El nombre de una princesa.

La Novia Perfecta

Eider había seleccionado diez vestidos diferentes para que su mejor amiga los viera y eligiera cuál usaría el día de su boda, los primeros cuatro que Heddaiciar se probó eran de diseños humildes con bordados de flores en color violeta, rosa pastel o blanco, los próximos a estos tenían un diseño más vistoso, de faldas anchas como los que usan en películas las princesas, habían de mangas largas, cortas y más... – ¿Cuál fue tu favorito? – preguntó Eider a su compañera mientras la susodicha conservaba su mirada perdida en el espejo

– Usaré este, – dijo extendiendo uno de los primeros cuatro que se midió

– Excelente, será tuyo

– Gracias, aunque... solo por curiosidad, ¿cuál crees que le hubiese gustado a Abadie? – Eider la miro en silencio por un instante

– No debes de hacer esto

– Fue solo una pregunta, no me estoy arrepintiendo de mi compromiso, entre Apollon y yo existe algo inquebrantable

– Dime la verdad, somos como hermanas, no haces esto por ti, si no porque se lo debes a Cantuna, a tu pueblo, ¿cierto?

– No, te equivocas, lo hago por mi, por Apollon y por nadie más que no sea nosotros, usaré este vestido y fin de la discusión. – la princesa tomó su bolso de uno de los asientos donde lo había dejado y salió rápidamente del lugar para dirigirse al sitio dónde quedó con Apollon de verse.

El príncipe ya estaba en el lugar, vestido con colores siniestros en espera de su prometida, – Te ves magnífica – pronunció al verla llegar

– Gracias, no esperaba que dijeras eso – esbozó una tierna sonrisa sin anhelar otro cumplido

– ¿Qué tal estuvo la prueba de vestidos? – la joven le brindó un gesto de inconformidad

– Ya elegí el mío

– No pareces feliz – dijo el príncipe haciendo un arco con una de sus cejas

– Tiene un bordado de flores violetas, no sé si te guste – ambos sonrieron

– Creo que todo lo que uses te hará lucir hermosa, sin duda de todo el reino, tú eres a mujer más bella – la joven sin tener que pensarselo dos veces lo miró a los ojos, se acercó a abrazarlo con fuerza y acto seguido lo beso antes de pronunciarle las palabras

– Te quiero, para que estés hoy en mi vida, mañana y siempre, te quiero con locura por cada aventura y por cada momento que hemos peleado, nos hemos reencontrado y por liberarme de aquel hechizo quiero que sepas que en el fondo de mi corazón además de quererte yo Heddaiciar Isai a ti Apollon te amo

– Guau... – este tomo de su mano conmovido y plantó un beso sobre el dedo anular de la joven – No te di un anillo de matrimonio porque sé que sí perdiste una pierna algo más pequeño no podrías cuidarlo, – se rieron nuevamente – es simbólico pero quiero darte algo mejor a lo tradicional, cada vez que nos miremos a los ojos y quiera darte a entender cuanto te amo plantare un beso sobre tu dedo anular en el cual debí poner el anillo, ¿estas de acuerdo?

– Yo hubiera preferido lo tradicional – Apollon se quedó sin palabras y buscó con la mirada una manera de cubrir las expectativas de la joven con algo más cercano a ellos – solo bromeó, estamos bien así.