—Ya llegué —dijo la voz de Eli antes de aparecer en el salón donde Joey me estaba contando anécdotas de él graciosas que habían logrado hacerme reír hasta el borde de las lágrimas varias veces—. Vaya, parece que os lo estáis pasando de maravilla.
Joey se levantó de su sitio en el sofá con una sonrisa y le cambió la sonrisa por completo a otra diferente cuando sus ojos se encontraron con la figura de Eli. Ella le sonrió como respuesta, pero de un modo diferente, no había las mismas intenciones, al menos eso era lo que yo creía. Me pregunté si a Joey le gustaba Eli y no me extrañaría, despertaba pasiones por donde quiera que pisase.
—Tenemos plan para esta noche. Así que preparaos para ir a cenar algo los tres juntos, ¿vale? —propuso antes de encogerse de hombros como si fuese lo más normal del mundo que ahora incluyese a Joey también.
—Parece que vas a poder ver mis dotes de baile al final —bromeó mi compañero logrando que sonriese al recordar ese momento tan embarazoso.
—¿Ah sí? ¿Tienes dotes de baile? —preguntó Eli con las cejas levantadas—. Eso tengo que verlo.
Joey se sonrojó un poco y confirmó mis sospechas. Le gustaba Eli, estaba claro. Seguramente por eso había preguntado si ella era mi ex. Sin embargo, recordaba que me había dicho que había acudido a la ciudad loco por alguien, así que debía imaginar que esa chica no le había dado más esperanzas o que se había terminado todo. Eso me hizo darme cuenta hasta qué punto era fuerte porque pese a que seguro que había ocurrido todo después de mi ruptura con Sue, no había tenido problema en venir para animarme.
—No quiero...
—Sin excusas —espetó Eli señalándome con uno de sus dedos—. Vas a venir. No me importa si te tengo que llevar de una oreja. Irás.
Suspiré antes de pasar una mano por mi cara desviando mi mirada hacia la ventana. No tardé demasiado tiempo en sentir el peso de mi mejor amiga en el sofá, a mi lado mientras se apoyaba en mi hombro. Con su nariz acarició mi mejilla y logró que sonriese ligeramente. Giré mi cabeza para mirarla y ella no se separó ni un segundo acostumbrados los dos a estar siempre con ese tipo de confianzas.
—Porfa... ¿si?
Contemplé sus ojos durante unos segundos y el roce de su aliento en mi piel revolvió algo en mi interior que no fui capaz de entender, quizá porque llevaba mucho tiempo sin estar tan cerca de ella y había extrañado cada segundo. Rocé su mejilla con mis dedos y recordando que no estábamos solos, deposité un beso en su nariz.
—Claro.
Horas más tarde, el timbre sonó y fue Joey quien apareció al otro lado de la puerta. Su sonrisa logró que otra igual apareciese en los rostros de ambos. Era un posible amigo encantador, así que no tenía porqué no sonreírle, me agradaba saber que nos acompañaría esta noche porque quizá con sus bromas me fuese más sencillo levantar el ánimo. Eli corrió hacia mí después de abrir y me terminó de colocar bien la corbata.
—¿Ya estáis? —preguntó Joey apoyado en la pared con las manos en los bolsillos y manteniendo su mirada puesta en Eli que tenía uno de esos vestidos que tanto escandalizaban a Sue. Era rojo, ajustado y con un escote en la espalda considerable. Sus ojos parecían estar desnudándola con la mirada y eso no terminó de hacerme mucha gracia—. Estáis guapísimos.
Eli se rio por su comentario.
—Parecemos los novios de la tarta, aunque mi pareja recortadito tamaño bolsillo —bromeó como siempre con mi estatura antes de besar mi frente.
—Me trata como un niño, ¿has visto?
Joey fue quien se rio en esta ocasión.
—Ya veo, ya, colega.
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The good boy
RomantikEn todas las historias hay un chico bueno. Jeff tiene ese papel en su propia historia. Enamorado de toda la vida de la chica de enfrente, Sue, jamás ha podido pronunciar una sola palabra ni ha podido saludarla. Necesitaría un milagro que ni la impar...