James, Ryan, Cody y yo decidimos ir a una tienda de muebles ya que nuestras pertenencias habían sido vilmente destrozadas por alguien misterioso. Aún no les había dicho a los chicos que, quizás, Vanessa podría haber sido la causante. Me daba pavor el pensar que dirían ellos, o qué pensarían de mí. Decidí dejarlo al beneficio de la duda y al reconstruir todo, quizás, hablaría.
Ryan tomó mi mano mientras caminábamos por la zona de los muebles, mientras que James y Cody registraban la zona de los refrigeradores. Mientras Ryan y yo le echábamos un vistazo a un mueble grande de cuero negro, James gritó a toda honra.
— ¿Por qué no compramos un sofá reclinable? —Gritó él y al principio me dio vergüenza de que todos los vendedores se fijaran en nosotros—. Ya sabes, para no tener que asegurarnos de marcas de semen en uno gigante.
—No me hagas una asesina. —Dije y sentía como mis mejillas se ruborizaban.
James rió entre dientes. Satisfecho de lograr lo que planeaba. Ruborizarme frente a una tienda de muebles.
—Este me gusta —dijo Ryan interponiéndose entre mis pensamientos—, es grande y se ve cómodo.
Señaló el mueble que veíamos hacía unos segundos y opinaba lo mismo. Sonreí y asentí.
—A mí también me gusta.
— ¿Puedo ayudarles? —Preguntó una voz femenina.
Ambos dimos media vuelta. No. Ella no. Todo menos ella. Anastasia se encontraba con una sonrisa en su rostro y su cabello rubio estaba sujetado con una cola y dos mechones sobresalían de la zona luciéndola más linda. Tenía un uniforme del lugar. Genial, trabaja aquí. Deseaba que esa camisa fuera ancha pero incluso le sentaba mejor y le hacía ver más delgada.
— ¿Sia? —Preguntó Ryan con una sonrisa. No, no otra vez con sus pronombres.
—RyRy. —Exclamó ella y abrazó efusivamente a mi novio.
Un minuto soy un completo encanto, al minuto siguiente soy un absoluto gusano.
— ¿Te acuerdas de Marena? —Dijo Ryan cuando fueron separados.
— Claro —dijo Anastasia y extendió su mano—, tu amiga ¿No?
—Soy su novia. —Dije de forma indecorosa y acentuando bien la palabra “novia”.
—Cierto —dijo ella y estrechamos ambas manos, dirigió su mirada a Ryan—. ¿Y que buscaban?
—Queríamos llevarnos este sofá. —Dijo Ryan señalando el sofá enfrente de nosotros.
— ¿Estás seguro? —Dijo Anastasia con una mueca de disgusto—. Ese sofá es muy costoso, pero hay un sofá blanco de cuero de igual tamaño y más económico.
— ¿En serio? —Preguntó Ryan interesado.
Anastasia asintió con una sonrisa enseñando sus dientes perfectos. Tomó el brazo de Ryan guiándole dejándome a mí atrás. Quería borrar cada pensamiento que me corroe cada día de cada semana, pero con ella a mi lado me hacía brotar cada sentimiento negativo.
No soportaba estar detrás de ambos y verlos sonreír olvidando mi existencia. Anochecí sólo para brillar. Y Ryan ni se inmutaba a voltear a verme. Crucé mis brazos deseando que Nathalia estuviera a mi lado. Si no soy la número uno, prefiero estar sola.
Giré mi cabeza y observé como James yacía en uno de los sofás de cuero castaño luciendo muy monótono. Me acerqué a él alejándome de Ryan y Anastasia.
—Hola, James. —Dije al estar frente a él.
—No hablo, duermo. —Dijo James con los ojos cerrados y sabía que no lograría tener temas de conversación cuando se ponía de esa manera.
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Nicotina © [Sin editar]
RomanceMarena Simpson cuenta la historia de su vida antes de ser sentenciada a ir a un centro de rehabilitación. Su vida es muy diferente a la que ella creía que iba a ser. Es una huérfana de dieciséis años, vive con su hermana gemela Taylor y gracias a un...