I'm In Love

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 Ryan abrió la puerta y entró antes que yo. Encendió las luces y la habitación se iluminó por completo. El lugar era gigantesco. A los costados se encontraban estanterías de madera, se encontraban varios libros de cuero incitándome a ser leídos. Al final de la habitación se encontraba un escritorio de tablón y encima se posaba una computadora con el dibujo de una manzana media mordida. La silla se encontraba debajo de esta.

Detrás del escritorio se encontraba una ventana de grandes vidrios limpios donde se podía visualizar el polvo danzando de un lugar a otro. Olía como a mi abuelo. A avena y a café.

— ¿Esta es la oficina de Daniel? —Le pregunté a Ryan aunque me sorprendía un poco que tuviera una colección de libros.

—Sí —dijo Ryan y se acercó a mí tomando mi mano—. Aquí es donde guardaba la marihuana. A que no sabes donde se encuentra.

—Adivino —dije observando la librería—, detrás de los libros.

—Se me olvida que eres Marena, la gran sabelotodo. —Dijo Ryan y ambos nos dirigimos a la silla rodante debajo del escritorio.

—Cállate. —Dije entre risas.

Me senté en la silla de ruedas y comencé a teclear buscando universidades. Ryan no duró mucho de pie, así que fue a tomar una silla de la cocina y se sentó a mi lado. Buscábamos por casi 2 horas buenas universidades pero ninguna daba lo que yo quería estudiar, o era muy grande para alguien de un promedio como el mío, o era muy pequeño.

Sentía que estaba sentada una eternidad para solo buscar una universidad. Decidí expandirme hasta que logré encontrar una pero quedaba en Nueva York, muy lejos. Quería algo para estar cerca de Ryan, no me quería alejar de él. Lo amaba demasiado como para dejarlo de esa manera. Seguí buscando hasta que encontré una perfecta, quedaba en Idaho. Sólo cuatro horas de Oregon.

— ¡Lo encontré! —Grité.

Ryan pegó un salto, parecía desorientado.

— ¡Estoy despierto! —sobresaltó Ryan dándome a entender lo contrario.

— ¿Y qué te dije? —Dije enarcando una ceja.

Ryan observaba por todos lados tratando de buscar una pista. Era obvio que estaba dormido y no estaba haciendo caso omiso de lo que le estaba diciendo. Puse los ojos en blanco.

— ¡Encontré la universidad! —dije no dándole importancia a lo anterior—. Queda en Idaho, sólo pocas horas de aquí.

—Creí que querías ir a Nueva York —dijo Ryan frunciendo el ceño—, ¿Ese no era tu sueño?

—Lo era, pero ahora mi sueño eres tú.

—Di la verdad, Marena. —Dijo Ryan entornando los ojos.

—Está bien —dije entre risas—. Pienso que no seré lo suficientemente buena para una universidad como esa.

Abrí la pestaña en la que se encontraba la imagen del inmenso castillo llamado universidad. Era muy gigante y perfecto, su campus era verde y bien cuidado. Era obvio que nunca entraría en una universidad como esa, ni en un millón de años.

—Sólo mírala —dije extendiendo ambos brazos enfrente del monitor—, admiten a chicos cerebritos, y yo soy lo contrario a eso.

—Vamos, no te menosprecies —dijo Ryan y tomó mi barbilla con sus dedos—. Si James lo hizo, tú también. Ahora míralo…

—Vive con su mejor amigo porque está desahuciado y desempleado.

—…y está graduado.

—Aprecio mucho lo que intentas hacer pero merezco una universidad en Idaho.

Nicotina © [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora