Camino

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El último día que pase en ese armario puedo decir que fue el mejor aunque igual tuve mucho miedo y pena.
No sabía que hora era pero estaba dormida cuando escuché que alguien llegó al pequeño cuarto tras de la carnicería, quería en verdad dormir pero se escuchó la voz de la siguiente víctima.

-Seguro qué mi mamá lo mando a que me recogiera?

Sentí como toda mi sangre bajo de repente, me llene de asco en verdad al escuchar esa pequeña voz de una niña, la mire por entre el espacio y lo confirme, una niña que no pasaba de sus primeros años de escuela, se veía tan pequeña e inocente mientras agarraba con fuerza su mochila y miraba el lugar.
Piel morena, cabello oscuro agarrado en dos lindas trenzas, ojos pequeños pero sin duda una linda sonrisa.
Mire al viejo que la invito a sentarse a un lado de el en la cama, me daba en verdad mucho asco ese señor, cada vez parecían ser menores que las otras.

Aleje mi vista de ahí, si no lo veo no me pasará nada malo, si me quedo callada como hasta ahora nadie me va a notar y estaré bien por más tiempo, en mi cabeza fingía no escuchar nada mientras trataba de recordar esa canción que me enseñó mi hermana mayor cuando yo era pequeña.
Pero todo se fue a la basura cuando la niña empezó a quejarse.
Sin aguantar más abrí el armario, el hombre se detuviero y me miro al igual que la niña que tenia los ojos llorosos.

-Quién rayos eres tu? – el hombre estaba muy confundido y se alejó de la niña.

Yo sin saber que responder salí corriendo de ahí, podía escuchar como el hombre me empezó a seguir y me gritaba.

-Vuelve intrusa!!!

Muy asustada evitaba chocar contra las personas pero no quería que me alcanzará, mientras corría pude notar en algunos postes unos rostros conocidos…buscaban a las jóvenes que yo había visto hace poco, en verdad eso me hacia sentir muy mal.
Lo único que me alegro es que a lo lejos pude ver a lo que parecía ser un policía junto con una mujer preocupada, aún poniendo mi último esfuerzo me acerqué y lo tome del brazo.

-Ahí…lobo come caperucitas…- apunte al viejo pervertido y el policía sólo me miro.

-Estás bien?

-Ayuda tiene a una niña pequeña.

- Podría ser mi hija! – la mujer parecía estar llorando, yo por otro lado me sentía como apunto de vomitar por correr tanto.

El hombre se fue corriendo pero el policía fue tras de el al igual que la mujer, por otro lado otro policía se me acerco para pedirme datos.

Fue de alguna manera en la que todo terminó, la mujer si encontró a su hija, yo por otro lado aunque no quería quedarme más dije lo que sabía sobre las otras jóvenes, al parecer me querían arrestar por no haber hablando antes por los cuerpos de las otras tres chicas y ahí recordé que podía irme en cualquier momento de esa dimensión.
No supe más del tema pero tampoco quería.


Ahora estaba caminando junto al viejo en parte me siento mal aún por las jóvenes pero me alegro haber podido huir de ahí antes de que algo peor me pasará.
Al viejo le dije que me tenía que ir hoy por lo que el insistió que me quería dar un regalo ya que lo ayude a conseguir las piedras en las montañas rocosas, aunque dije que no era necesario el en verdad quería por lo que termine aceptando.

-A todo esto cómo era tu hermana? – el me miro y yo a el.

Estaba algo sorprendida con su pregunta pero al fin dice algo a lo cual puedo responder!

-Bueno mi hermana era buena en todo lo que hacía, siempre que fallaba en algo lo intentaba de nuevo hasta que saliera bien, siempre sabía cómo animar el ambiente y hacer sentir mejor a los otros, tenía muchas amigas y una sonrisa que alegraba a cualquiera, sin contar que siempre fue muy inteligente y trabajadora, en verdad una persona digna de admirar! – estaba muy feliz al hablar de ella ya que para mi ella no tenía ningún defecto.

-Y cómo crees que eres tu?

-Eh…Bueno no me parezco en nada a ella más que en el físico, en verdad éramos polos opuestos.

- Pero es un poco raro…

- No lo es, mi hermana siempre fue una persona que lograba todo lo que se proponía.

El viejo sólo se quedó callado, se que me pude ver mal pero es mi hermana y no quiero que nadie hable mal de ella, ella pasó por mucho cuando éramos pequeñas y hace años cuando se unió a todo esto de ser viajera, seguro ella ha visto cosas mucho peores.
Mientras caminábamos vi una tienda que llamo mi atención, al entrar ya había una joven con un gran maquillaje extravagante de color oscuro.
El viejo hablo con ella para que me ayudará a conseguir algo lindo y la joven tuvo que salir de su escritorio.

-Le puedo recomendar algunas cosas, vengan.

La joven me ayudó a conseguir varias prendas que me gustaron, cuando fui a probarlas me sorprendí de lo linda que me veía, normalmente no uso colores oscuros ya que no es mucho mi estilo pero el color negro con azul se ven muy bien en mi, llevaba una sudadera grande de los mismos colores y en verdad me gustaba, en lo que me miraba al espejo me decidí por hacerme dos coletas altas y salí de los bastidores muy feliz.
Sentía mis mejillas rojas de la emoción por probar algo nuevo aunque en parte creí que la joven y el viejo se iban a reír de mi por los colores que estaba usando pero la joven me ponía los pulgares arriba y el viejo me sonreía.

-Si se me ve bien? – tomaba y apretaba las mangas de la sudadera un poco nerviosa esperando su opinión.

- Me gusta como se ve, si te gusta podemos comprar ese.

Asentí con fuerza al oír al viejo, entre de nuevo a verme a los espejos, estaba tan feliz, sentía que usar el color tan vibrante como el azul me haría ver mal por lo que siempre trate de usar tonos más neutros o blancos pero ahora en verdad me sentía muy cómoda con los colores.
Al salir la joven sólo tomo el precio de otra sudadera y le quitó la etiqueta a la mía, por otro lado también me ayudó a conseguir unas botas oscuras con plataforma y un accesorio de cabello, al terminar de ver el estilo completo en verdad podía decir que me gustaba.
El viejo pago por todo y en parte le agradecía ya que parecía ser mucho.

El viejo por un momento se tuvo que ir a comprar algo por lo que estuve sola por unos minutos en eso pasó un gato naranja con blanco me miro y maulló, en verdad el gato no parece ser de calle ya que esta muy limpio, le acerqué un poco mi mano y por suerte se dejó tocar, en verdad parece un gato que se da su lugar.
En eso se escucho un ruido muy fuerte y el gato se fue corriendo, al parecer una joven lo seguía y encima tras de esa venía otra chica.

- Pooooool!, ven aquí!

-Espera!, no vayas tan rápido!

Yo quería seguir jugando con el gato pero al parecer el estaba ocupado.

El viejo pronto volvió y estuvimos sentados en una banca comiendo helado.

-Por cierto que le pasó a la ranita que traías en tu cabeza?

-Hmmm?, creo que se fue desde ayer cuando llegamos aquí no la vi, creo que el ruido de la ciudad no es lo de ella.

- Bueno aunque llaman a este lugar pueblo creo que si parece más una ciudad, me gusta de alguna manera este lugar, a ti qué tal te parece?

- De alguna manera es mejor que los otros pero aún creo que es muy caótico para mi…

-Entiendo, igual la ciudad y estar con tu familia debe de ser más tranquilo.

En verdad el silencio de mi casa antes me hacia sentir incómoda y sola, pero después de poco a poco ir encontrando otros intereses me sentí cómoda y se podría decir que por un tiempo disfrute de llegar a casa ya que trataba de no recordar a mi hermana hasta que la carta llego.
Cuando salía con mi madre era de las pocas veces que hablábamos pero de ahí en más no salía muy seguido de casa ya que salir me hacia sentir observada.

-Es un poco triste que te tengas que ir, pero fue muy divertido el viaje desde que nos encontramos en ese pueblo. 

- Me gustaría decir que aprendí algo de todo esto pero creo que sería forzarme a decir algo, aunque si me gustaría agradecerle por tenerme a su cuidado por este tiempo y no dejarme abandonada.

-Dejar a una niña como tu así de indefensa en este mundo sería de las cosas que no me podría perdonar, en cambio niña lleva esto también aunque siempre hablé de supervivencia nunca te enseñe nada al menos esto te será útil. – el viejo me paso una navaja que si bien se veía algo vieja aún servía.

-Muchas gracias. – sonreí al tomarla ya que aunque no creo en algún momento poder usarla al menos me haría sentir un poco más protegida.

El viejo a pesar de que lo conozco de apenas hace unos días en verdad parece preocuparse por mi ya que me a dado regalos y todo este tiempo trato de que estuviera bien, lo único malo es que jo se como agradecerle.

Al terminar el helado tuvimos que ir a las afueras del pueblo para yo poder preparar todo para irme.
Al llegar a un lugar seguro en verdad me sentía mal…no quiero irme, quiero mejor quedarme aquí donde al menos me puedo sentir segura sin contar que el viejo necesita quien lo acompañe…no quiero ir.

-Niña tienes que encontrar a tu hermana para que vuelvan a casa, su madre las esta esperando.

El viejo me habló con voz suave, sólo lo pude mirar con los ojos llenos de lágrimas y el me abrazo.

-Ya ya, todo va a salir bien y podrán regresar las dos a salvo.

-Pero y si no?, todo puede salir mal y puede que mi hermana este muerta, qué haré entonces?, no estoy lista para todo esto…

-Estoy seguro de que tu hermana te espera, tranquila que ella sigue bien, aunque sea muy difícil tienes algunas cosas que conseguiste aquí, la navaja y la esfera debes de saber sacarles el mayor provecho confío en que eres una chica lista.

Todo el tiempo estando en un capullo de protección ya sea de mi madre o de mi hermana, si no están ellas siempre tratare de buscar a quien seguir ya que no estoy preparada para saber tomar mi propio camino pero todo eso sólo me han dejado malas experiencias bueno hasta ahora, siento que aunque siempre tropiece y falle con lo mismo nunca voy a aprender y siempre voy a depender de alguien con mayor fuerza que yo tanto física como mental ya que lo único que se hacer es lo que me manden sin pensar mucho en las cosas.
Me siento tan tonta e inútil en este momento, quiero volver a ese capullo donde me siento segura y cómoda aunque sepa que nada va a cambiar si no salgo y que probablemente tenga consecuencias.

-Aunque me gustaría que te quedarás se que este lugar no es apto para ti, aún tienes muchas cosas que aprender y por eso es importante que vuelvas al camino de tu vida.

El viejo como siempre me sonríe yo sólo me pude limpiar las lágrimas.

-Si me vuelves a encontrar puedes traerme algo de tu ciudad?, tal vez te invite otro helado.

Asentí mientras reía y me despedí de el.

-Gracias Destructor!

Dicho eso saque mi moto y ajuste la coordenada, el aún me esperaba le sonreí y después de eso pude viajar a otra dimensión.






Mientras hacía mi viaje recordé que…perdimos tanto tiempo caminando cuando siempre pude haber sacado mi moto.

1487Donde viven las historias. Descúbrelo ahora