Chasing the sun

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— Me voy a quemar. — Dije mientras sostenía el bol lleno de una masa amarilla.

— No lo harás. — Dijo Ryan detrás de mí.

Tenía miedo. El aceite en el sartén saltaba por el calor, tenía miedo de que una de esas chispas cayera en mi brazo. Ryan me había enseñado cómo hacer la masa, ahora solo faltaba cocinarla.

— No puedo. — Dije y me alejé de la cocina.

— Sí puedes, — Ryan me agarró de la cintura y con su otra mano agarró mi mano donde tenía el bol y empezó a verte un poco de la masa en el sartén. Pegué un grito cuando empezó a sonar y me escondí el pecho de Ryan. — ¿Vez? No fue tan difícil.

— ¿Y si me quemaba el brazo? — Dije alejándome de él y sentándome en la mesa.

— Pero no te pasó nada.

— ¿Quien estaba gritando? — Preguntó Taylor entrando a la cocina.

— Lo siento. — Dije bajándome de la mesa sabiendo que también me iba a reprender por eso.

— Tu debes ser Taylor, — Dijo Ryan extendiendo su mano. — soy Ryan, hermano de Daniel.

— Oh, un placer. — Dijo Taylor estrechando sus manos.

— Estamos haciendo panqueques. — Dije.

— ¿Tu? ¿Haciendo panqueques? — Dijo Taylor sorprendida.

— Bueno, la mayor parte la hizo Ryan.

— y es hora de sacarlos del sartén. — intervino Ryan.

***

Los tres comíamos y hablábamos, reíamos e intervenimos. Después de comer, Taylor se encerró en su habitación mientras que yo agarré una lata de pintura blanca.

— Agarra eso. — le dije a Ryan señalando las brochas.

Él obedeció y fuimos a mi cuarto.

— ¿Que vamos a hacer? — Me preguntó Ryan.

— Pintar las paredes, me aburrí del rosa.

— ¿Por qué? A mí me encanta el rosa. — Dijo Ryan imitando a un gay.

Reí. Ambos empezamos a retirar las cosas que estaban pegadas a la pared y empezamos a pintar toda la pared de blanco, mientras pintábamos puse la canción "Try" de P!nk. Estuvimos pintando por media hora hasta que Ryan pasó su brocha llena de pintura por mi espalda. Pegué un grito mientras que Ryan estaba riendo a carcajadas.

— ¿Crees que es gracioso? — Le dije bajando de las escaleras.

— Sí.

Lo asesiné con la mirada mientras seguía riendo, llene mi brocha con más pintura y lo manche desde el estómago hasta la barbilla, ahora yo reía mientras que él frunció el ceño.

— Buena jugada, Simpson.

Ahora teníamos una guerra de pintura, ambos reíamos a carcajadas. La diversión acabó cuando Taylor entró a mi habitación y vio un gran desastre de pintura blanca por todos lados.

— ¿Qué demonios está pasando? — Dijo Taylor tratando de no reír.

— Estábamos pintando. — Dije entre risas.

— Más vale que limpien todo eso. — Dijo Taylor y se fue cerrando la puerta detrás de ella.

— Ya la oíste, — Le dije a Ryan señalándolo con mi brocha. — más vale que limpies este desastre.

Nicotina © [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora