James me trajo en su carro a mi casa alrededor de las 8 de la noche, sabía que Taylor podría estar esperándome a estas horas pero no me importaba porque ya había pasado una gran tarde y estaba de buen humor. Al entrar procuré de no hacer ruido, al entrar cerré la puerta cuidadosamente pero no sirvió de nada ya que al encender la luz de la sala ahí estaba Taylor, sentada en el sofá cruzada de brazos cómo sus piernas, me lanzó una mirada asesina.
— ¿Dónde estabas? ya son las 8 de la noche, se supone que sales de la escuela a las seis y luego regresas a la casa. — dijo Taylor molesta.
Odiaba cuando se ponía así porque creía que era la que mandaba entre las dos y siempre yo tenía que acatar sus reglas.
— ¿dónde demonios estabas? — siguió Taylor.
— pero ya estoy en la casa ¿eso no importa? — Dije con los ojos en blanco.
— Si, pero... — dijo Taylor pero no terminó de decir la frase.
Taylor empezó a olfatear por todo el cuarto, ya me estaba poniendo nerviosa ya que yo no me había echado perfume o algo para disimular el olor a cigarrillo, ella siguió olfateando hasta acercarse a mí oliendo mi cuello y luego su expresión cambio a una de terror. Ella lo sabía.
— Marena, — dijo Taylor más molesta que nunca. — mejor que no sea lo que estoy pensando.
De todas las personas en el mundo quería que Taylor fuera la última en enterarse, me sentía como sí unos padres encontraran a su hijo masturbándose. No le pude decir nada así que sólo le sonreí, una muy mala sonrisa.
— ¿dónde carajos estabas y con quién?
— Eso no te incumbe, — dije molesta. — lo que yo haga con mi vida no es asunto tuyo, siempre he obedecido a tus órdenes, ya es hora de que sepas que yo también tengo una vida y tú deberías conseguir una. Estoy harta de ser una niña buena, se supone que la adolescencia es sinónimo de rebeldía y yo por mi parte no he vivido mi adolescencia.
Taylor sólo se quedó ahí parada viéndome como si fuera una completa extraña para ella. Relajé mi cuerpo y corrí hasta mi habitación, me consolé con el sonido de la dulce música y mi almohada, puse Lana del Rey a todo volumen mientras miraba el techo. No después de mucho tiempo apareció Taylor y se sentó en la orilla de mi cama, me senté en el espaldar de la cama y me quité los audífonos ya se sabía de Taylor y yo íbamos a tener la charla.
— Marena, — dijo Taylor ya calmada y mirando sus manos. — No sabía que te sentías así, yo sólo quería protegerte nada más, no quería que te sintieras acaparada de tu diversión, en verdad perdóname.
— No, — dije con lamentación. — perdona por gritarte, no era mi intención, solo explote.
— Tranquila, — Dijo Taylor. — sólo prométeme que no lo volverás a hacer.
— está bien. — dije sabiendo que era una mentira.
— Promételo. — dijo Taylor señalándome con su dedo índice.
— lo prometo. — dije poniendo los ojos en blanco.
Taylor dudó por un momento pero luego me dio un beso en la frente, se levantó y se dirigió a la puerta pero antes de abrirla dijo:
— necesito que conozcas a alguien mañana, es alguien muy especial para mí. — dijo Taylor finalmente y se fue cerrando la puerta detrás de ella.
Me acosté y seguí escuchando las canciones de Lana del Rey.
POV Ryan
Después de llevar a las chicas a su casa decidimos ir a el bar, estacionamos frente a la puerta y al salir estaba una pelirroja acercándose a James, la chica lo abrazó y James se lo devolvió, ambos empezaron a rodar, cuándo la soltó ella le dio un gran beso en sus labios, pero él no se negó así que le devolvió el beso, claro, ella era Vanessa, una de las tantas novias de James ¿Qué pensaría Nathalia al verlo así?
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Nicotina © [Sin editar]
RomansaMarena Simpson cuenta la historia de su vida antes de ser sentenciada a ir a un centro de rehabilitación. Su vida es muy diferente a la que ella creía que iba a ser. Es una huérfana de dieciséis años, vive con su hermana gemela Taylor y gracias a un...