En la mañana Inés estuvo muy tranquila, casi no hablo y eso hizo preocupar de alguna manera a 11A224, estaba acostumbrada a que Inés hablará mucho pero hoy ella sólo tenía la cabeza baja, no sabía que hacer para que ella estuviera más animada.
Hoy tendrían que ir al pueblo junto con Teresa, Teresa iba a aprovechar para ir a ver a su madre por lo que las estuvo esperando fuera.
11A224 miro la tela que le habían dado, le dijeron que tenía que ir en su cabeza para cubrir su cabello, para 11A224 era extraño ponerse algo como eso pero aún así con la ayuda de Inés se lo logró poner.
Durante el camino Teresa iba al frente con la cabeza en alto, ignoraba a Inés, por otro lado Inés era lo contrario ella iba hasta atrás y con la cabeza baja, ignoraba a Teresa de diferente manera, 11A224 se acercó a Inés y la tomo de la mano. Había mucha vegetación y el cielo estaba nublado, en verdad parecía que más tarde iba a llover por lo que tenían que ir rápido.
-Bayas?
-Inés no te preocupes, todo estará bien.
Inés intento sonreír pero volvió a su casa triste, apretó la mano de 11A224 mientras se intentaba contener las lágrimas, pensaba en algo como: “pronto todo esto para mi va a acabar…”.
-Vamos rápido o el mercado se va a llenar de personas! – Teresa fingía no verlas, pero sentía como que había venido con María e Isabel, lo dejaría pasar.
Al llegar al pueblo Inés no mostraba mucho su rostro ya que sabía que clase de personas había ahí, Teresa y 11A224 estuvieron caminando por casi todo el lugar haciendo las compras mientras que Inés cargaba todo. Mientras compraban algo para almorzar se dieron la vuelta para buscar a Inés pero ella ya no estaba…
-Inés? - 11A224 pregunto preocupada pero nadie respondió. – Inés?!
En su lugar había muchas personas hablando pero lo que principalmente se escuchaba era algo como:
-Hoy hay muchos políticos por aquí no?
- Si, estos días se les ve mucho por aquí, será por la iglesia?
-O podrá ser que pronto esta será una de las ciudades más importantes del país?
- Seguro es por la guerra que se vienen a refugiar a un lugar bendecido por dios.
Mientras tanto la joven de ojos rojos se había subido a una carreta llena de costales que soltaban un olor desagradable, miraba como se alejaba del pueblo y como iba en la dirección contraria de la iglesia.
-Inés, a pesar de que sido tu idea: por qué pareces tan asustada?
- No se si voy a salvar a esos hombres o si sólo me voy a condenar a mi misma…
Inés disfrutaba del paisaje ya que era un lugar verde y con mucha lluvia lo que causaba una hermosa imágen, a lo lejos veía esa gran iglesia, el lugar que la tomo como si fuera su hogar desde que era muy niña, el único lugar que ella podía decir que conocía como la palma de su mano, pero pronto eso iba a cambiar.
Recordó ese acontecimiento de hace doscientos años, el que hizo que su hogar se volviera conocido, se sentía como ese grupo de rebeldes creyentes del mal, tal vez ellos hicieron ese destrozo por la misma razón pero todo este tiempo los hicieron ver a ellos como los malos.
Mientras tanto 11A224 estaba buscando a Inés por todas partes, Teresa parecía no tener interés y llamo exagerada a 11A224.
-Bayas ella vendrá cuando sea la hora de ir de nuevo a la iglesia, deja de buscarla, tenemos que cumplir con la lista que nos dieron.
11A224 miro a Teresa, acercó mucho su rostro al de la otra y la vio de manera intensa a los ojos.
-Tenemos que encontrarla, nada malo le puede pasar.
-Eh?, por qué te preocupas tanto por una loca?, Bayas no será que tu y ella…- Teresa al ver que 11A224 no se alejaba sonrió de manera burlona. – No puede ser, encima las dos están enfermas…
11A224 estaba por levantar su mano y darle una bofetada pero en eso alguien llamo a la joven morena.
-Teresa!, hija mía! – una mujer bajita se acercó muy alegre a las dos jóvenes. – Viniste al pueblo!, hay muchas cosas por mostrarte, también trae a tu amiguita.
La mujer sonreía y tomo de la mano a Teresa, ella sólo rodó los ojos e intento zafarse pero la señora apretó más.
-Tere, dije que vamos a ir las tres no me hagas tu escándalo, vamos.
Por otro lado Inés ya se había reunido con la mayor parte de las jóvenes a las que les envío una carta, en años pasados a cada una la ayudó a escapar con la ayuda de una hermana religiosa de un convento alejado y el obispo Juan ya que mientras ella las sacaba los otros les daban ubicaciones para que se fueran a vivir temporalmente para que no las buscarán.
Todas ellas iban con la misma túnica oscura menos Inés, ya que era una reunión secreta debían de hacer el menor ruido posible, ya que es una biblioteca alejada de todo no es como si necesitará mucha seguridad ya que…muchas personas del pueblo no saben leer y sólo los que son parte de la iglesia saben de ese lugar.
La biblioteca era de dos pisos, por fuera era de piedra pero por dentro casi todo era de madera, estaba algo descuidado el lugar sin contar que de todas las ventanas que había sólo la que estaba en el segundo piso la más grande se podía abrir.
Inés junto con las otras jóvenes entraron y metieron todo lo que iban a necesitar, Inés subió poco a poco las escaleras para ver si la puerta del salón donde estaban haciendo la reunión estaba cerrada, si lo estaba pero aún se podía escuchar sus risas.
La mayor parte de esa biblioteca por dentro era de madera como Inés lo recordaba, eso iba a facilitar mucho, pusieron las rajas que habían conseguido con el excremento de vaca por casi todo el lugar, Inés las había apartado ya que estaban secas y comenzaron a esparcir todo lo que habían llevado que pudiera provocar fuego.
Inés planeaba quemar todo hasta el suelo, de esta manera sus pecados también se iban a destruir ante esas llamas.
Cuando creyeron que todo estaba listo todas salieron e Inés lanzó el primer cerillo, después el resto la siguió y aunque al principio parecía no haber funcionado poco a poco las flamas comenzaron a aumentar.
Una de las jóvenes había llevado ocote era para que su olor no fuera desagradable y no alertar a las personas que estaban en el piso de arriba. Era como un pedazo de madera que se sacaba del pino y su olor era bueno así como también se prendía rápido con el fuego.
Inés miraba como poco a poco ese fuego tomaba forma, parecía un hombre con una sonrisa malvada que destruía todo lo que tocaba, pronto empezó a haber humo y se tuvieron que alejar.
Inés apretaba su puño mientras veía como todo lo que ella había pensado se volvía realidad, quería llorar por la culpa que sentía, no quería sentirse como alguna clase de ser superior que decide que está bien y que está mal pero ahí estaba ella frente a ese lugar, quemando los pecados de esos seres.
-Inés no sólo tu vas a cargar con este pecado hasta el día de tu muerte, nosotras también, pero no me arrepiento, que se quemen. – una de sus compañeras le intento dar ánimos y pronto muchas otras se unieron.
- Si por esto me iré al infierno lo volvería a hacer.
- Es lo mejor para todos.
A Inés le dieron una túnica oscura para que se viera igual que el resto y le acercaron uno de los libros santos.
No tardo mucho para cuando se empezó a oír los gritos de los que estaban dentro, era algo horrible de escuchar, Inés quería cubrirse los oídos para no escuchar tal dolor pero entonces recordó esos rostros…las jóvenes que veía en el pasillo misterioso las que estaban se estaban desangrado y que nadie ayudaba, las jóvenes como Isabel que se encontraba camino al calabozo, como estaban llorando, las que iban en la noche a pedirle ayuda para escapar de ese lugar y por último recordó a esa niña junto con su padre…ellos huyeron a las Lomas del norte donde la guerra iba a comenzar, no quería saber que ellos habían muerto y que ella pudo evitarlo.
Abrió el libro y empezó a leer en voz baja, para los que intentaban escapar por la ventana del segundo piso se encontraban con el lago profundo, uno aún así salto al agua esperando que podría salir nadando pero ya había un pequeño grupo de jóvenes encargadas de eso, le lanzaron piedras para que no asomara su cabeza o se cansara y muriera ahogado.
Las llamas se volvieron cada vez más grandes, Inés no apartaba la vista de su libro, todas estaban alrededor de esa biblioteca leyendo en voz baja, si no fuera que no había nadie cerca por qué si las vieran pensarían que en verdad eran parte de un grupo de rebeldes creyentes del mal.
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Random11A224 es una chica que se ve obligada a viajar a distintas dimensiónes y descubrir misterios.