El nombre de una princesa.

Lazos verdaderos

— ¿Ah sí?, pues eso no cambia que tu eres solo una adolescente enamorada de 16 años, yo tengo 20, el mundo ya me devoró, y si tu no te conviertes en un aparato sexual femenino y útil, no vas a progresar en nada princesa — rió, en tanto Yoet le dedicaba una fría mirada de odio antes de responderle al hombre descarado frente a ella que había dejado caer su mascara finalmente

— Antes prefiero convertirme en la reina más dominante y vengativa que todo el mundo haya conocido. — diciendo esto ultimo salió del cuarto llevándose una veladora consigo, cerró la puerta con llave y le prendió fuego al rededor — Nos vemos amor. — pronunció dejando salir todas sus lágrimas.

Luego de ese día fue por el corredor y le contó todo a su hermano Arthur, llorando, quien le prometió hacer una ley en Cantuna que prohibiera las relaciones amorosas entre gente con diferencia en edades, otra ley de que la familia real no podía establecer contacto físico con personas que no fuera de su mismo tipo, y por último, le juró a Yoet que si algún día el tenía una hija no la iba a dejar salir al pueblo hasta que cumpliese los 19 años de edad, todo para guardarle el respeto que a su hermana le habían faltado esa noche, con el tiempo su padre en ese entonces el rey de Cantuna se enteró de esta historia y le prohibió a Yoet tomar el lugar de reina considerándola muy inmadura, débil e irresponsable para dicho trabajo

— Felicidades su majestad, — dijo Bilal regresando a su reina sin compasión a la realidad — aunque yo... me temo que no voy a poder asistir a su boda — Yoet se giro sobre sus zapatillas bajas y fulmino con la mirada a su leal sirviente

— ¿Qué?, me gustaría saber el motivo, si tú y yo somos como familia — dijo ella firmemente

— Lo siento mi reina, pero una nueva vida me espera, muy lejos, y tengo que irme en cuanto antes

— Bilal, ¿no será que me ocultas algo? — preguntó ella con mucho interes

— Para nada, es solo que yo... tendré que irme de aquí mañana por la mañana, pero muchas felicidades mi reina, ha sido un gusto y un honor para mi trabajar con usted — dijo haciendo una reverencia, en forma de despedida.

Al llegar la tarde ese mismo día; mientras que Heddaiciar estaba triste en su celda mirando por la ventana hacia el bosque, un pajarito de color azul se detuvo frente a ella; el pequeño animal hizo un sonido que sonaba muy similar al nombre de 'Heddaiciar' prácticamente como si la estuviera llamando - ¿Qué fue eso?, - preguntó la joven acercándose más a la ventana, y el ave repitió el sonido - ¡has dicho mi nombre!, - el volátil asintió - ¿príncipe Apollon eres tú?, - el pájaro negó - ¿Abadie?

- Yoet, me convirtió en esto - cantó de una manera poco entendible

- ¿Cómo fue que sucedió?

- No lo recuerdo muy bien, pero ayer desperté en el suelo. Bilal, es uno de los más fieles empleados de la reina, el me recogió en sus manos, me comentó donde podría encontrarte y curo una de mis patitas, me atrevo a decirte que el ha traicionado a la reina - Heddaiciar esbozo una sonrisa

- Que amable, por lo menos estas bien

- Él, vio a la doncella que llegó contigo anoche al baile, pero no le dijo nada a Yoet, solo le advirtió a vuestra amiga Eider que escapara antes de que alguien más dijese la verdad y estuvieran los dos en peligro

- No puede ser, Yoet y yo eramos familia, ¿por qué ahora quiere acabar con todo lo que es importante para mi?

- La ambición nos permite ver a las personas como verdaderamente son, por lo tanto, deduzco que va a terminar con tú vida poco antes de su boda, así que no nos queda mucho tiempo para sacarte de aquí

- Habrá una boda, - repitió Heddaiciar mirando su vestido, lo que logró poner a Abadie algo incomodo antes de conseguir darle a la princesa unas mejores palabras de aliento

- Princesa, vi como usted y el príncipe Apollon se miraban anoche, de verdad le importas, - asintió con la cabeza - Yoet lo amenazó, pero aún queda algo de esperanza para evitar que terminen juntos

- Eso no pasará, perdí una pierna al negar mi nombre

- ¡Entonces la historia era cierta!, - exclamó Abadie sorprendido - pero si de algo estoy seguro es de que el príncipe Apollon no solo se fija en el aspecto físico de una dama, y ya verás que vamos a encargarnos de la reina. - remarcó tan seguro de que iban a lograrlo sin importar el tiempo que les tomara.