Pueblo Oculto

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Finalmente llegamos al pueblo oculto, no tardamos tanto como creí que lo haríamos al parecer estábamos en verdad muy cerca. Al llegar pude notar la gran diferencia que había entre este pueblo y otros, este estaba más lleno de personas y se veía más vida.

-Por fin dejaré de temerle a los espíritus! – estaba tan feliz en verdad, ya no vería cosas enormes y espeluznantes!

- Pero tenemos que tener más cuidado aquí, si bien hay espíritus enormes a los que más debes de temer son aquellos que pueden tomar forma humana, si pueden lograr esa forma es porque seguro ya nos han observado por mucho tiempo por lo que son más inteligentes.

-Destructor por favor deje que sea feliz por un momento.

El sólo se rió y seguimos caminando, las calles estaban llenas y había toda clase de personas, me sentía un poco más tranquila de alguna forma a pesar de que no me gusta estar entre las multitudes.

-Primero tengo que ir con un doctor ya que el espíritu anterior dejó una herida profunda en mi espalda, me da miedo que se infecte.

Mire al viejo a la cara, en verdad se veía mal por un poco, para no perderme entre Todos lo tome del brazo, me siento como la culpable de sus heridas, si no fuera por mi el tal vez no hubiera peleado contra esa cosa…pero lo ayude!, eso es lo bueno!, pero también estorbe…

No se ni que pensar, si pedirle disculpas o quedarme callada.
Llegamos a un lugar aún céntrico, ahí el viejo abrió la puerta de vidrio, el lugar se veía oscuro y parecía más una estética por la decoración a que una clínica, pronto apareció una mujer alta de cabello oscuro ondulado y con lentes.

-Ah es usted, pasen. – la mujer con una sonrisa nos abrió otra puerta que dejaba ver un pequeño consultorio, su sonrisa no me da tanto miedo por lo que creo que debería de relajarme un poco.

Al entrar al consultorio el viejo dejó las mochilas de lado, seguro su espalda le a de doler el doble por cargar tanto, en verdad siento que le estoy estorbando.

-La consulta es para usted o es para la joven?

-Para mi…bueno, niña te duele algo? – negué de inmediato con la cabeza y el se sentó en la camilla. – Entonces seré sólo yo doctora.

-Bien, creo que ya se a que se debe su visita no se preocupe que todo es curable.

La doctora ya tenía una aguja e hilo en manos, sólo se acomodó un poco sus lentes y empezó a preparar lo demás. Que rápido pensé que iba a tener un proceso más largo para aceptarlo como paciente pero creo que ya se conocían.

-Disculpa, puedes llamar a la enfermera?, esta en el último cuarto del pasillo, creo que la voy a necesitar. – la doctora me habló a mi, sólo la pude mirar con los ojos bien abiertos, me daba miedo pero sólo asentí con la cabeza.

Salí del consultorio y mire la puerta al final del pasillo, no estaba tan largo el pasillo pero debido a la poca luz mi imaginación completaba esas partes oscuras con cosas extrañas.
Me mordí el labio y empecé a caminar, no voltee hacia los lados por qué no quería que algún otro paciente se molestará. Cuando abrí la puerta vi un almacén con muchos frascos con líquidos y algo dentro…partes humanas?, me quede en silencio mirando todo eso, los doctores ocultan todo eso siempre?
Cuando menos me di cuenta alguien me tomo del hombro, me asusté y voltee pensando que vería a la doctora o al viejo pero en su lugar…solté un grito de horror!

Por el miedo intente alejarme de ella pero me caí de espaldas, una mujer con el rostro vendado y un cuchillo en su mano, parecía manchada de sangre.
Al parecer los otros dos si me escucharon y salieron del consultorio para ver que pasaba.

1487Donde viven las historias. Descúbrelo ahora