El secreto de una pantera

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- Shhh... - Heddaiciar extendió ambas manos frente a la bestia tratando de calmarla y evitar así un ataque - lindo gatito

- ¡Oh cielo santo!, - dijo Eider entre risas, - Hedda tranquila, solo es Abadie

- ¿Abadie? - se preguntó la joven haciendo evidente la sorpresa en su rostro

- ¿Entonces soy un lindo gatito? - la joven esbozó una sonrisa sin poder disimular el color en sus mejillas

- Lo hubieses dicho antes

- Me estaba divirtiendo - contestó él mientras se recostaba en la arena

- ¿Cómo pasaste de ser una hermosa ave a esto? - cuestionó la joven de cabello blanco

- Le robo una poción a Yoet el día que se infiltraron en el castillo, - contestaba Eider mientras iba saliendo del agua, antes de dejarse caer de rodillas sobre la arena - y debo decirte que estas loca Heddaiciar, ¡pudiste haber muerto en la caída!

- Honestamente esa era la idea, milagrosamente fui más rápida bajo el agua y sobreviví, no tienen idea de lo que vi camino a este lugar, - comentó bajando la mirada ante la ilustración reproduciéndose en su memoria - destruyeron el bosque. - ambos de los presentes trataron de ocultar su tristeza, pues en ese mismo lugar años antes Abadie había dado su primer beso con la princesa, en tanto Eider lo recordaba como su lugar de juegos favoritos con Heddaiciar durante los que para ella habían sido los mejores años de su infancia - No hay... simios boalk o musas velutinas, todo lo que quedan son... cenizas - pronunció rechazando el nudo que se formaba en su garganta con cada oración que ella decía - daría lo que fuera por volver ver a Collet - limpió su nariz y esbozó una sonrisa que acompañaba el nombre del simio que había sido su compañero del bosque antes de que Abadie y Apollon llegarán a su vida

- Animo Heddaiciar, realmente ahora que tu gobiernes vas a poder encargarte de todo el desastre que Yoet dejó cuando Cantuna estaba en sus manos, debes de ser como tu madre, a ella siempre la hemos recordado por ser una mujer inteligente, decidida y propia de la realeza

- Jamás pensé que la familia real fuera tan competitiva entre sí, - dijo Abadie introduciéndose nuevamente en la charla - ahora no me queda duda de que la ambición y la arrogancia son todo lo que mueve a este mundo

- Ya no... tendrán que preocuparse por ello - Eider se mordió el labio inferior esperando no haber dicho eso en voz alta, pero ya era tarde, sus acompañantes estaban esperando una nueva respuesta

- Buen punto, venías detrás de mi cuando me llamaste saliendo del agua, ¡eso quiere decir que también saltaste! - Heddaiciar exclamó impresionada

- Hice mucho más que eso. - todas las miradas seguían sobre ella - Asesine a nuestra reina, - confesó apenada - ¡un impulso lo lamento! ¡creí que si estabas muerta eso era lo justo!

- Estuvo bien, - declaró Abadie tratando de hacer que la chica olvidara sus remordimientos - aunque su sobrina no haya muerto estuvo en riesgo por su causa, y era un precio mínimo que debía pagar por todo el daño que había hecho - Heddaiciar estaba confundida ante la declaración pero se mantenía en silencio, pues no creía que fuese cierto, además de que no sabía que otra cosa decir, tal noticia la había dejado sin palabras, pues no sólo eran rivales, si no también una cierta parte memorable de su familia.

El nombre de una princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora