De camino a la prisión del castillo Heddaiciar miraba la sangre del príncipe en sus manos y se entristecía al recordar verlo sufrir, mientras trataba de reproducir en su memoria la última conversación que tuvieron - Esto es... algo verdaderamente horrible, es increíble hasta donde hemos llegado, nuevamente estamos perdiendo personas inocentes, debí haber escuchado a Apollon cuando él lo dijo - comentaba Heddaiciar para si misma, cuando de repente Abadie llegó hasta la ventanilla del carruaje en el que ella iba
- Vaya vaya, recién saliste de una prisión y ahora estas en otra; la maldad corre por tus venas princesa
- ¿Cómo supiste dónde encontrarme? - cuestionó ella amablemente
- Vi cuando te sacaban del castillo escoltada por los guardias - respondió el volátil con gracia en sus palabras
- Yoet trató de asesinarlo - pronunció la joven con la mirada perdida, tratando de ver más allá de las casas que cubrían el camino hacía el castillo
- ¿Qué? ¡eso es algo realmente peligroso!, ¡pudieron haber desencadenado una guerra con toda la población del reino de Bosward!
- ¡No fue mi culpa!, - exclamó la joven llorando, - Mira necesito que vayas al pueblo, debes buscar a Eider, vive cerca del bosque, su cabaña es la única con una puerta de color rojo
- Es una dulce plebeya Heddaiciar, pero ¿cómo se supone que va a servir en algo?
- Créeme cuando te diga que no debes de juzgar a las personas por medio de las riquezas que poseen, ya que su valentía no tiene alguna relación con ello
- ¿Y qué le digo? ¿qué estas aquí encerrada?, no la arrastres también a esto princesa, no dejaré que una dama sea el próximo cadáver en la infinita lista de la reina
- Tienes razón, aunque ella no es la reina, pero ya no sé que más hacer - dijo la joven cubriéndose el rostro con ambas palmas de sus manos. Fueron varios minutos de silencio entre los dos, pensando en otra solución que pudieran tener antes del mañana; solo hasta que Abadie se dio cuenta de lo perdidos y estresados que estaban, así que tomó vuelo sin decir ni un "adiós" a la princesa; - ¿A dónde vas? - preguntó ella confundida, sin embargo el no le dió respuesta y siguió su camino.
A la mañana siguiente, al darse cuenta de que el dacnis azul no volvió en toda la noche, Heddaiciar comenzó a preocuparse - Abadie, ¿dónde estás?
- Ya es la hora, - dijo uno de los guardias colocándose de pie frente a ella - te llevaré solo hasta el primer carruaje, habrá otro guardia ahí, él va a llevarte hasta el acantilado donde su alteza te estará recibiendo
- Entendido, - dijo ella con tristeza - ¿qué tal esta de salud el príncipe Apollon?
- Me pidieron que no hablara con usted respecto al tema
- ¿Lo asesinaron? dígame la verdad
- Eso ya no es.. problema suyo Heddaiciar, solo vine para llevarla hasta su carruaje, y déjeme decirle, que fue un placer conocerla - el guardia le estrecho la mano con mucha pena, y después ambos caminaron juntos por el pasillo hasta la salida de la prisión.
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El nombre de una princesa.
FantasyUna princesa acaba de nacer y recibir su nombre, del cual ella no esta muy orgullosa, por tanto decide negarlo ante todo aquel que la vea de frente, solo hasta que su padre, el Rey Arthur la descubre y decide castigarla con un hechizo que haría que...