3 meses después.
Estaba escudriñándome en el reflejo del espejo de cuerpo completo. Mi cabello oscuro estaba amarrado en una coleta de caballo, y mí vestido era de color rosa pastel con una correa decorada con una flor. Era tan extenso que cubría mis tobillos y dejaba a la vista mis tacones de plata. Isba una pulsera de pedrería y unos grandes zarcillos haciendo que mi rostro se viera mas pequeña y con un largo cuello de cisne.
El lugar era hermoso, combinación de blanco y dorado. Nathalia se encontraba detrás de un cambiador ocultándose para que yo no la viera desnuda pero eso era normal para mí, desde nuestra niñez nos solíamos cambiar delante de la otra, pero esta era una ocasión especial. Era su boda.
Flores de tulipanes amarillos estaban en as esquinas y una ventana estaba iluminando el medio de la habitación. Giré mi cabeza para ver a través y vi como una fila de sillas decoradas de listones estaban siendo ocupadas por varias personas, incluyendo la familia de Nathalia y amigos. Varios meseros atendían a los invitados con dulces y cócteles antes de que sucediera la actuación.
James estaba lejos de los invitados, en un área verde con Cody discutiendo acerca de algo, de seguro estaba nervioso, es decir ¿Quién no lo estaría? Era su boda. Cody estaba varado mientras James estaba caminando en círculos con una mano en su frente sin parar de hablar.
-Parece que alguien está nervioso -dije con tonalidad.
- ¿Yo? No, para nada, bueno...quizás -tartamudeaba Nathalia detrás de la cortina-, es decir, no es que me arrepienta, lo amo, pero...
-En realidad, hablaba de James -le interrumpí.
-Oh -dijo Nathalia tomada por sorpresa-, es comprensible. Está por casarse.
- ¿También estas nerviosa? -Le pregunté alzando una ceja.
-Algo, bueno, no del todo, prácticamente.
-Nathalia.
- ¿Y si no me quiere, Marena? -Sonaba nerviosa-, ¿Y si solo lo hace para no dañar mis sentimientos?
-Cálmate -dije-, y déjame verte.
Nathalia vaciló. Salió de la cortina dorada haciéndose visible. Liberé un grito ahogado. Se veía hermosa, que digo, bellísima. La parte de arriba de su vestido estaba ajustada en su torso y tenía forma de corazón. Creo que a ese tipo de vestidos se les llamaba "Sirena" o algo parecido. Era blanco como las nubes e igual de esponjoso a final del atuendo. Su cabello negro caía sobre sus hombros cual cascada, brillando con la gracia del sol al igual que sus ojos azules.
-Me siento gorda -dijo Nathalia con una mueca de disgusto.
-No te vez gorda, Nathalia -dije indignada-. Te vez hermosa.
Nathalia se acercó al espejo de cuerpo completo y se sonrió dándose fuerzas en su interior. Me acerqué a la mesa que se encontraba en una esquina y tomé una corona que tenía un pedazo de tela para cubrir su rostro. Se la coloqué a Nathalia encima de su cabeza y ella me sonrió.
-Gracias -dijo Nathalia agraciada.
-De nada -dije con una sonrisa-, ojalá Ryan estuviera aquí para verte.
Ryan se encontraba en el hospital aun. Ahora usaba un sombrero con un pompón azul adornando su cabeza ocultando su calva. Estaba pálido y delgado, muchas veces habíamos discutido acerca de ello, me dijo que lo dejara en el hospital y que viviera mi vida pero siempre terminaba negándome. No iba a dejarlo así como así. Permanecía en cama durante días y no comía nada porque decía que la comida no tenía sabor.
Él le había dicho lo mismo a James y a Cody, dejarlo solo y que todos cumplieran sus sueños, que dejaran de visitarle y que movieran. Nosotros siempre nos negamos a hacer tal cosa y siempre lo visitábamos muy seguido, incluso Nicotina se escabullía por los corredores para poder lamer la mano de Ryan.
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Nicotina © [Sin editar]
RomanceMarena Simpson cuenta la historia de su vida antes de ser sentenciada a ir a un centro de rehabilitación. Su vida es muy diferente a la que ella creía que iba a ser. Es una huérfana de dieciséis años, vive con su hermana gemela Taylor y gracias a un...