Capítulo 13

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Un mes después, Eli se había marchado de su casa. La sonrisa que me dedicó fue de felicidad, pero sus ojos no demostraban lo mismo. Así que, supe que por alguna razón se había visto obligada a cambiarse de casa. Nos prometió a Sue y a mí invitarnos cuando estuviese instalada, pero esa invitación no llegó jamás, ni sus llamadas ni tampoco nada que tuviese que ver con ella. Pareció desaparecer.

—¿Sabes algo de Eli? —pregunté un día a Joey en el trabajo.

Él se limpió las manos con un paño.

—No debería decirte esto, pero sí. Claro que sé sobre ella. Nos seguimos viendo de vez en cuando, salimos por ahí y eso...

—¿Y por qué no deberías decírmelo?

—Porque ella no quiere que lo sepas —explicó con cara de circunstancias apoyándose en el capó de un coche—. Verás, el día de la cena ella había hablado con Sue.

—Eso lo sé.

—¿Y te contó tu novia el trato al que llegó Eli? —preguntó enarcando una de sus cejas—. Porque imagino que lo habrá escondido de tu conocimiento.

—¿Qué trato?

—Te lo diré, pero tienes que prometerme que no le dirás nada a tu novia ni a Eli. Yo no podía decirte nada.

—Pero... —me quejé.

—Promételo o nada —repuso con una expresión de enfado que podría hacer que cualquiera tuviese pocas ganas de llevarle la contraria. Asentí—. Eli le prometió a Sue que desaparecería de tu vida tan solo para que ella no tuviese alguno de sus estúpidos ataques de celos y así no volver a arruinar tu relación.

Abrí mi boca por la sorpresa y me llevé las manos a la cabeza siendo consciente de la situación real. Eli había renunciado a todo por mí tan solo para que pudiese tener una vida feliz con la mujer de mi vida. Pero, ¿cómo no le iba a preguntar a Sue si ella había tenido algo que ver?

—Todo salió de Eli, no fue cosa de tu chica. Pero... en fin, a mí me parece igual una mierda, ¿no?

—¿Ella está bien?

—Se recupera —explicó antes de centrar su atención en sus dedos llenos de grasa—. Se pasó dos semanas llorando a cada rato. Luego volvió a ser un poco más ella misma. Ahora consigo que salga a tomar algo de vez en cuando.

—¿Dónde...?

—Mira, Sparky. A mí esto no me hace gracia, ¿sabes? Pero es un no. No puedo decirte ni dónde vive ni dónde está ni nada... Ella me lo hizo prometer. No voy a incumplir más la promesa porque ya te he dicho más de lo que debería, pero créeme, nadie haría algo así por nadie más —aseguró soltando un profundo suspiro—. Eli te quiere más de lo que cualquier persona se merece y se ha sacrificado por completo tan solo por ti, por tu felicidad y por la de una mujer que solo la ha tratado a patadas. Así que aprovéchalo, ¿vale?

Un nuevo cliente apareció y Joey se puso a atenderle dispuesto a lograr el cupo de coches arreglados para ese día. Sin embargo, yo estaba en shock. Lo único que podía pensar era en esa frase. Me había dicho que Eli había decidido marcharse de mi vida y cómo podía culparla cuando yo mismo la había borrado prácticamente cuando había empezado a salir con Sue tiempo atrás.

Intenté concentrarme en el trabajo, pero lo único en lo que podía pensar era en Eli. Quería saber más de ella, quería descubrir qué podía pasar por su cabeza, sin embargo, eso solo podía ser ella quien me lo contase. La llamé, pero lo único que recibí fue el recordatorio de la señorita de la empresa telefónica que me indicaba que el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura y era la única respuesta que estaba recibiendo desde hacía un mes.

The good boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora