POV Marena
— ¿Así que intentas dejar el alcohol? — Dije con un cigarrillo entre mis dedos.
Cody y Ryan me habían llamado en la mañana para pedirme ayuda acerca el alcohol. Decidimos encontrarnos en una cafetería. Nos sentamos en las mesas de afuera para que los tres pudiéramos fumar tranquilamente.
— Intento pero es difícil — Dijo Cody apartando su cigarrillo de sus labios. —. Vivo en un bucle infinito de resacas por beber cerveza y de beber cerveza para quitar la resaca.
— Houston, tenemos un idiota. — Dijo Ryan fingiendo tener un walkie talkie en su mano.
Cody rodó los ojos mientras que yo reí entre dientes.
— La única forma de dejarlo es ir a Alcohólicos Anónimos. — Dije.
— ¿Hablas de ese lugar donde todos se reúnen para hablar acerca de lo mal que les trajo el alcohol? — Dijo Cody.
— Exactamente. — Dije y puse mi cigarrillo en mis labios.
— No, gracias — Dijo Cody y mientras hablaba el humo salía de su boca. —, para eso prefiero ir a casa de mis padres donde me dirán prácticamente lo mismo.
— Vamos, Cody. — No me iba a rendir tan fácilmente.
— ¿Hay cerveza?
— No. — Dije con incredulidad, como si fuera obvio.
— Mi no funcionar sin cerveza.
— ¿Qué prefieres? ¿Vivir una vida gloriosa con una sonrisa o una cerveza?
— ¿Qué tipo de cerveza?
— ¡Cody! ¿Quieres dejarla o no?
— Claro que sí, pero es difícil.
— Mejor vamos a los videojuegos. — Dije apagando mi cigarrillo con el cenicero d enfrente.
— ¿En serio? — Dijeron los dos.
— Sip. — Mentí.
***
Los tres tomamos un bus que iba al centro comercial. Al entrar fuimos a Alcohólicos Anónimos y la sonrisa de Cody desapareció.
— Estos no son los videojuegos. — Dijo Cody frunciendo el ceño viendo el letrero.
Le di una palmada en la espalda.
— ¿Quieres hacerlo o no? — Le dije.
Cody respiró hondo y entro al centro de Alcohólicos Anónimos. Ahora solo quedábamos Ryan y yo, solos. No lo había planeado del todo bien, ahora estaba nerviosa.
— ¿Y qué quieres hacer? — Me preguntó él.
— ¿Jugar a los videojuegos? — Dije arqueando una ceja.
— Bien. — Dijo él con una sonrisa.
POV Cody
Había un grupo de gente formando un semicírculo con sus sillas. Todos lucían locos o sucios, me sentía tan mal, sentía que era igual de loco y sucio. Me senté en una silla en medio de unas chicas. Estaba en mitad de una conversación, una chica estaba rezando y el jefe de esto la vio.
— Disculpe, señorita — Dijo él y ella dejó de rezar. —, ¿Qué está haciendo?
— Le rezo a Dios.
— ¿Y este Dios está en este cuarto? — Dijo él como si estuviera loca.
— Oh sí, está en todas partes. — Dijo ella con una sonrisa.
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Nicotina © [Sin editar]
RomanceMarena Simpson cuenta la historia de su vida antes de ser sentenciada a ir a un centro de rehabilitación. Su vida es muy diferente a la que ella creía que iba a ser. Es una huérfana de dieciséis años, vive con su hermana gemela Taylor y gracias a un...