "desventajas", hablaba de ser princesa, no es tan bueno siempre si eso pensabas, pero bien, siguiendo con la historia en que estábamos. Una tarde cuando Heddaiciar tenía 16 años y andaba de compras por el pueblo habló a uno de los vendedores - Voy a llevarme estas cuatro manzanas

- ¿Traes dinero para pagar? - pregunto el hombre de mala gana

- Por supuesto - añadió entregando las monedas

- Muchas gracias, aunque espere jovencita

- Si dígame - ella se giro para ver mejor al vendedor a los ojos

- Usted es muy similar a la princesa Heddaiciar, nosotros jamás la hemos podido ver andar por aquí pero quienes trabajan en el reino tienden a hablarnos mucho acerca de ella, dicen que es aventurera, valiente, muy graciosa, y usted concuerda con su descripción física, digo, entiende que es nuestra futura gran reina y en el pueblo queremos saber todo acerca de ella, así que pues... - añadió el vendedor riendo

- ¿Qué?, - cuestionó ella "sorprendida" antes de que el hombre siguiese hablando - oiga lamento tanto ser yo quien le diga esto, pero la princesa Heddaiciar no tiene permitido andar por estos lugares, mucho menos a esta hora, me parece una completa locura que usted nos haya confundido, mire, mi nombre es Leanne, y ahora mismo voy a retirarme - tomó las manzanas del mostrador y se fue del lugar antes de que alguien más lograra reconocerla.

A partir de ese día la princesa tuvo más cuidado al escapar del castillo, ya que sus padres le habían prohibido salir al pueblo hasta cumplir los 19 años, y no tenía permitido ir en horas de tareas u obligaciones; así que en un intento de prevenirse Heddaiciar consiguió una caperuza con una de las empleadas del castillo para pasar desapercibida en el pueblo.

El nombre de una princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora