Hija

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De alguna forma ya me acostumbré a esto de pasar la mayor parte del tiempo caminando sin nada realmente interesante que decir aunque esta vez llegamos a un pueblo pequeño en el cual había un poco de gente, el viejo pidió instrucciones y yo pasé a ver las diferentes tiendas que estaban cerca.

Todo en este mundo se ve tan abandonado, me pregunto si lo que el viejo conoce como las ciudades tienen más vida que todo este lugar, las personas te miran mal y actúan sospechoso siempre causado desconfianza sin contar que algunas veces muy a lo lejos vemos espíritus horrorosos de los cuales en definitiva es mejor ignorar.

Esta vez en el pueblo vi a dos niñas corriendo mientras se divertían, se veía tan raro que no pude evitar seguirlas con la mirada, este mundo parece tan retorcido que no parece ser apto para los pequeños.

-Vámonos de aquí. – el viejo había terminado de negociar con un hombre en la tienda aunque no se veía feliz.

Apunte hacia lo que parecía ser un puesto de comida, en verdad tengo algo de hambre luego de pasar casi todo el día caminando.

-No quiere pasar a probar?

-No me gusta la comida de la calle, mejor en el camino busquemos que comer, vámonos rápido.

El viejo no parecía estar muy bien, parecía más alerta de lo normal, estaba por seguirlo pero voltee de nuevo al puesto de comida y note que el hombre que atendía le faltaba un dedo y estaba sangrando con ver un poco más me di cuenta de que cocinaba de su propia carne…

Con miedo baje la cabeza y seguí al que creí que era el viejo, en verdad vi eso?, pero por qué alguien vende comida de su propia carne?, el viejo lo noto antes?

Sentí como algo de atrás me jalo y me cubrió de la boca, por lo repentino solo me quedé en shock por un momento y vi lo que había frente de mis ojos, no había estado siguiendo al viejo al parecer era un esqueleto con una mochila de turista, parecía caminar mientras sostenía un mapa en sus manos.

-Niña ten más cuidado. – Esa voz la pude reconocer fácilmente y no pude evitar llorar del alivio, pensé que me pasaría algo malo. – Oye disculpa si te asusté pero me asustaste más cuando me di cuenta de que no estabas tras de mi.

-Pensé que era usted…qué hubiera pasado si me hubiera quedado tras de el?

- Bueno tal vez no te haría daño pero hay otro montón de personas raras por aquí que te miran.

Si lo pienso un poco, el hombre del puesto de comida me miraba de manera directa, el de la tienda también y algunas otras personas que vimos al entrar al pueblo.
Siempre observada, los ojos de todos me siguen de manera intensa, si no estuviera con el viejo qué harían conmigo?

La piel se me puso como de gallina con sólo imaginarlo, algo totalmente desagradable.
El y yo volvimos a la calle principal para irnos de ahí pero en eso…PASO UN PERRO GIGANTE!

-A un lado todo el mundo! – había cuatro chicas montadas en esa cosa, dos de ellas parecían asustadas y otras dos parecían divertirse. – A un lado viejo!

En cuanto escuchamos eso retrocedimos y el gran perro paso frente de nosotros, cómo se puede explicar lo que acabo de ver sin que suene falso?!

-Las jóvenes de ahora se ven tan energéticas!, me alegro por ellas.

Mire al viejo sin creerlo, en verdad le parece normal lo que vio?!

-Quisiera que pudiéramos tener uno igual para llegar al pueblo más rápido. – el viejo se rasco la cabeza y siguió, tiene razón si tuviéramos un perro así sería más fácil pero me da miedo caerme de el y morir. - La chica que iba al frente era linda. – dijo el y de nuevo me sorprendí.

1487Donde viven las historias. Descúbrelo ahora