El plan siniestro de Yoet

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- ¿Dónde esta?, - pregunto la princesa llena de ira entrando al castillo, azotando cada una de las puertas que cruzaba - ¡díganme donde esta! - al ver que ninguno de los empleados le respondiá y sin siquiera saber de lo que ella estaba hablando, decidió recorrer todo el castillo para encontrar a quien estaba buscando; pero no duro mucho su búsqueda solo hasta entrar en la biblioteca, donde estaban el rey Arthur, la reina, y su hermana - ¡eres un maldito asesino! - demando Heddaiciar mirando a su padre mientras lo empujaba con fuerza, en seguida Yoet puso sus manos en medio de los dos cuerpos para separarlos y evitar que se hiciesen daño

- ¿Pero de que estas hablando? - pregunto su madre, levantándose de su asiento con preocupación

- ¡Asesinó a un niño en el pueblo!, ¡los guardias!, ¡el les ordeno matarlo! - narro ella llorando sin contenerse

- ¡Te prohíbo que vuelvas a hablarme así Heddaiciar! - dijo el rey Arthur poniéndose de pie frente a ella

- ¡Muérete! - gritó la joven con fuerza; lo cual hizo sonreír a Yoet, el rey la miro por un segundo, después hizo una señal con los dedos y algunos guardias entraron enseguida a retirar a la princesa de la habitación

- No... puedo creer lo que hiciste. - hablo la reina con tristeza

- Mira, hay una explicación tras de todo esto, tú solo despide a los empleados de la cocina, principalmente a Nick, ellos han ayudado a que nuestra hija se convirtiera en esto, y Yoet, quiero hablar contigo a solas

- Con permiso - dijo Yoet a la reina sonriendo antes de retirarse.

Afuera del castillo el aire corría como si fuese invierno, mientras que el rey Arthur conversaba con su hermana - Yoet, tú que te encargas de hacer hechizos y medicamentos para cambiar la vida de las personas, ya has visto como se comporta mi Heddaiciar

- Claro que sí, ella es toda una.., lindura - respondió de manera sarcastica

- No es así como yo la eduque

- Y no lo dudo, pero podemos cambiar eso, solo dime, qué es lo que quieres hacer - el rey muy triste recordó todo lo que le había dicho su hija durante esos últimos dos días

- No quiero que ella vuelva a negar su nombre, o de lo contrario quiero que lo lamente - los labios color negro de Yoet se extendieron en una malvada sonrisa de nuevo

- ¿Eso es todo?, porque a una chica nunca se le educa de manera suficiente con tan solo.., un castigo hermano

- Puede que tengas razón, también quiero algo que le enseñe a adquirir lecciones

- Un hechizo así es muy difícil de hacer, "su majestad", me gustaría tener algo muy bueno a cambio

- Hazlo, y en mi lista para dirigir el reino, después de ella, quedarás tú - la vil mujer observó a su hermano con malicia

- Entonces no esperemos más, a partir de mañana tú preciosa hija, estará hechizada, con los castigos ideales para su intensa manera de ser - añadió ella sonriendo.

El nombre de una princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora