POV Marena
Era temprano por la mañana, la radio tocaba canciones de vallenato, cosa que no me gustaba. Estábamos montados en el auto de Ryan. Ryan conducía mientras que yo estaba de copiloto.
Eran las cinco de la mañana y el cielo estaba de color naranja, algo tan hermoso que me dejaba boquiabierta. Los pocos carros que había avanzaban lentamente. Era tan extraño ver la autopista principal sin tráfico.
— A ver — Dijo Ryan mientras conducía. Tenía los ojos cansados por haber trasnochado. —, está bien que te lleve a ti a la casa de Nathalia ¿Pero por qué tiene que ir James?
— Porque le pregunté y dijo que si podía ir. — Respondió James desde el asiento trasero.
— Bien — Respondió Ryan. —, ¿Y por qué tiene que venir Vanessa?
— Porque ella es mi amiga — Dijo Vanessa en el asiento del medio trasero. —, además, como novia de James puedo acompañarlo.
— Correcto — Respondió Ryan. —, ¿Y por qué tiene que venir Cody?
— Por ser primo de Vanessa — Dijo Cody sentado en el lado de la ventana con un porro en la mano encendido. —, mi derecho es cuidarla.
— Bien. — Dijo Ryan satisfecho por la respuesta.
— ¿Marena, quieres? — Preguntó Cody entregándome el porro.
Lo agarré con recelo con mis dos dedos, lo observé detalladamente como si fuera una obra de arte que no entendía. Era lo mismo a un cigarrillo ¿No? Nunca había fumado un porro en mi vida, pero por lo que había entendido te relajaba e cerebro. Decidí enviarlo todo a la mierda y ponérmelo entre mis labios.
Succioné aire como lo haría con un cigarrillo corriente, y dulce gloria de Dios. Al exhalar estaba totalmente relajada, era como si mis sentidos se durmieran completamente. La autopista se había hecho más larga de lo que estaba. El sentimiento me era conocido, lo mismo había pasado con el brownie.
Todos los espectadores del asiento trasero empezaron a silbar y a aplaudir por la obra que había hecho. Todos, menos Ryan.
— ¿Estas bien? — Dijo Ryan riendo mirándome de reojo.
— Tienes la sonrisa que quiero que tengan mis hijos. — Dije con la mirada perdida.
Ryan rió, mientras que los de atrás empezaron a gritar cosas como: “Búsquense un cuarto” o “Follense de una buena vez”.
— ¿Quieres? — Le dije a Ryan y le tendí el porro.
— ¡No! — Exclamaron Cody y James alarmados.
James me arrebató la marihuana y empezó a fumarla. Ryan rodó los ojos.
— ¿Por qué no?
— Las reglas de conducir dice que no puede conducir y beber o fumar al mismo tiempo. — Dijo Cody.
— Creí que a ustedes no les importaba eso.
— No nos importaba, hasta que supimos que “alguien” se estrelló con un árbol.
— No sé de donde salió ese árbol — Dijo Ryan. —, apareció de la nada.
— Sí — Dijo James. —, como el dragón que se convirtió en un edificio.
— Me engañó, ese hijo de puta.
Reí. Todo el trayecto fue algo parecido a eso, todos reíamos y contabas cosas sin darle importancia a la emisora. El trayecto a San Francisco iba a ser largo, y más si era en auto. De Oregon a San Francisco se tomarían ocho horas.
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Nicotina © [Sin editar]
RomanceMarena Simpson cuenta la historia de su vida antes de ser sentenciada a ir a un centro de rehabilitación. Su vida es muy diferente a la que ella creía que iba a ser. Es una huérfana de dieciséis años, vive con su hermana gemela Taylor y gracias a un...