Es hora de cenar

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La pequeña estaba cocinando como siempre, había entendido las palabras de la otra bruja, toda la carne humana de este mundo.

Pero también sabía que tan engañosa podía ser por lo que un poco más de carne no afectaría.

Comenzó a darle de comer a la bestia, esta había perdido prácticamente la conciencia y sólo pensaba en comida, más y más comida.

Por poco casi le comía el brazo a la pequeña. – Frederic aunque me muerdas no te va a saber bien jaja.

Ya no podía pensar era como un animal siendo domesticado, la niña le dio de comer todo lo que había en la mesa hasta la última miga de pan.

-Iré por el último plato de esta noche…

La niña se dirigió a la cocina y tomo una bandeja grande donde había puesto los dos cuerpos de las chicas.

Por otro lado 11A224 despertaba poco a poco de un sueño, sentía un enorme dolor de cabeza, cuando abrió los ojos se veía todo borroso una vez se aclaró había una enorme luz frente a ella, entonces escucho una voz.

-Espero que te gusten, las cocine especialmente para ti. – era la voz de la niña, cuando volteó la mirada hacia su lado vio el cuerpo de la mujer de nuevo, realmente estaba muerta, era la prometida del hombre!!!, también era la mujer que había visto en su sueño, intento moverse pero no pudo, volteó hacia los otros lados con sus ojos…estos días había cocinado humanos, esta vez había sido cocinada..

La bestia tomo la bandeja y vacío todo sobre su gran boca, tenía unos afilados dientes, 11A224 fue tragada en un instante.

De repente había caído a un extraño líquido que la hizo reaccionar, así que este sería su fin, su primer misión y ya iba a morir, no se alcanzó a despedir de nuevo.
Este había sido un comienzo, un cambio para ella pero también fue un rápido fin.
Cerró los ojos lentamente…

La bestia por otro lado estaba engordando cada vez más a pesar de ya haber comido todos los humanos, la niña lo miraba con una sonrisa.

Se inflaba más, más y más!
De repente un brillo cegó el lugar,  una luz negra salió disparada hacia el cielo oscuro, el viento soplaba más fuerte que antes, la niña salió de la casita con la cuchara en sus manos, la limpiaba con un viejo trapo, parecía de lo más normal ante el paisaje, pero su rostro cambió una vez levantó la mirada y vio a lo lejos una figura humana vestida completamente de blanco.

-…ya veo…una maldición…- volvió a limpiar su cuchara sin prestarle atención a la figura blanca.

Una vez termino la cuchara de madera que lucía vieja tomo figura de una varita.

-Por el poder que me conceden los dioses rompo la maldición de la bruja, liberó a esta persona y le devuelvo sus recuerdos y fortuna!!! – levantó la varita con mirada sería, comenzó a salir de esta una delgada y brillante luz roja, se envolvía alrededor de la luz oscura y lentamente la iba apagando.

La figura de aquella niña había desaparecido, ahora era una hermosa joven con un vestido negro y morado, unas botas largas y de tacón, llevaba un sombrero terminado en punta, de esta estaban colgando tres corazones de cristal.

Una vez la luz oscura desapareció un viento devolvió todo a su lugar y salió la luz, la joven tomo su forma de niña y su vestuario de sirvienta, la figura ya no estaba ahí, tomo su cuchara y la guardo en uno de sus bolsillos.

Volvió a la casita y ahí estaba la bestia, ahora era un hombre mayor, de cabello negro y usaba un traje del mismo color, estaba inconsciente aún. La niña se le acercó y puso la cabeza de este sobre su regazo, luego le peino el cabello.

-Haz vuelto…- sonrió la pequeña.-Te extraño 11A224. – susurró con voz suave.

Sin más abrió la boca del hombre y metió su mano para provocarle el vómito, el pecho del hombre se movía hasta que reaccionó y se levantó, pero su pecho se seguía moviendo, se puso sobre sus rodillas y se apretó el estómago, comenzó a vomitar, primero era líquido transparente, luego comenzó a salir una mano, poco a poco un brazo, una cabeza, el cuello y el otro brazo y finalmente el resto del cuerpo. Era 11A224, el hombre vio el cuerpo de la chica y siguió vomitando.

-Frederic no hagas eso, Bayas va a quedar llena de vómito!

La pequeña se acercó a un estante y sacó otra botellita, una vez lo abrió salió un humo oscuro, puso un poco de líquido en la cuchara y se acercó al hombre, ya había parado de vomitar pero seguía desorientado, la niña le levantó la cabeza y le abrió la boca, le metió la cuchara sin más, el hombre se volvía a sentir mal, se notaba por toda su cara el dolor.

-Esto te sacará todo de tu estómago, quedarás limpio completamente. – antes de que vomitara jalo de los pies a 11A224 para evitar que se llenará más de vómito, el hombre está vez no sólo le salía el vómito por la boca si no también por la nariz.

Era un líquido espeso de color rojo, parecía sangre, salía a chorros sin detenerse la niña miraba todo con mirada fría.

Una vez termino se sentía débil. – Vamos a tu sofá…- lo ayudó a ponerse de pie y lo sentó en el sillón donde siempre pasaba las tardes leyendo.

Con un pañuelo limpio los restos de vómito que había en su ropa.- Donde está…?

-…Te la has comido.- sonrió la pequeña, pero el hombre al oír eso el terror lleno su rostro.

-No…no no, no!, No!, pero que e hecho?! – el hombre comenzó a llorar, los recuerdos habían vuelto de golpe, recordó como comía todos esos cuerpos, como los disfrutaba, aún recordaba a uno de los muchos niños que había comido.

-Tu no has hecho nada malo, yo hice todo. – la niña lo consolaba mientras le acariciaba el cabello, el hombre lloraba sin parar. – Te dejaré un momento, tengo que limpiar todo, piensa en lo sucedido después me podrás culpar.

La pequeña con su cuchara levantó el cuerpo de 11A224 y lo llevo hasta el baño, ahí aún sin tocarla comenzó a bañarla, quitaba todo el mal olor que había en ella.

11A224 poco a poco comenzó a despertar vio a su alrededor esperando que fuera aún el estómago de la bestia o pensando que el recuerdo de antes de morir se iba a repetir hasta que su alma estuviera rota. Pero se sorprendió al ver que en realidad estaba en el baño donde había limpiado tantos cuerpos, vio a la niña que ahora si se atrevía a limpiarla directamente.

-Has despertado, eso es bueno. -sonrió de manera dulce.

- No fui comida?

- Lo fuiste, pero después te vómito.

-…Pero llegue a su estómago…

- No necesitas saber toda la historia de como es que sigues viva, sigues con vida el resto ya no importa.

-..supongo… - la niña siguió bañando a 11A224, esta se sentía agradecida.

Una vez termino la pequeña vistió a 11A224 con una bata para dormir y le cepillo el cabello.
Al terminar ambas fueron a la sala de estar, el hombre seguía llorando con la cabeza baja.

-Bayas, por qué no vas a la habitación?, en un momento estaré contigo.

11A224 asintió y se fue en silencio, había notado que el lugar estaba algo…tenso.
La niña se sentó en su sillón y miro seriamente al señor Frederic.

- Lo siento, en ese momento yo hice el trato sin pensar en ti.

-…ni siquiera se quien eres pero aún así me has quitado lo más valioso en mi vida.

- No tenía otra opción!

-…hubiera preferido que no hubieras interferido y quedarme como una bestia a tener que comerme a todas las personas importantes para mi.

-…Hubieras preferido la muerte?, los humanos al enterarse que comías personas mientras eras controlado por tus instintos no tardía en matarte, a ellos no les importaría que tu desaparecieras de este mundo. Yo me preocupe por ti, te e visto crecer, desde que naciste supe que serías alguien importante, desde siempre te e protegido, e matado a miles de humanos por proteger a los míos, se que no justifica lo que e hecho, se que me odiaras por muchos años, pero tu vida es mi prioridad y vivirás muchos más tiempo, habrá muchas otras personas importantes que llegarán a tu vida. Algún día lo vas a entender.

Sin más se puso de pie y fue a la cocina.

La bestia la había escuchado, pero aún así no paraba de llorar.
Después de que la niña limpio todo fue con 11A224, estaba sentada en la cama mirando a través de la ventana, ya había escrito la historia y esperaba que pronto le enviarán combustible para seguir.

-Bayas, gracias por no haberte enojado cuando te serví a Frederic, gracias por ser mi amiga, eres como otra de mis pequeños.

-Pequeños…?

- Nada. – sonrió, en eso se abrió la puerta y el señor Frederic abrazo a la niña. – Este te parece un gran final?

11A224 al principio no entendió, pero luego sonrió. – Si.

Después de eso la pequeña le explicó todo al señor Frederic, este parecía no poder creerlo, poco a poco se oscurecia mas afuera. Entre los tres hicieron una gran ensalada y comieron juntos.

Una vez ya era la media noche 11A224 cambió su vestimenta al traje de látex y sacó su moto, se puso su casco y miro a ambos.- Por cierto, aún quiero saber tu nombre. – le dijo a la niña.

-Tal vez algún día te lo diga.

El combustible estaba cargado, 11A224 encendió la moto y ajustó la pulsera, antes de irse grito. -Serían una gran pareja!!!


Se fue dejando a la pequeña y al hombre con el rostro rojo como un tomate.

1487Donde viven las historias. Descúbrelo ahora