14. Proyecto

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Aventé a Benjamín a un lado y silenciosamente agarré mi falda y abroché mi camisa, Benjamín se acomodó el pantalón y comenzó a abotonar su camisa cuando apareció mi padre en la sala.

— Oh hola Benjamín, que gusto verte en casa —dijo mi padre— ¿por qué tan despeinados? Y rojos.

Su gesto comenzó a cambiar de contento a serio imaginándose lo que estaba pasando.

— ¿Acaso...

— ¡No no! ¡Claro que no papá! —interrumpí— estábamos jugando a las peleas de almohadas pero nos dió mucho calor y por eso la cara roja y el cabello despeinado.

— Yo también fui adolescente —contestó serio.

— Es verdad, yo salí a tomar aire porque no entraba en la casa y estaba sudando —dijo Ricky.

— Está bien, no soportaría saber qué pasó algo más que eso y a ti te asesinaría —contestó y señaló con el dedo a Benjamín.

— Para nada señor —contestó Benjamín.

— Bueno, prepararé la cena ya que tú madre y Jane vienen en camino —dijo mi padre.

Asentí con la cabeza y el entró a la cocina, di un suspiro de alivio.

— Son unos pervertidos, me deben una salida a comer por haberlos salvado —dijo Ricky aún recargando en el marco del arco de la sala.

— Vamos afuera —sugerí y los dos asintieron, salimos de casa y en el patio decidí hablar pero Benjamín habló primero.

— Perdón, no debí hacerlo en tu casa —dijo apenado.

— No es tu culpa, también es mía —contesté poniendo una mano en su brazo.

Ricky soltó un awww.

— Espero y esto no arruine lo que llevamos porque realmente me importas _____ —dijo mirándome apenado.

— Te prometo que todo seguirá igual que antes —contesté.

— Aunque eso me gustó —susurró en mi oído y yo reí nerviosa.

— Pervertidos —dijo Ricky riendo.

— Será mejor que vaya a casa porque ya es noche, pero nos veremos mañana en el set —dijo Benjamín— y no tienes de que preocuparte, lo harás muy bien—me guiñó un ojo y reí nerviosa.

— Adiós cuñado —le dijo Ricky a Benjamín y se dieron un abrazo pero antes Benjamín sonrió ante su comentario.

— Adiós Ricky, nos vemos mañana —contestó Benjamín.

Se separó de él y se acercó a mi.

— Buenas noches Benjamín —dije.

— Buenas noches —contestó besando mi mano.

Aún sigo con la duda, ¿cómo hace para saber lo que pienso? ¿Acaso lee mentes? ¿O yo lo susurro?

Ricky y yo esperamos a que se fuera mientras que yo tenía la cara roja de la vergüenza mientras pensaba en lo sucedido.

— ¿Por qué te pones nerviosa? Si seguramente ya te metió los dedos.

Golpeé su hombro y el comenzó a reír fuertemente.

— Admítelo, tengo razón —dijo mientras caminábamos hasta la puerta— hasta afuera se escuchaban tus gritos de felicidad.

— Idiota —contesté bromeando mientras abría la puerta y entraba.

— Así me amas —contestó cerrando la puerta a sus espaldas.

(...)

𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮 | benjamin wadsworthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora